~~ El audio ~~

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Mi cabeza está a punto de estallar, pero aun así me encuentro caminando hacia mi primera clase.

¿A quién se le ocurre hacer una fiesta el jueves?

Pero más importante... ¿a quién se le ocurre ir?

Arrepentimiento es uno de los sentimientos que tengo en este momento. Entro al salón y tomo asiento, pero 5 minutos después del inicio de la clase pido permiso para salir al baño, llego corriendo a este y siento que saco todo lo malo en el retrete.

Tomo un chorro de agua y me refresco con él, el agua se resbala sobre mi cara mientras me veo en el espejo, supongo que no me veo tan mal.

Saco mi cargador y lo conecto en un enchufe, me siento en el lavamanos y enciendo mi celular. Instagram está lleno de historias de lo que paso ayer en la fiesta, para ser honesta yo no recuerdo la mayor parte.

Veo unas cuantas notificaciones en cierta aplicación azul, pero las ignoro. Unos 10 minutos después salgo del baño y regreso a mi salón.

¿Todo bien? me pregunta el profesor y yo solo subo mis pulgares en señal de afirmación, me paso derecho a mi banca y no me muevo durante el resto de la clase.

Salgo hacia literatura y al llegar al aula me dicen que el profesor no va a llegar, lo que me hace sentir un gran alivio, corro a conectar mi celular en una esquina del salón porque está muriendo.

Abro mis notificaciones y me sorprende el hecho de ver un mensaje de Abel que dice:

¿Estas bien?

¿Por qué no iba a estarlo?

Abro el mensaje y un mareo horrible llega a mí. Ahí está nuestra terrible conversación y no es solo eso.

Un audio.

Corro a mi banca por mis audífonos y me los pongo. Intento presionar el botón para reproducirlo, pero no tengo el valor, siento que todo esto es irreal, ni siquiera recuerdo haberlo hecho.

Por fin logro presionarlo y, al escucharlo, quiero que la tierra me trague.

Mi voz es la protagonista, de fondo se escucha música y una Lea cantando a todo pulmón una canción en ingles muy mal pronunciada, pero lo que digo es lo que me hace querer darme de golpes contra mi banca.

Lea canta muy mal me rio, creo que canto mejor, de hecho, podría cantarte, es que eres tan lindo, ¿que no podría querer hacerte? – me vuelvo a reír, duruturururu mi risa se parece al de una foca parapléjica, no debería estar hablando contigo, pero aquí estoy hablando contigo, deberías venir a más fiestas así podría intentar besarte de nuevo suelto una sonora carcajada, ojalá estuvieras aquí suspiro patéticamente, buenas noches, chico avellana.

Al terminar de escucharlo me hundo en mi asiento.

¿Qué mierda fue todo eso? ¿en qué pensaba?

Ah no, seguro que no pensaba, el que pensaba era el alcohol.

Me hundo más en mi asiento y me cubro la cara con mis manos como si eso pudiera cambiar algo, la vergüenza está muy presente en mi vida últimamente.

El sonido de las bocinas que están en los pasillos me saca de mis pensamientos, por ellas se escucha la voz emocionada del representante de alumnos:

R, pero no de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora