Estaba soñando que cierto personaje literario me llevaba de luna de miel a una isla desierta cuando escucho un grito muy agudo:
— ¡Olivia! — sin lugar a duda era mi madre, — pero ¿qué es esto?
Me levanto de un salto y un segundo después escucho como algo cae al piso a mi lado. No logro comprender lo que pasa a mi alrededor hasta que me percato de que mi madre está viendo furiosa a la parte posterior de mi cuarto. Sigo su mirada y me encuentro a Abel en el piso, quieto, como si pensara que si no se mueve no lo verán.
— ¿Qué hace él aquí? — lo señala mi madre mientras me ve furiosa.
— Mamá no paso nada — trato de explicar.
— ¿Y tú crees que yo nací ayer? — me responde en un tono irónico que nunca había oído de ella.
Veo hacia Abel y él, resignado, comienza a levantarse, pero cuando va a mitad de camino mi hermano lo toma por el cuello de su playera y lo azota contra la pared.
— Pero... — comienzo a reprocharle.
— Olivia cállate, él está en más problemas que tu — Abel toma las muñecas de mi hermano y yo me tenso, no quiero que se peleen, sin embargo, me sorprendo al ver que Abel suspira y comienza a hablar más tranquilo de lo esperado:
— Señora realmente lo siento, todo esto es mi culpa, Olivia no tiene nada que ver, yo vine a verla por la noche y sé que suena a mentira, pero entre nosotros no paso nada, yo res... — mi madre no lo deja terminar.
— Sal de aquí por favor, tengo que hablar con mi hija — ella se nota más calmada después de haber pasado la primera impresión, algo menos histérica, solo que Osman... Osman no piensa de la misma manera pues sigue apretando a Abel por el cuello.
— Vamos Osman, déjalo — y sin apartar su mirada de él, me responde:
— Me mentiste — sus palabras me confunden, especialmente por el tono de reproche. — Ayer en la noche, era su perfume — lanza a Abel de mala gana, pero con su fuerza controlada. Osman sale del cuarto y Abel lo sigue, no sin antes mirarme con mucha preocupación en sus ojos.
¿Cómo podía preocuparse más por mí que por él mismo?
Me tomo la frente y mi madre se sienta en la cama, a mi lado.
— Quiero que entiendas que a pesar de que ya estas grandecita como para dormir con un chico... — comienza.
— Mamá...
— ... aun vives en la casa de tus padres — me ignora por completo, — y no quiero que esto se repita. Respeta el espacio familiar, no me importa que solo se quedaran dormidos sin hacer nada, de todos modos, él estaba aquí. Imagina si hubiera entrado el exagerado de tu padre, seguro esto hubiera terminado mucho peor, ni si quiera sé porque Osman no lo comenzó a moler a golpes, seguramente está muy dolido contigo como para intentar algo.
— ¿Eso crees? — le pregunto con la cabeza baja.
— Sabes cómo es tu hermano y tu padre — suspira cansadamente, — pero no importa, solo debes entender que el respeto en esta casa es un pilar fundamental así que tendrás un mes de castigo — yo levanto de golpe mi cabeza, como si no me lo creyera. — No fiestas, no salidas, pero sobre todo no novios.
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R, pero no de amor
Novela JuvenilMuchas veces los miedos e inseguridades se esconden detrás de una barrera que no quiere ser traspasada, pero ¿el amor genuino es un sentimiento mayor a todo esto? Uno no puede negarse a sentir cuando todo indica que está bien, cuando todo parece est...