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Haruko levantó la vista con lentitud, había pasado una semana encerrada en aquel cuarto sin salida, encadenada a las patas de la cama, vigilada por camaras en cada punto estratégico de la habitación, la puerta solo se habría una vez al dia para darle agua, y una vez en la noche para darle derecho a ir al baño.

—¡Buen dia Doc!

Tomikawa estaba harta de Shigaraki, todo en él le producía escozor; su mirada hambrienta de aprobación por parte de AFO, sus palabras carentes de cordura, esa forma de rascarse el cuerpo con desesperación. Él era todo lo contrario a ella, él estaba desesperado por hacerla a su manera.

Por otro lado estaban aquellos que servían a la causa de la maldad, habia conocido profundamente a uno; Dabi, Touya Todoroki, un niño berrinchudo guiado por el camino de la psicopatía extrema y el sabor a la amargura con decepción. Un niño que no pudo obtener lo que quería, asi que le arrebataria al mundo lo que tenían.

Haruko suspiró cuando Dabi apareció por la puerta y le desató los tobillos.

—¿Qué? ¿Ya es mi hora del baño?—. Preguntó sarcasticamente

—Querida doctora, ¿por que ese tono tan amargo?— Ironizó Shigaraki, tomandola del antebrazo para obligarla a levantarse—. ¿No somos amigos? Por nuestra hermosa amistad, comamos algo todos juntos.

Sin poder decir que no, Haruko Tomikawa fue empujada por todo el lugar hasta llegar a una comun habitación con una mesa.

—Aquí hermosura—. Dabi la obligó a sentarse en una silla junto a Toga.

Ah, Himiko Toga, no era su culpa estar tan loca. Científicamente hablando, Toga era impulsada por su deseo de sangre, una quiebra en su cordura la mantenía en esos extremos.

—¿Te gusta el pescado dulzura?—. Le preguntó Mr. Compress, era del unico del cual no sabía ni deducia mucho.

La pelirosa no contestó, se limitó a verlo fijamente con el ceño fruncido.

—Tomaré eso como un si querida Doc.

¿Era su idea o todos se conportaban bien a propósito?

—Dinos Doc, ¿tú habitación es comoda? ¿Quieres que agreguemos una lámpara?—. Le preguntó Touya

—¿En serio? Se cuelgan de la luz de otros edificios, dudo qué puedas comprarme siquiera una lámpara Dabi.

Haruko esperaba que el chico perdiera la compostura, contrario a eso solo sonrió y soltó una risita.

—La robare para ti, ¿te gusta el rosa no?

—¿Por qué? ¿Por qué mi cabello es rosa?—. Chisto la chica

—Tu cabello, tus flores favoritas, tus cuadernos de notas y las plumas de gel que usas además de la mayoría de zapatos en tú maleta—. Dijo.

Twice escupió el agua de vuelta al vaso.

—¿Debíamos estudiar?

—No me unire a la liga solo por pescado y lámparas rosas—. La chica apartó el plato, aunque estaba desesperada por comer

—Lo entendemos, pero hay algo, algo que codicias mas que nada, incluso más que el bienestar de esos niñitos de la UA—. Se carcajeo Shigaraki.

Haruko intentó no parecer interesada, se levantó de la mesa con un vaso de agua entre las manos, les dio la espalda con aparente fastidio.

—¿Si? ¿Y eso qué sería?—. Se llevo el vaso a los labios, deseosa del líquido dentro.

Un par de manos le sujetaron cariñosamente los hombros, bajó ligeramente la mirada y vio aquellas cicatrices de Touya.

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