Buddha: Zero-chan.. ¿Para qué querías que viniese aquí?Preguntó un Buddha algo cansado, ya que el pequeño lo había interrumpido en su tercer descanso diario. Además de que lo atrajo haciendo un camino de dulces tirados en el suelo hasta guiarlo bajo un árbol, era inicios de Abril por lo que se podía ver como el árbol de cerezo en el que se estaba apoyando el de menor estatura empezaba a florecer de forma bella.
Zero: Yo.. Quería agradecerte como es debido.. Tú me salvaste de eso, me sacaste del agujero de la miseria y gracias a ti soy mejor.. Quería saber si tú.. quisieses ser mi.. Ya sabes, eso que son las personas cuando son muy cercanas
Decía el peliblanco mientras jugaba con sus dedos indices, las palabras le faltaban y su nerviosismo jugaba en su contra justo en aquel momento tan importante para su vida; aun así, este encontraria un efimero valor que se fue al pronunciar la primera letra de su pregunta, al irse su valor obviamente se irían las ganas de que Buddha lo viese y por esto se ocultó tras el propio árbol. Dejando solo a la vista una pequeña parte de su rostro que incluia su ojo derecho para finalmente decir (O más bien gritar) su gran pregunta.
Zero: ¡¿Quieres ser mi amigo?!
Soltó al aire mientras escondía su rostro totalmente, las ganas de llorar inundaban su ser así como las mismas lágrimas lentamente se acumulaban en sus ojos; se temia lo peor, tal vez que Buddha se ria cruelmente o que le de asco, pero en cambio recibió una respuesta inesperada para él
Buddha: ¿Amigo?, ¿No lo eramos ya, Zero-chan?.. Aunque supongo que puedo responder tu pregunta si tanto quieres, seré tu amigo por cuanto tiempo quiera tu corazón
Exclamó con una sonrisa de confianza que llegó al corazón del joven de apariencia menor como si de un flechazo se tratase, por lo que entre lágrimas salió de su pequeño escondite para arrojarse en brazos de su nuevo amigo.
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"Amigo" pensaba cierto rubio mientras succionaba una pequeña paleta rojiza con sabor a frambuesa y forma de corazón. "¿Solo quiere que seamos eso?" Se preguntó internamente mientras que la propia duda lo llevó a romper su golosina de un simple mordisco, la duda era algo que supuestamente había dejado atrás pero aquel chico desde hace tiempo lo hacía sentir cosas que creyó haber dejado atrás, cosas como duda y.. aunque lo negase, amor. Asi es, el pequeño con su personalidad tan única había cautivado el corazón del iluminado, generando un mar de emociones que lo sacaron de su rutina de estar sentado haciendo nada por toda la eternidad; ahora el rubio estaba constantemente jugando con el joven de pálidos cabellos, o solo charlando, incluso en ocasiones solo dándole cariño a su "nuevo amigo" mientras este mismo dormia.
Por otro lado, un chico con apariencia infantil daba vueltas sin freno alguno sobre el césped perfectamente verdoso de aquellos jardines celestiales, en su inocente cabeza no cabían las lindas palabras de Buddha, saber que para aquel hombre considerablemente más alto él ya era un amigo por alguna extraña razón le daba mucha felicidad; aunque claro que era una felicidad extraña, ya que su estomago hacia cosquillas por dentro, su corazón rebotaba con más energía que nunca, y su mente solo podía ver la despreocupada sonrisa de aquel iluminado.
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-- Necesidades
RomanceBuddha, el iluminado, se podría creer que al abandonar todo lo inútil del mundo humano y llegar a la perfección propia ya no necesitaría más; por lo cual sus necesidades son cero.. O más bien, ahora sus necesidades son Zero. Zero, el alguna vez renc...