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En el momento en que Jimin se adentra en la enorme casa, comprende que fue cruelmente engañado el día anterior cuando Jungkook le dijo que pasaría el día entero en la pista para compensar la nula actividad hoy por su aniversario. Claro que aquello no sucedió, pues el castaño viajó ida y vuelta a Daegu para preparar todo esto.

Hoseok fue su mano derecha en cada pequeño detalle y todos aquellos rastros de romanticismo son evidentes en cada rincón de la casa.

La mansión suele estar habitada por pura soledad durante todo el año y jamás fue propiamente decorada, no tenía ni una pizca de calidez ni la típica sensación de una verdadera casa hogareña. Y Jungkook supo que a su novio no le gustaría, así que se empeñó en intentar decorarla lo más posible.

Compró sábanas bonitas, almohadones de decoración y mantas para todos los sillones, incluso focos de luz cálida para reemplazar la fría que daba un aire tétrico a la casa. Equipó la cocina con cosas útiles y cada sala con infinidad de cosas, algunas quizás algo innecesarias. La convirtió en un ambiente más que cómodo y acogedor y no puede negar no haber imaginado una vida allí con Jimin y su futura familia mientras lo hacía.

Si la casa estuviese más cerca de Seúl, sería perfecta.

El viento cálido sopla por toda la mansión debido a los enormes ventanales que procuran ventilarla a la perfección y hace a Jimin sonreír, aunque sea pleno otoño y no esté tan caluroso como antes.

Recorre toda la casa junto a Jungkook y se siente cómodo allí, más que enamorado de cada pequeño detalle y elemento decorativo que hace vibrar el ambiente de belleza.

El castaño no tenía mucho planeado para la mañana, por lo que pasan horas simplemente acostados en el pasto bajo los rayos del sol, disfrutando. Las montañas a su alrededor contrastan preciosamente con las nubes y estas toman tantas formas distintas que ambos hombres se divierten como niños buscándoles semejanzas a objetos o animales. Sus risas resuenan como la más contagiosa melodía por todo el patio trasero, muriendo entre la naturaleza y conteniendo allí toda la alegría en la que están sumergidos.

El almuerzo que Jungkook tiene preparado es inevitablemente postergado cuando su novio lo empuja a la piscina, estallando en carcajadas que poco duran, pues la venganza va por él y pronto ambos están arrojándose agua entre sí mientras intentan nadar lejos del otro. La ropa les pesa cuando salen y sus cuerpos tiemblan del frío, pues el clima claro que no está ideal para la piscina.

Entonces no tienen mejor idea que ducharse con agua caliente para volver a entrar en calor. Pero una cosa lleva a la otra y acaban a los besos fogosos bajo la lluvia de agua.

"Te amo, Jimin-ah," los ojos grandes y llenos de estrellas del menor sienten que lo tienen todo allí, mirando al amor de su vida.

"Te amo, corazón," el morocho dice aquellas palabras y las siente retumbar en su pecho, su cuerpo entero vibrar por el amor que lo sacude como mil tsunamis en su dirección.

Se besan bajo el agua que cubre sus cuerpos como un manto, como si intentara protegerlos del mundo exterior y cuidarlos por siempre. Se besan con aquel sentimiento de la más pura felicidad latente en sus corazones, porque no hay otro lugar en donde quisieran estar más que aquí, juntos y amándose.

Jungkook sorprende al mayor con su comida favorita para el almuerzo y se da el lujo de admitir que él mismo la ha cocinado, luego de ver tutoriales en Youtube durante una hora mientras esperaba que el delivery con todas las cosas que había comprado para la casa llegara finalmente. Confiesa también que falló la primera vez, pero rápidamente triunfó cuando lo intentó de nuevo. Almuerzan otra vez en la serenidad del patio trasero, acurrucados en uno de los cómodos sillones de afuera mientras conversan y ríen como si las anécdotas que se cuentan fueran dichas por primera vez.

MY F1 DRIVER [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora