*Narra T/N*
Me siento extraña, siento que esta no es mi casa, siento que este no es donde pertenezco pero no puedo desaparecer así como así, quisiera que la tierra me trague y jamás volver a saber de nadie, quiero cambiar, pero no sé como.
Quiero saber de mi papá, pero el orgullo y el ego son más grandes, más poderosos que yo, quiero que esto se acabe, quiero que esto termine, quiero estar con él, quiero estar con mi mamá, quiero estar con ellos, quiero volver a ser una niña de 5 años, quiero ser la princesa de papi, quiero ser la hijita de papi y tener esa familia feliz que aparentábamos ser, decidí caminar un poco, llevo una simple playera delgada, un pantalón de mezclilla, unas chanchas, tengo el cabello despeinado y la gente a mi alrededor me mira, hace frio, veo como toda la gente tiene sus abrigos grandes, bufandas, guantes, gorros y botas de peluche, ¿Por qué están vestidos así? ¿Por qué no siento frio, por qué sus voces se escuchan lejos, porque todo de repente se ve borroso?.
De un momento a otro estoy en una cama, ¿Qué me paso? Quiero hablar y no puedo, ¿Qué demonios paso aquí?.
- Hija despierta, ten un té -dijo una voz femenina a lo lejos-
- Esa voz yo la conozco a la perfección -dije entre sollozos-
- Mi amor déjala descansar -dijo una voz masculina igual a lo lejos-
- ¿Dónde estoy, que me paso? -dije mientras me sentaba en la cama con una mano en la cabeza-
- Estas a salvo hija -dijo de nuevo esa voz femenina-
- ¿Por qué todo se ve borroso? -pregunte con una voz firme-
- Tranquila hija estas bien, te recogimos de la calle, estabas a punto de una hipotermia, te estabas congelando de frio, si no llegamos nosotros no sé que hubiera sido de ti -dijo ese hombre-
- ¿Papá, mamá? -pregunte, mi vista estaba borrosa y no podía distinguir bien-
- No, no somos tus padres, no trates de forzarte, estas segura aquí, no te haremos nada, así que no te asustes, si quieres le puedes llamar a quien quieras para que venga a recogerte, pero no te puedes ir sola -dijo el hombre-
- Por lo pronto puedes quedarte hasta que te sientas mejor, tomate este té, te hará sentir mejor, quédate con la ropa y tapate -dijo ahora la mujer-
- ¿Quiénes son y porque me ayudaron? No es que no les agradezca, se los agradezco, pero no cualquiera haría eso por una extraña -dije un poco mejor-
- Estabas y te veías indefensa, no tenias ropa para el frio, ya se acerca el invierno y sabes que por aquí es una zona muy fría, nadie te ayudaba, justo cuando caminábamos hacía a ti, te desmayaste, te golpeaste la cabeza justo cuando te caíste, mi esposo y yo te fuimos a ayudar, paso un taxi y te trajimos a casa, te puse ropa más caliente, te tapamos con 4 cobijas calientes y recuperaste la temperatura adecuada fue por eso que te despertaste -dijo la señora-
- Si no despertabas íbamos a llamar a una ambulancia, nos dio miedo de que tuvieras hipotermia o algo parecido, ¿Cuánto tiempo estuviste fuera? -pregunto el hombre-
- No, no lo sé, esta mañana salí a caminar de repente perdí la noción del tiempo, todas las voces se fueron desvaneciendo, me sentí mareada y con la vista borrosa y cuando desperté... Bueno aparecí aquí -dije pensativa-
- Bueno pues creo que es mejor que le hables a tus papas -dijo el señor-
- No, no mis papas...
- ¿Pasa algo querida? -pregunto la señora-
- Mi mamá falleció y mi papá esta grave y no esta aquí, no tengo a nadie para que venga por mí o alguien que se preocupe por mí -dije mientras caían lagrimas por mi rostro-
- Pues te equivocas hija, hay un chico que te está marcando desde hace rato, creo que le preocupas a él... Es un tal Cole -dijo el señor-
- Él es el único que a estado al pendiente de mi, a pesar de todo lo que hemos pasado -dije con la mirada baja-
- Si han pasado por mucho como tú dices, entonces creo que el estará para ti hasta la muerte, lo de tu mamá lo siento mucho, siento tu perdida y lo de tu papá deberías de hablar con él, dile lo que sientes antes de que sea demasiado tarde -dijo la señora con una voz dulce-
- Tiene razón, usted y su esposo me han tratado bien y se los agradezco, no tengo como pagarles señor y señora... -me quede callada para ver si me decían su nombre y eso hicieron-
- Yo soy Alicia y mi esposo es Guillermo, no te preocupes no, nos tienes que pagar con nada, solo promete que si alguien te necesita la o lo ayudaras como nosotros lo hicimos contigo, has el bien...
- Sin mirar a quien -dije interrumpiéndola-
- Así es, ¿Y tu como te llamas? -pregunto el señor-
- Yo soy T/N, un gusto señores, ¿Me podría dar mi teléfono y la dirección de la casa para que vengan por mí? Ya me siento mejor, muchas gracias
- Claro que si -Guillermo me dio mi teléfono y en un papel me dio la dirección de la casa, llame a Cole, al parecer creo que me fui mucho tiempo, ya estaba muy preocupado que hasta la policía iba a llamar, lo calme y dijo que en poco tiempo iba a llegar. - Listo ya viene en camino
- Tomate el té en lo que viene -dijo Alicia. - Y por la ropa no te preocupes, te la puedes quedar no es necesario que nos la regreses -dijo con lagrimas en los ojos y sin decir más se salió del cuarto-
- Disculpa a mi esposa -dijo Guillermo-
- ¿Todo esta bien? -pregunte mientras tomaba mi té-
- No, no ha estado bien en estos días -dijo con la cabeza agachada. - Pero no te preocupes, quédate el tiempo que necesites y cuando llegue... -se quedo callado-
- Cole -respondí-
- Bueno cuando llegue él, lo haremos pasar
- Gracias -dije y unos segundos después de fue el señor-
¿Qué habrá pasado como para que se pusieran así?...
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El fruto prohibido
RandomEsta historia tiene faltas de ortografía, si la leen me gustaría que me apoyaran votando para seguir escribiendo. T/N al llega a la escuela se encuentra con dos chicos, David y Cole. Los dos se enamoran de ella y ella por su puesto se enamora de los...