Capítulo 5

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Con Simón nos quedamos unos días más en Inglaterra, luego me devolví a Italia, el igual tenía la sede de su empresa de construcción allá así que nos fuimos juntos, estos día que nos quedamos fue maravilloso, siento que me estoy empezando a enamorar de él, pero tengo miedo de revelar mis sentimientos a pesar que se ha mostrado cariñoso conmigo siento que no es el momento aún es muy pronto, cuando estamos en Italia, yo me voy a mi apartamento y el al suyo, me siento rara al estar sola sin él siento que me acostumbre a dormir con él todos los días, me recuesto en mi cama y no se en qué momento me quede dormida hasta que sentí que golpeaban mi puerta me despierto desorientada y abro la puerta ahí esta Simón con comida en la mano, me da un beso y sonríe
- Creo que no puedo dormir sin ti así que bien a verte. – le sonrío porque, aunque nos separamos hace poco ya lo extrañaba-
- Simón no debía trabajar, quedamos en que nos veríamos mañana.
- Puedo hacer el trabajo mañana ahora quiero estar contigo.
Comimos contando anécdotas, luego vimos una película, cuando nos fuimos a acostar Simón me dio un beso con pasión y me hizo el amor muy distinto a la primera vez con calma y recorriendo cada parte de mi piel, me sentí única como si en verdad me amara, luego caí rendida a los brazos de Morfeo, a la mañana siguiente despierto con una sonrisa en la cara, pero al darme vuelta Simón ya no estaba ahí, me pareció raro, pero en el velador dejo una nota para decirme que debía ir temprano a trabajar, me relaje y me arregle para ir a mis clases, el día fue tranquilo no me había perdido mucho en el tiempo que me había ausentado, pero todo el día estuve con un pensamiento en mi cabeza, debía hablar con Simón de mis sentimientos necesito saber si esto va a algún lado o solo soy yo quien siente esto.
Cuando dan las siete de la tarde tocan la puerta de mi apartamento ahí esta Simón con una sonrisa en la cara, pero cuando ve mi cara desaparece.
- Que pasa Mariana porque tienes esa cara, sucede algo. – nos sentamos en el sillón para conversar.
- Tenemos que hablar Simón quiero decirte algo y que saber si tu piensas y sientes los mismo. – él me mira preocupado, pero no dice nada. – quiero saber que somos, yo me enamore de ti Simón, y quiero saber tu que sientes por mí no quiero ser la única en sentir esto. – él borra la cara de preocupación y pone una cara la cual no sabría como describir.
- Eso no puede ser Mariana
- Porque no puede ser. – respondo con preocupación en mi voz.
- Porque llevamos muy poco tiempo no me puedes amar, recién estamos probando si esto resultara, todavía no puedo decirte que somos porque ni yo lo sé,
- Pero no puedes decirme que sientes por mí, si es que sientes algo.
- Te dije que probáramos que no sabía que sentía por ti, no te puedo declarar mi amor cunado no se si es eso, creo que cometí un error a estar con alguien tan menor que yo, no puede actuar como un adulto. – siento que corre una lágrima por mi ojo, pero me la limpio rápidamente.
- Esto es por ella, todavía amas a Marie, porque no me puedes decir de una vez la verdad.
- Mariana uno no puede dejar de sentir algo por alguien si la amaste toda la vida, sentía que Marie ya no era lo que yo quería, pero en estos días han cambiado algunas cosas ya no estoy tan seguro de nuestra relación. – lo miro sorprendida y ya no puedo evitar que lagrimas corran por mis mejillas.
- Entonces porque razón estuviste conmigo solo fui tu premio de consuelo.
- En estos momentos estoy confundido Mariana, me presionas, a lo mejor estuve contigo para tener algo de Marie. – en ese justo momento sentí como se partió mi corazón, justo cuando iba a contestar, mi teléfono suena veo un mensaje de un número desconocido, son fotografías, son de Simón con Marie, en Inglaterra incluso acá en Italia de hoy cuando se suponía que tenía que trabajar, todas mis palabras quedan en la garganta, cuando por fin puedo reaccionar le respondo.
- Lo entiendo perfectamente siempre fui la segunda opción de las personas, pero ahora me quedo muy claro este tiempo mientras estabas conmigo también estuviste con Marie, entonces mientras te acostabas conmigo también lo hacías con ella.
- No es así si me junte con ella nos dimos algunos besos, pero no paso más allá. – me rio sarcásticamente.
- Bueno deseo que seas feliz y espero que no vuelva a hacerte daño porque en ese momento yo no estaré para ti, te pido por favor te vayas de mi casa. – el solo asiente y se va.
En ese momento es donde me quiebro, todo fue un maldito juego, solo fui un juego para él y como siempre se acercaron a mí por Marie.



Cuando el Amor llegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora