Hilos & Agujas [HR #1] | HYUNLIX

7.

FELIX

Con mi camiseta en mano miré confundido al pelinegro junto a mí quien desviaba sus ojos hacia cualquier otro lado que no fuera yo. Lancé mi camiseta para dejarla sobre la mesa más cercana a donde me encontraba, Hyunjin levantó un gran pedazo de tela que estaba sobre la misma, parecía más una cortina.

─ ¿Qué haces? ─me preguntó cubriéndome con la cortina.

─ Me cambio ─dije alzando los hombros sin saber la razón de su reproche.

─ Felix, aquí no hacemos eso ─de pronto, la realidad llegó a mí. En Corea eran personas más reservadas. Hice una mueca esperando que perdonaran mi incompetencia─ Jeongin, dale la camisa por favor ─el chico de gafas me entregó la camisa de seda blanca que antes adornaba el maniquí. El conjunto que me asignaron era muy elegante sin perder su toque casual, esperaba que me quedara bien.

─ Lo siento, sigo tratando de acostumbrarme a aquí. Es algo difícil estar en otro país ─cuidadosamente pasé la prenda por encima de mi cabeza, me quedaba muy bien. Hyunjin seguía sin mirarme pues estaba muy ocupado cubriéndome con la tela.

─ Entiendo, pero por favor siempre recuerda que aquí no nos desvestimos frente a los demás.

Me disculpé de nuevo y dejé que el mencionado asistente del diseñador me ayudara a colocar las prendas restantes de mi vestuario. Al terminar, me guiaron hasta sentarme frente a un enorme espejo con bombillas que iluminaban completamente mi cara y así la persona encargada de mi maquillaje pudiera comparar la luz de la pasarela.

Una chica se acercó a mi cara con un producto y una esponja, dispuesta a iniciar su labor de la manera más rápida posible, pero fue interrumpida por la voz del hombre a cargo.

─ No cubran sus pecas, solo un poco de sombra oscura en los ojos, que combine con la falda ─su comentario me sorprendió pues era común para mí que la gente quisiera cubrir las imperfecciones de mi cara antes de mostrarlas en cámara. Tal vez era porque estábamos cortos de tiempo.

Sentía las brochas darme un cosquilleo en los párpados mientras mis ojos estaban cerrados, ansiaba ver los resultados. Me mantuve inmóvil durante todo el proceso para facilitar el trabajo. Al terminar, me pidieron que abriera los ojos y me miré frente al espejo frente a mí.

Habían usado una sombra color chocolate, parecida al color de la tela usado en el traje, junto con toques dorados como los encajes del vestuario y un par de joyas doradas a las orillas de mis ojos. Se veía espectacular. También habían resaltado un poco mis pecas con brillo dorado que no las ocultaba.

El asistente de Hyunjin ya estaba junto a mi lugar con un par de botas negras de tiro alto que casi me cubrían las pantorrillas, me ayudó a colocármelas para pronto dirigirme hacia la línea de modelos que esperaban a salir.

Había dos chicas frente a mí, justo cuando vi salir a la primera junté mis manos rezando por que todo saliera bien, por que no tener en fallas al caminar, por impresionar a los invitados y, sobre todo, agradecía por tener la oportunidad de vivir mi sueño, aunque fuera por una sola noche.

Una mujer vestida de negro quien usaba un auricular me detuvo con una seña cuando estuve a unos pasos de salir por el desfile. Solté un suspiro y empezó su cuenta regresiva en cinco.

Cuatro.

Me giré rápidamente para ver como Hwang se acercaba a unas enormes pantallas que mostraban el exterior del vestidor.

Tres.

Volví mi vista hacia el frente donde casi de inmediato pude encontrar a Chan hyung en la primera fila del público.

Dos.

Sacudí mis manos para deshacerme de la última pizca de nervios que tenía en mi cuerpo.

Uno.

Cuando la mujer terminó de contar, abriéndome paso hacia el escenario, borré la sonrisa de mi rostro para reemplazarla por una cara seria. Las luces del lugar eran abrumadoras, agregando a ellas los interminables flashes de cámaras de reporteros al final de la pasarela.

Mis ojos recorrieron el lugar mirando la cara de la gente mientras yo mantenía mi paso firme, los invitados se murmuraban entre ellos. Seguramente se preguntaban quién era yo. Podía escuchar los interminables susurros incluso por sobre la música del lugar.

Sin embargo, nada me iba a impedir el terminar mi recorrido, había luchado tanto para estar aquí y lo iba a disfrutar lo más que pudiera. Iba a sacar el mayor provecho posible e iba a hacer que no se olvidaran de esta noche como yo tampoco podría olvidarla.

Llegando al final del pasillo identifiqué la cámara que se encontraba más al centro y me detuve una milésima de segundo para guiñarle un ojo de una forma notoria antes de girarme para volver al lugar por donde había entrado. Escuché un jadeo de sorpresa a mis espaldas que me hizo sonreír para mis adentros.

Cuando volví al vestidor, los modelos anteriores formaron una fila con el orden anterior y salimos todos de nuevo para presentar la colección completa, esta vez siendo recibidos por el público de pie aplaudiéndonos.

Al detenernos, mi amigo subió al largo escenario donde empezó agradeciendo a los presentes por aceptar su invitación, contó algo de lo que yo estaba demasiado nervioso para escuchar y luego llamó al creador de la colección.

Los vítores del público se hicieron presentes cuando el hombre de porte elegante se presentó frene a ellos, éste les saludó con una reverencia y tomó el micrófono para, al igual que Chan, empezar a contar sobre su creación.

Tampoco puse mucha atención, estaba demasiado concentrado y perdido en el perfil de su cara que su voz solo parecía un eco lejano que retumbada por debajo del agua. Presté atención hasta que escuché risas provenientes de los invitados. Sacudí ligeramente la cabeza para alejar mis pensamientos y escuchar atentamente lo que se estaba hablando.

─ Agradezco nuevamente al Grupo Bang por confiar en mí y espero poder seguir trabajando con ustedes. También, por favor, démosles un aplauso a nuestros increíbles modelos ─Hyunjin dio nuevamente una reverencia que daba por finalizada su participación con el micrófono, siendo seguido por los aplausos de la gente.

Quienes portábamos la colección repetimos sus acciones y lo seguimos a la parte trasera del escenario.

Yo no podía contener la felicidad.

Apenas y pasé por el umbral que separaba el escenario y el backstage, la seriedad desapareció de mi cara siendo sustituido por una gran sonrisa que hasta sentía que me dolerían las mejillas. Hwang-ssi me miró y me devolvió el gesto.

─ Hyunjin sunbaenim ─dije acercándome apresuradamente hacia él. Sin detenerme a pensar sobre lo que estaba por hacer, abrí mis brazos para rodear su cuello en forma de un abrazo que pudiera demostrar mi felicidad─, en serio no sé cómo agradecerle. ─sentía su cuerpo tensarse debajo de mí mientras mi mente trabajaba más lenta de lo normal.

Cerré los ojos un momento para luego sentir unas palmadas en mi espalda, lentas e incómodas. Fue allí que la realidad volvió a golpearme a la cara como una bofetada. No estaba en Australia y él no era mi amigo.

Lo escuché carraspear antes de romper el agarre, sentía mis orejas calientes de la vergüenza.

Seguramente ya había arruinado mi primera impresión.