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HYUNJIN

Dos días después Jeongin y yo caminábamos por las empedradas calles de Milán con un par de bolsas de distintas tiendas en las manos. Eran regalos que había conseguido para su familia en forma de disculpa por no pasar las fiestas con ellos.

Estaba ocupado contando los artículos sin mirar por donde caminaba hasta que choqué con el chico de cabello negro quien miraba absorto el aparador de una tienda donde se mostraba un traje azul petróleo. Las luces a las que estaba sometida la prenda hacían que la tela brillara y se volviera el doble de llamativa.

Mi atención se volvió a mí acompañante, quien miraba aquel maniquí con tal admiración que causaba brillo en sus ojos.

─ Pruébatelo ─dije cortando su trance.

─ No, no, no. No creo que me quede bien ─hizo un movimiento de negación con su cabeza y sus manos.

Chasqueé la lengua en desaprobación y lo tomé de la muñeca.

─ Vamos, confía en mí ─caminé hacia el interior de la boutique obligándolo a seguirme.

Una vez adentro busqué a alguna persona encargada quien me ayudara a conseguirle a mi amigo el traje que tanto le había gustado.

─ Hyung, en serio no creo que...

─ Jeongin, por favor. Tú también te mereces algo bonito ─le quité las bolsas que cargaba para dejarlas en el suelo junto a un sofá frente a los probadores. Un chico de más o menos nuestra edad lo encaminó al interior donde le entregó la prenda en su talla.

Tomé de las múltiples revistas de moda que estaban en la mesita de junto y me concentré en sus páginas mientras esperaba a mi amigo. Cuando lo escuché carraspear levanté la mirada, paseándola desde sus pies hasta su cabeza. Extendió los brazos y, lentamente, dio una vuelta mostrando su conjunto con una sonrisa adornando su rostro.

Era como si el traje hubiera sido hecho específicamente para él.

La chaqueta y pantalón de un azul oscuro que hacía resaltar la palidez de su piel haciendo contraste con la blanca camisa. Sobre ella usaba un pequeño moño negro que combinaba con su color de cabello, pero no me convencía.

Caminé hacia él y lo observé unos segundos antes de dirigirme al empleado que nos había atendido pidiéndole una corbata guinda. La cual rápidamente consiguió.

Me volví hacia el pelinegro y le quité el moño para reemplazarlo con la corbata color vino. Al terminar de hacer el nudo en su cuello levanté mi mirada provocando que sus ojos se encontraran con los míos a una distancia peligrosamente cercana.

A pesar de sus anteojos podía ver perfectamente sus pupilas dilatadas y el reflejo de las luces del lugar en su mirada. Me paralicé por un momento, jamás habíamos estado tan cerca. El chico sonrió marcando su hoyuelo haciendo que sus ojos casi se cerraran y pude notar un sonrojo en sus mejillas.

No podía verlas, pero sentía como mis orejas se ponían rojas.

El encargado del lugar aclaró su garganta haciéndome volver a la realidad y retrocedí un par de pasos para separarme de Jeongin.

─ Te queda bien ─dije antes de llevarme la mano a la boca ocultando la mitad de mi cara.

─ ¿De verdad? ─preguntó perplejo admirando su reflejo en el espejo de junto a los probadores.

─ Claro que sí ¿Te gusta?

─ Me encanta.

Quien lo mirara podría jurar que sus ojos estaban cerrados por la amplia sonrisa que adornaba su cara.

Sacudí mi cabeza levemente para reordenar mis pensamientos.

─ Anda, debemos ir a comer algo antes de volver al aeropuerto.

El chico ingresó nuevamente al probador para regresar el traje azul al encargado del lugar y, después de tomar todas nuestras cosas, nos acercamos a la caja.

Detuve a Jeongin cuando lo vi sacar su billetera.

─ Te lo regalo ─dije entregándole la tarjeta al cajero antes de que él pudiera negarse.

─ Pero, hyung...

─ Tómalo como un agradecimiento, por todo lo que has hecho por mí ─el chico se abrazó fuertemente de mi brazo cerrando los ojos un instante, pero soltándome antes de que yo pudiera reaccionar.

Cuando salimos de la boutique Jeongin parecía un niño con juguete nuevo, se notaba en la felicidad que desbordaba su mirada, su cara y la obviedad de su sonrisa.

Caminamos un rato más admirando la ropa en las filas de vitrinas que componían la galería en la que estábamos. Afortunadamente en el lugar también había bastantes lugares disponibles para saciar los rugidos de nuestros estómagos.

Dejamos nuestras bolsas en el suelo debajo de nuestra mesa junta a la ventana del restaurante, teníamos una perfecta vista hacia la gran Catedral de Milán, donde un enorme árbol de navidad aún adornaba la plaza.

Al terminar de ordenar nuestra comida, recibí un mensaje de Felix que inmediatamente revisé. Era una foto de él junto al boleto de avión para mañana, sonreí al verlo por lo menos a través de la pantalla. Yo le respondí tomándome una fotografía con la vista de nuestra ventana de fondo. Levantando la mirada noté como mi amigo estaba nuevamente cabizbajo.

No puede ser, lo estaba haciendo de nuevo. Lo estaba haciendo sentir alejado.

Guardé el móvil para poner los brazos sobre la mesa, recargando mi barbilla en una de mis manos. Apenas y sintió mi mirada en él, levanto la cara con el ceño fruncido.

─ ¿Por qué me miras así? ─preguntó con una risa nerviosa.

─ Hace mucho que no pasamos tiempo juntos. Solo los dos, fuera del trabajo ─la sonrisa volvió a su rostro─, es como una renovación de energía.

─ Hemos estado muy ocupados.

─ Yo lo veo como algo bueno, nuestra pequeña empresa está prosperando. Pero no hablemos de trabajo, recuerda que estamos en nuestro receso de invierno.

─ Está bien ─soltó una risilla al acomodarse sus anteojos. Yo no pude evitar contagiarme de ella, hacía tanto que no lo escuchaba reír.

Conversamos bastante sobre nuestra vida fuera del trabajo, más bien Jeongin habló y yo me dediqué a escucharlo durante casi toda nuestra estancia en el restaurante, traté de no mencionar a Felix pues esta era solamente una tarde de chicos, dos mejores amigos poniéndose al corriente sobre sus vidas.

Después de pagar lo consumido tomamos nuestras cosas para encaminarnos hacia el hotel pues mañana partiríamos hacia nuestros diferentes destinos. Pasamos junto a la plaza de la catedral, ambos admirando el paisaje del lugar.

Yo estaba ansioso por volver a ver a mi novio.

Hilos & Agujas [HR #1] | HYUNLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora