Pelea con un acosador

12 1 0
                                    

Alessandro Grey

De regreso a casa todo estaba tranquilo, una vez en casa me dirigí a la cocina y no había más que una nota.

Salimos de compras, lo más probable es que regresemos tarde y no se preocupen, tenemos a los guarda espaldas con nosotras, porten se bien y no se maten entre ustedes.

Atte: Dayana Gray

Leí la nota en voz alta, y los rostros de los hombres aquí presente eran algo cómicas, todos tenían cara de que se van a morir de hambre pues no saben cocinar ni en lo más mínimo, aparte que ninguno de ellos excepto Gabriel saben vivir sin sus mujeres.

-Nieto mío.....tu sabes cocinar, porque no nos cocinas algo?

-No les voy a cocinar ya son adultos, maduren

-Vamos hijo mío, cocina algo para estas pobres almas indefensas

-Indefensos mis huevos, no voy a cocinar nada

-Alessandro, si no nos cocinas le diré a tu tía que nos estás matando de hambre

-Tio más miedo le tengo a una cucaracha a que mi tía con su amenaza de "te voy a castrar"

-Vamos sobrino, cocina algo para nosotros

-No soy tu sobrino Gabriel

-Hijo porque eres así con tu tío?, si antes se llevaban de maravilla

-Tu lo dijistes papá, "antes"

-Bueno ya dejemos eso de lado, hijo, deja eso así, no cocines nada, al fin y al cabo, solo nos moriremos de hambre y tú tendrá que cargar con la culpa de nuestra muerte

-Bien, tengan un excelente día caballeros, permiso

Y sin más me retiré de la cocina con dirección a mi habitación, rectifique que las pruebas estuvieran en su lugar y así fue, todo estaba en orden, limpie mi cuarto y bote algunas cosas viejas, podía escuchar como estos hombres intentaban cocinar, sin embargo no presté atención, prendí mi computadora y entre a algunos archivos, en Sudán del Sur hay un lugar muy bueno donde puedo empezar a construir otro hotel, pero ya tengo mucho hoteles, me gustaría que fuera algo nuevo.

Compré el terreno en Sudan del Sur y mientras estaba pensando en que utilizarlo estaba llenando unos papel, leyendo informes y demás, hasta que se me ocurrió construir un hospital, en ese país no hay muchas oportunidades y la verdad no puedo hacer mucho sin embargo con un hospital creo que se podrán salvar vidas, es lo máximo que puedo hacer hasta el momento, de un momento a otro escuché gritos, gritos de los hombres que están en la cocina tratando de sobrevivir.

Bajo las escaleras de lo más tranquilo y cuando llegó a la cocina encuentro a mis tíos bañados en harina, a el abuelo con huevo encima y en el poco pelo que le queda tiene harina, Gabriel está lleno de harina, leche y un poco de cebolla y mi padre tiene harina, pedazos de ajo en el pelo y aceite hasta los huevos.

-No voy a preguntar......dense una ducha y cuando bajen la comida estará lista

Sin pronunciar una palabra se fueron de la cocina pero la forma de caminar del abuelo era rara, lo mismo la de Gabriel

-Porque están caminando así?

-Tu padre me echo hielo en los huevos mijo y a Gabriel tus tíos le echaron unas bolitas de maza calientes en los huevos

No dije nada, preferí no decir nada, cuando se fueron me quedé observando el lugar, con un suspiro pesado limpie la cocina, después de unos 6 minutos empecé a cocinar, tarde 37 minutos exactamente en terminar la comida para nosotros, puse los platos en el comedor y a los minutos todos bajaron con una sonrisa de oreja a oreja empezaron a comer.

There are secretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora