1-Antes

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Quizá si no hubiera repetido la misma pregunta aquel día nunca se hubiera dado cuenta, pero lo hizo.

—¿Qué día es hoy, sol?

—Doce de julio.

Había una regla muy simple que ambos tenían que seguir. El primero que se levantara tenía que despertar al otro para preguntarle el día y esperar a su respuesta.
Había comenzado como un juego, pero ahora algo que aplicaban a su día a día.

Llevaban saliendo por tres meses cuando Joaquín dijo el primer "Te amo" y en respuesta a ello Emilio contestó "¿Qué día es hoy?".
Desde ese día Joaco había comenzado con las bromas a cada que Emi decía "Te amo" él lo respondía con una "¿Qué día es hoy?" y el rizado había tomado el gusto por hacer lo mismo.
Se había convertido en algo íntimo, ahora "¿Qué día es hoy?" Significaba "Te amo" y la respuesta del día era un "Yo te amo más" no podían levantarse de la cama antes de preguntarse el día.

Cinco años después estaban viviendo juntos compartiendo una cama matrimonial, tenían un cachorro llamado "Copito" de pelaje blanco y una vida en pareja que todos deseaban para un futuro.

Habían viajado el último año donde Emilio le propuso matrimonio a Joaquín en Ámsterdam sobre un barco que visitaba los canales de la ciudad, ese día hicieron el amor y Joaquín lloró en los brazos de su prometido porque nunca esperó encontrar a una persona que lo quisiera con la misma magnitud que él lo hacía.

Se amaban con locura.

Se amaron con locura hasta el final.

Fue aquella tarde donde la mañana había comenzado con Emilio haciendo la misma pregunta que había hecho cada mañana en los últimos cinco años, Joaquín sonrió dándole un beso y respondiendo "Doce de julio", se quedaron en la cama veinticinco minutos más antes de levantarse a preparar el desayuno.

Desayunaron en la cama viendo una comedia que era la favorita de Joaquín y veía más de lo que le gustaría admitir.
Cuando la película había terminado Emilio recogió los platos sucios para ir a lavarlos, besó cortamente los labios de su chico y se levantó.

Ahí fue cuando todo empezó a marchar mal.

—¿Qué día es hoy, Sol?

—Uhm— Contestó confundido, ya que normalmente esa pregunta la hacían únicamente en las mañanas, aún así respondió— Doce de julio.

Emilio estaba lavando los trastes de la comida cuando Copito llegó corriendo a los pies de Joaquín para jugar con él, el cascabel que tenía en su collar hacía ruido cuando corría y eso hacía reír a sus dueños ya que Copito era un cachorro muy pequeño que parecía una
Migaja de pan corriendo salvajemente por la casa.

Joaquín era escritor y trabajaba desde casa, tenía su propia máquina de escribir que Emilio le había regalado en su primer año como novios. El rizado, sin embargo, tenía un estudio de grabación en el que sólo estaba los fines de semana, acudían a él artistas famosos y no tan famosos, a ellos realmente les iba bien.

Ojalá todo se hubiera quedado así.

—¿Qué haremos hoy para comer, Emi? ¿Tienes algo en mente que se te antoje?

—¿Qué tal pasta, te parece?— Dejó los platos limpios y secos sobre su alacena, se acercó para rodear con sus brazos la cintura de su novio y dejar caer su cabeza sobre el hombro de este —Creo que no te lo he dicho hoy, pero luces hermoso— Dejó un beso sobre la mejilla de Joaquín —Te amo, Boo.

Y si Joaquín no hubiera prestado la suficiente atención no lo hubiera descubierto en ese momento, habrían pasado más días para que el menor notara que había algo diferente en Emilio.

¿Que Día Es Hoy, Sol? [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora