-¡Espera! -Chillé antes de que la tijera tocara mi cabello.- ¿Estas segura que quedara bien?
-¡Claro! Mi mamá es peluquera y me ha enseñado algunos trucos. Tú. No te preocupes, quedarás genial
Suspiré. Se me había metido a la cabeza la tonta idea de que a los chicos les gustaba solo por mi largo cabello rubio combinado con mis ojos azules y mi maquillaje de niña buena. Así que ¿Que pasaría si me viera diferente?
Gal tenía lentes de contacto color café y tinte para el cabello color azul. Decidí entonces que me cortaría el cabello, usaría el tinte para pintarlo y me pondría los lentes de contacto.
¿Qué tan mal puede quedar?
-Muy bien. Hazlo. -dije y cerré mis ojos con fuerza.
Sintiendo la tijera recortar mi cabello hasta la altura de mis hombros. Luego de eso, Gal mojó mi cabello y comenzó a teñirlo. Claro no por completo, no quiero ser una loca de ojos cafés con cabello azul. ¿Que tan anormal me creen?
Acomodé mi cabello y me di una ultima mirada en el espejo de cuerpo entero. Ahora era color azul en ciertas partes. No lo iba a pintar todo ¡Me gusta ser rubia! Y odio esos estereotipos que dicen que las rubias somos tontas. ¡soy la mejor de mi clase! O lo era en mi otra escuela al menos.
Mi cabello llegaba un poco mas arriba de mis hombros . Los lentes de contacto hacían un gran trabajo ocultando lo azul y mostrando lo marrón. Estaba nerviosa, solo Gal me había visto así y esperaba que cuando todos vieran lo ridícula que estaba dejaran de fijarse en mi.
Plegaria: ¡Por favor, por favor, que dejen de fijarse en mi!
Deje de rezar frente al espejo en el momento en que alguien golpeó mi puerta. Gal se había ido hacia un rato a su estación de radio y estaba sola en nuestra habitación. Caminé hacia la puerta ¿Quien será el afortunad@ en verme con mi nuevo y ridículamente horrendo estilo?
-¿Kendall? No voy a ir al baile contigo. -dije antes de que hablara. Ya varios chicos llevaban haciendo esa pregunta durante un largo rato y para todos la respuesta era la misma: No.
-No iba a preguntarte eso.-Dijo y lo mire impaciente para que continuara.- ¿Quieres sal...?
-NO.
-¡Oye ni si quiera sabes lo que iba a preguntarte! -Chilló del otro lado de la puerta luego de cerrársela en la cara. Volví a abrirla y espere a que continuara.- bien, ¿Quieres salir conmigo?
-NO. -Contesté y volví a cerrar la puerta.
¿Cómo es que ni si quiera notó mi cabello azul y mis ojos marrones? Mierda. ¿Acaso hice eso para nada? Me tinto el cabello de azul y no lo notan, pero apuesto a que si beso a un mono eso si lo notarían. ¿En qué mundo vivimos?
-¡Por favor! -Chilló Ken.- Te prometo que si aceptas... no intentaré acostarme contigo. ¡Si eso! ¡Me saldré de la apuesta! pero solo si me aceptas una cita
-Que gran consuelo, aún contigo fuera me quedan unos... ¿500 chicos más? -Ironicé.- No, y es mi última palabra.
Luego ya no escuché más su voz, por lo que supuse que se retiró de la puerta. Me quedé el resto de la mañana allí, en mi habitación, saltándome las clases hasta que ya no tuve otra opción más que salir.
-Entonces... ¿Que me dices si vamos al baile juntos? -Escuché decir a Luke apoyado en su brazo derecho sobre su casillero mientras hablaba con Avery.
La muy zorra estaba con su espalda en los casilleros, sosteniendo su libro de mates -como si eso fuera a hacerla mas inteligente- entre sus garras. Sí, se que estar así y ahí no la hace zorra. Pero... bueno, yo solo sé que es una zorra y punto. Gal me lo dijo. No quería escuchar su charla, pero me era imposible.
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Soy virgen, ¿Y qué?
Teen FictionEmma es una chica de 17 años, malhumorada, irónica, cínica y... virgen. Ella y su hermano son enviados por sus padres a un internado, lleno de mimados, millonarios chicos elitistas, presumidos y egocéntricos. Su vida cambiará cuando todos en ese ins...