''El Cuerpazo de Jake''

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Lo miré con el ceño fruncido, ¿Estaría diciendo la verdad? Y si así era, ¿Como iba a lograrlo? No es como si solo tuviera que decir, ''Dejen en paz a Emma'' y ellos simplemente lo harían. Créanme, yo ya lo había intentado.

-¿Qué tramas Jake?
-Tal vez solo quiera ayudarte. Solo deja que duerma aquí esta noche
-¿Puedo confiar en ti? ¿Como sé que no vas a intentar algo mientras esté dormida?
-¿Crees que sería capaz de algo así? Emma, no es el estilo de los cuatro fantásticos obligar a una chica a que se acueste con alguno de nosotros, ellas lo hacen porque quieren, siempre quieren.

Caminó hacia mi, retrocedí unos pasos hasta dar contra la pared -la cual aún tenía algunos papeles- y el siguió mi recorrido. Llevó sus manos a cada lado de mi cara y se inclinó, rozando mis labios.

-La decisión siempre es de las chicas. Este año, de ti.

Su mirada viajaba desde mis labios a mis ojos, una y otra vez. Aunque quisiera, no podía apartarlo. Él era mucho más alto que yo, mucho más fuerte que yo, ni aunque le diera con una silla por la cabeza podría apartarlo y lo cierto es... que tal vez no quería hacerlo.

Jake era guapo. Era quien, de los cuatro, estaba en mejor estado físico. Por hacer cada maldito deporte que tenía esta escuela. Su mirada penetraba la mía mientras se inclinaba más y más, a tal punto en que la distancia que separaba nuestros labios era estrecha.

-Di que no, si quieres que me aparte -Susurró, pero no me dio el tiempo necesario para contestarle. Sus labios apretaron los míos y yo me quedé inmóvil. Cerré mis ojos, pensé que si no lo veía, en realidad, no estaba pasando. Pero era real, el beso era real, Jake era real. Estábamos en mi habitación, besándonos.

Enterró una de sus manos en mi cabello mientras que con la otra me acercaba a él por la cintura. Mis manos estaban inmóviles sobre su pecho, de pronto estábamos caminando por la habitación hacia mi cama. Me dejó caer sobre mi espalda y siguió un rastro de besos desde mi boca hacia mi cuello.

-Jake... -Trate de decir, pero no encontraba mi voz.- ya estuvo Jake, apártate -Lo empujé suavemente.
-Vamos Emma, sabes que quieres esto
-No... tal vez, ¡No lo sé! estoy... confundida -Se alejó y miró mi rostro.

El ceño fruncido, mis labios temblaban, en realidad, todo mi cuerpo lo hacía. No sé que era lo que me había sucedido, era como si estuviera en algún tipo de trance.

-Solo apártate -Volví a pedir y lo hizo. Se sentó a mi lado y jamás dejó de mirarme.- No todas las noches una chica te hace esto, ¿Eh? -Intenté bromear para relajar la tensión que se había formado.
-No todas las noches tengo a Emma Miller, en mi cama
-Tal vez deberías irte.
-¿Qué pasó con lo de pasar la noche aquí? -Preguntó. Obviamente no podía ser así.- te prometo no intentar nada
-Jake..
-Oye, esas chicas parecen inofensivas, pero debajo de sus caras bonitas son unas alimañas. Con garras, cuernos, colmillos. Solo será esta noche

Suspiré. ¿En verdad estaba planteándome la situación? ¿En qué demonios estaba pensando?

-Solo quédate en tu lado de la cama.

Sonrió y se recostó a mi lado, me volteé para quedar de espaldas a él, y me quedé dormida en minutos, creo que mucho antes que Jake.

Abrí mis ojos encontrándome tapada con una frazada que creía estaba guardada en el armario. De pronto recordé lo que había sucedido la noche anterior y busqué por toda la habitación con mi mirada a Jake. El lugar estaba vacío, incluso la cama de Gal, que parecía no haber estado en contacto con su cuerpo por la noche. ¿Gal habría pasado la noche aquí? ¿Me habría visto dormir con Jake en la misma cama?

De pronto la puerta de la habitación se abrió y Jake entró con nada más que una toalla cubriendo sus partes íntimas.

-Buenos días -Sonrió.

Todavía estaba mojado, tenía algunas gotas de agua en su abdomen y brazos. Su cuerpo aún despegaba humo por el agua caliente, y yo no podía pensar en nada más que esa toalla, envuelta en su cadera, era lo único que no lo dejaba completamente desnudo.

-¿Está buena la vista? -Preguntó haciéndome ruborizar.
-Deberías vestirte. -Dije apartando la mirada.- creo que aun tengo un pantalón de Charlie en el armario -Caminó hacia él y luego salió con unos vaqueros puestos. ¿Qué? Si es un delito usar la ropa de tu hermano mayor, entonces arréstenme.
-¿Gal... dónde está ella?
-No llegó en toda la noche. Quizá se haya quedado con tu hermano -
-Ellos son solo amigos
-Claro, como digas. -Dijo no muy convencido- Entonces... me gustaría ser tu amigo -Dijo acercándose a la cama.
-Has pasado la noche aquí, ¿Qué vas a hacer para que dejen de molestarme todos los otros chicos? -Pregunté cambiando de tema sutilmente.
-Oye... creo que mis palabras fueron, y cito, prometo quitarte ALGUNOS chicos de encima. Nunca dije todos.
-Per...
-Sin embargo, estuve pensando en terminar con esta apuesta. -No me agradaba el tono con el que hablaba. No era el de, ''Terminemos con esto de una jodida vez'' sino que decía, ''Revolquémonos aquí mismo y que sea lo que Dios quiera''.
-Como si Luke, Matt o Kendall fueran a dejarte hacer eso. -Musité, intentando no sonar nerviosa mientras él caminaba hacia mi.
-Ellos no pero tú si -Se acercó aún más. Mi espalda estaba pegada contra el respaldo de la cama y no tenía escapatoria. Jake se hacía paso hacia mi, sobre mi cama.
-Lo de anoche no fue solo cosa del momento... -Se inclinó y rozó sus labios en mi cuello, subiendo por él. Me sobresalté al escuchar un fuerte golpe en la sala común.
-¿Qué fue eso? -Pregunté.
-Yo no oí, nada. -Dijo y siguió besándome subiendo hacia mis labios.
-¡LÁRGATE CHARLIE NO QUIERO VOLVER A VERTE! -Escuché la voz de Gal y aparté bruscamente a Jake, saltando fuera de la cama.- ¡TE DIJE QUE TE FUERAS! ¡LÁRGATE, JODER!
-¿Qué sucede? ¿Gal? ¿Qué está pasando? ¿Por qué gritan? -Pregunté cuando salí de la habitación. Gal tenía el maquillaje corrido, más bien, su pintalabios y Charlie tenía un poco de él en sus labios. La situación era de lo más obvia, pero aún así, quería escucharlo salir de sus bocas.
-¡Él me besó! -Señaló a Charlie. Sonreí, mi mejor amiga y mi hermano. ¿Había una pareja más bonita?
-Disculpen, aún no entiendo el problema aquí.
-¡Te dije que no iba a importarle! -Reclamó Charlie.- ¡Joder, Gal! ¿Qué tengo que hacer para que no te portes como una niña? ¡Me gustas!
-¡Eso no te da derecho a besarme!

Mi mirada iba desde Gal hacia Charlie, alternadamente, mientras ellos se gritaban. Era tan divertido verlos pelear, parecían una pareja de casados. Ya podía verlos caminar hacia el altar, en la boda, con hijos, envejeciendo juntos.

-¡Solo es un beso Gal! -Musité.- ya olvídenlo y sigan con sus vidas
-¡NO PUEDO HACER ESO! ¡ÉL ME BESÓ!
-No decías lo mismo hace un año, Gal. -Sonrió Jake, apoyado en el marco de la puerta. Con nada más puesto que los pantalones de Charlie. Solo eso, con el torso desnudo. Mierda.
-¿Qué está haciendo él aquí? -Preguntó entre dientes mi hermano.
-Solo vino... por la tarea del jueves. -Sonreí.- sabes, mejor yo te la alcanzo luego, este no es un buen momento -Intenté hacer que se fuera.
-¿Y vino medio desnudo a buscar la tarea? ¿Sin el uniforme?
-No busques problemas morocha -La fulminé con la mirada.
-Solo digo que si a un chico le gusta una chica, ¿Por qué no podría besarla? -Dijo Jake.
-¡Exacto! -Confirmó Charlie.- Sabes Emma, él me agrada.
-¡Pues porque no! -Gritó Gal.
-Amiga, estás siendo algo melodramática ¿No crees? solo fue un beso
-¡No dirías lo mismo si fuera al revés!
-¡Claro que si! solo es un beso, no pued... -Sentí los cálidos labios de Jake sobre los míos. Sus manos se situaban en mi cintura, mientras me llevaba contra la pared. ¿Qué tenía este chico con las paredes y los besos?
-¿Qué dices ahora Emma? -Preguntó él, cuando nos apartamos en busca de aire.
-¡LARGO DE AQUÍ! -Grité empujando a Jake y a mi hermano fuera de la habitación. ¡Ya había tenido suficiente! Había dormido en la misma cama, me había besado la noche anterior, me estaba confundiendo y hace apenas unos minutos, había intentado acostarse conmigo.

Jake Daniels. Ya no era bienvenido a esta habitación. Al menos no, hasta que aprendiera a no besar a las chicas cuyas mentes están confundidas.

-¡Solo es un beso Emma! ¡Estás siendo melodramática! -Se mofó Gal. Frunciendo los labios.
-¡No es lo mismo!
-¡Oh, por supuesto que sí lo es!
-¡Cállate!

Soy virgen, ¿Y qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora