Cuando entré a la cafetería los murmullos aumentaron en número. Pero podía ver que no era de mí de quién estaban hablando, sino de alguien sentado en una mesa apartada de todo el mundo.
El chico era rubio, a distancia se le notaban los ojos verdes azulados y al parecer era alto. Vestía completa y solamente de negro. Tenía una postura erguida, y no hacía más que mirar el sandwich que estaba entre sus manos. Sus gestos... sus exclamaciones. Conocía a ese chico de algún lugar..
-Hey chicos. -Saludé a Charlie y Gal. Se llevan mejor, pero Gal aun no quiere perdonarlo. Solo se toleran, pero no tanto.- ¿Quién es ese?
Charlie se encogió de hombros y miré a Gal esperando respuesta.
-Nadie se ha atrevido a preguntarle. ¿Lo has visto bien? ¡Es el típico chico malo estadounidense! escuché en el baño que decían que sus padres eran de la mafia. -Gal redactaba la biografía hecha por rumores de aquél chico como si fuera real.
-Patrañas. Iré a hablarle, si se trata de alguien que no está enterado de la apuesta, podría ser mi aliado. -Caminé hacia la figura esbelta sentada al final de la cafetería, con todas las miradas puestas sobre mi.- hol... ¿James?El chico alzó la vista y cuando me vio, en su rostro se formó una amplia sonrisa. ¡Sí, era él! ¡Era James!
-¡Oh dios mio! ¡James!
-¡Emma estás... wow! quiero decir... ¡wow! -Repitió y me abrazó. Miré a Charlie y le hice un par de ceñas para que se acercara a nosotros.- ¡Charlie! ¿También tú estás aquí?
-Sabes que no dejaría a mi hermanita sola. -Rodé los ojos, cuando el castaño habló.- que bueno que estés aquí, llevaba tiempo sin verte.
-Lo mismo digo, Charlie, lo mismo digo.
-Así que dime... -Comencé.-¿Desde cuando el tío Jerry trabaja en la mafia?
-¿Qué? -Preguntó entre risas.
-Es lo que todos están diciendo -Aclaró Charlie.
-¿Mafia? ¿Mi papá? por favor... no sale de la universidad ni para navidad. Aunque he oído que expulsaron a algunos por consumir drogas, espero no sea verdad, ¡No me ha convidado!Los tres reímos como lo hacíamos desde niños. Me alegraba que James estuviera aquí, podría usarlo como escudo contra chicos también a él. James era mi primo. Había vivido en Nueva York en su infancia y siempre la pasabamos juntos los tres, luego él se mudó a California con sus padres y solo nos veíamos para las fiestas, cuando toda la familia se reunía.
Decidimos saltarnos las clases por un día y pasar el resto de la tarde en mi habitación recordando viejos tiempos. Aunque eso significara problemas.
-Lo recuerdo, ese día di mi primer beso -Sonrió nostálgico mientras lo recordaba.- hablando de besos, escuché algo sobre una apuesta y...
-¡Ni lo menciones! -Bufé.
-No me digas que tú...
-¡Dije que no lo menciones! -Bufé de nuevo, esta vez levantándome del suelo y acomodándome en el sofá.- y todo gracias al idiota de Luke
-Tan idiota no ha de ser, digo... si te tiene así -Comentó el rubio poniéndose de pie.
-¿Así cómo? -Fruncí el ceño.
-Olvídalo... ¿Alguien más tiene hambre? -Preguntó saliendo de la habitación con Charlie y yo por detrás.No había mucha gente reunida allí esa tarde, salvo los cuatro chicos que no quería ver jamás. Los he estado evitando desde anoche... en especial a Jake. Mientras más esté alejado de mí, mejor. Mientras Charlie se alejó para ir por la comida, James y yo nos ubicamos en una mesa vacía.
-Entonces Luke... - Comenzó James, pero lo interrumpí antes de que terminara.
-Por favor, no quiero tener esta conversación ahora.
-Pero si.. -
-¡¡OYE!! ¡¿QUÉ TE PASA IMBÉCIL?! - Ambos volteamos al escuchar gritar a Jake.
-¡Repitelo si eres tan valiente!Todos en el lugar estaban viendo a Jake y Luke gritarse el uno al otro. Son mejores amigos ¿no? ¿Que no se supone que comparten todo? hasta chicas y todo eso.
Luke se paró de su lugar y caminó hasta quedar frente a Jake. Todos en la cafetería los rodeamos esperando a que le diera un puñetazo, pero Luke solo lo tomó de la camisa le susurro algo y luego se retiró de la cafetería con Matt por detrás.
Todo el mundo se quedó atónito por la situación, si Luke y Jake se peleaban significaba que Matt y Ken harían lo mismo, y si ellos también se peleaban significaba el fin de los cuatro fantásticos.
*****
Le di un un pequeño tour por la escuela a James, antes de dejarlo en su habitación. Me dirigía hacia la biblioteca porque, el trabajo del profesor Young no iba a hacerse solo, cuando escuche el grito de una conocida voz.-¡Emma espera! - Volvió a gritar y me encontré con Matt corriendo hacia a mi, a toda velocidad.
Esto se me hacia un deja vu por lo que comencé a correr también yo.Lance mis libros a un costado del pasillo y me dirigí hacia la misma habitación del conserje en donde ya habíamos estado antes.
-No Emma, ¡espera! - Grito pero no alcance a oírlo, yo ya había entrado a la sala con trapeadores y productos de limpieza.
Tantee la pared hasta dar con el interruptor de la luz y cuando al fin lo encontré lo presione.-¿Qué, como entraste? - Pregunte con la respiración agitada a Matt, que estaba frente a mi.
-Dejaste la puerta abierta
-Pues si, porque el pestillo esta averiado - Declare obvia.
-¿Que el pestillo esta qué? - Pregunto secándose el sudor de la frente.
-Averiado, ¿Que no ves que...? ¡¿Cerraste la puerta?!
-Tal vez - Dudó.
-Eres un idiota.
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Soy virgen, ¿Y qué?
Ficção AdolescenteEmma es una chica de 17 años, malhumorada, irónica, cínica y... virgen. Ella y su hermano son enviados por sus padres a un internado, lleno de mimados, millonarios chicos elitistas, presumidos y egocéntricos. Su vida cambiará cuando todos en ese ins...