el infinito y más allá

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Narrador omnisciente:

El cumpleaños de Kai estaba siendo todo un éxito.

Soobin junto a Beomgyu y su vecino de cuarto, Taehyun, le organizaron al joven un entretenido festejó; música movida, muchisma comida, desde pizza, ramen, carne asada a kimchi, bebidas alcohólicas y resfrescos; también aperitivos para acompañar. Se trataba de una celebración con todas las letras, como quién diría, todo se trató de una sorpresa de la cual el rubio no tuvo sospechas, incluso llegó a pensar que su alto novio y sus amigos habían olvidado su cumpleaños pues siquiera le mencionaban de este; razón por la que se sintió un poco desanimado también los últimos días.

Pero todo cambio, cuando esa noche al salir juntos de la Universidad, Soobin llevará a su chico a un sitio diferente, especial, le vendo los ojos para que no viera nada, condujo hacia el gran salón de fiestas que alquilaron y una vez allí, le sacó la tela oscura de los ojos, sorprendiendolo con un grande y decorado salón en el que se encontraban los familiares de ambos, sus amigos cercanos e incluso algunos profesores con los que tenían más afinidad. El chico se sonrojo al percibir tantas miradas atentas sobre su persona, apesar de éso beso a su chico sintiendose el ser mas afortunado de la tierra por tener a un chico tan detallista y dulce como pareja; el alto no se quedo atrás, llevo sus fuertes manos a la cintura del mas bajo, para profundizar el beso mientras lo levantaba un poco del suelo, dejándolo un poco más a su altura; Huningkai quiso reír ante esto pero los demandantes labios de su novio le impedían apartarse.

- hey, hey, guarden eso para cuando estén solos-. De golpe una fuerte voz los interrumpió, apartaron sus labios, Kai tenía un leve sonrojo en las mejillas, sus labios estaban hinchados y su ropa un poco arrugada debido a que las inquietas manos de su novio lo habían agarrado de una manera bastante intensa, Soobin por su parte se relamio los labios, observando con picardía al menor, para finalmente soltarlo y dejarlo nuevamente sobre él suelo, ambos observaron a Beomgyu, quien se había acercado a la feliz pareja- no cuenten plata delante de los pobres, ¿quieren?- les pidió fingiendo ofensa, a lo que los chicos rieron levemente; los tres conversaron por un largo tiempo, al parecer Beomgyu había terminado con su novio, más bien, su chico lo había abandonado, ellos lo apoyaron, pues sabían lo enamorado que estaba el más bajo con aquel joven, quién no conocían en persona, pero notaban lo embobado que traía a su amigo debido a que siempre les hablaba sobre él como si fuera el ser más especial que piso el planeta; razon por la que se imaginaban que el chico tendría su pobre corazón lastimado, Beomgyu podia entender que había ocasiones en las que era muy presumido, competitivo, frío y puede que hasta descortez, pero quería a ese joven, se sentia realmente enamorado y no entendía porque lo habia dejado tan repentinamente

-. Esque soy yo Huningkai, ¿lo puedes creer?, ¿quién podría dejarme?- le preguntó el más bajo a su amigo, El pelinegro se había retirado para conversar un momento con su familia, debido a que hace bastante tiempo no los veía, mientras tanto el rubio y el chico arrogante se habían quedado conversando respecto a la reciente separación de este- tendré mis defectos, lo sé, pero por favor, no puede hacerme esto, soy guapo, soy inteligente, hago ejercicio, como saludable, soy el mejor en la cama, ¿sabes?, dudo que encuentre a otro que lo haga como yo, tendrías que haber escuchado como lo hacía gritar- aseguró, mientras tanto la abuela de Kai y su madre estaban cerca, probando unos aperitivos que posaban sobre la mesa, Huningkai carraspeo incómodo al notar que ambas mujeres oyeron las fuertes declaraciones de su amigo, pues su abuela había escupido un poco del jugo que estaba tomando y su mamá empezo a darle palmaditas en la espalda para evitar que se atore, el castaño al ver esto río con nerviosismo

- amigo, ya deja de decir estupideces- le pidió dándole palmadas en el hombro, observó como su madre y su abuela le sonreían, demostrando que estaban a gusto en ese lugar, algo que tranquilizó al joven