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Narrador omnisciente:

Si algo describía a la perfección el amor que había entre aquellos dos chicos, sin duda, sería su mirada.

Los ojos oscuros, profundos, intimidantes y atentos de Soobin se iluminaban cada vez que veía al rubio de risa escandalosa y humor alegre; este también mostraba todo el cariño y aprecio hacia el chico con sus interminables sonrisas, sus caricias, sus atenciones, siempre lo apoyaba y se preocupaba por él; por otro lado, el alto se lo recompensaba siendo un hombre detallista, atento, romántico, por momentos era dulce y simpático, aunque en contadas ocasiones sus ojos se habían oscurecido y su mirada se había congelado a causa de los celos, algo, que por suerte no pasaba muy seguido, pero a Kamal le daba bastante miedo las pocas ocasiones en las que le ha hecho una escena, puesto que toda su personalidad encantadora y amable desaparecía en esa pequeña porción de tiempo; aún así, todo ese enojo se esfumaba cuando luego de discutir por varios minutos, terminarán por comerse la boca y quitarse la ropa.

- a-ah~ah- los golpes en la pared eran cada vez más fuertes a causa de que Soobin arremetía con mas fuerzas contra el cuerpo del más bajo, haciendo que el respaldo de la cama marcará un perfecto compás chocando contra la pared una y otra vez- ¡S-Sobin!-. Grito consumido en su nube de placer mientras apretaba las sabanas blancas que posaban debajo de sus acalorados y sudados cuerpos

Pobre Taehyun. El chico universitario que residía en la habitación de alado; había noches enteras en las que aquellos tortolitos no lo dejaban dormir con sus jadeos, golpes, gritos, suponía que sus compañeros lo estarian pasando realmente bien y se alegraba por eso, pero, por favor, ¿el respeto dónde quedaba?. Afortunadamente, cuando les tocó mudarse al campus de la universidad, al principio les tocó en habitaciones diferentes, pero, estos chicos se las arreglaron para hacer un cambio de compañeros y así poder compartir habitación; siendo exactos, Soobin le ofreció una cantidad de dinero a su compañero para que decida cambiarse, algo a lo que el joven no se opuso y aceptó el soborno muy alegremente.

- estas loco-. Le había dicho entre risas tontas de enamoramiento su alegre novio, mientras enrollaba sus brazos alrededor de su cuello y este lo tomaba de la cintura con sus grandes y firmes manos, mirándolo a los ojos fijamente, haciendo sentir a este inseguro pero a la vez muy querido por el brillo especial que veía en estos cada vez que lo miraba, podía escuchar los latidos de su corazón al juntar sus torsos, el ritmo de su respiración se irregularizaba y se ponía nervioso, le agradaba causar aquellas sensaciones aún en él, apesar de tener cinco largos años de noviazgo

-loco por ti- le aclaró juntando sus frentes mientras seguía viendo al rubio como si fuera una de las maravillas del mundo

Obviamente, una de las reglas era no llevar a nadie para tener encuentros nocturnos en la residencia, pero en la noche nadie controlaba ese tipo de cosas y ellos lo aprovechaban, Kang Taehyun tuvo que adaptarse a los ruidos, y lo hizo por dos razones: la primera, la parejita le agradaba, ambos eran muy amables y parecían quererse realmente. Segundo, su amigo en común, aquel chico de risa igualmente ruidosa y mirada cautivadora, rostro perfecto que parecía tallado por los mismísimos ángeles, agradable también aunque en ocasiones se mostraba serio y frío; el joven Beomgyu. El chico siempre le había llamado la atención, tenía la esperanza de que si era comprensivo con la ruidosa pareja universitaria, podría lograr algún día acercarse a su amigo.

Pero, su amor no sólo se demostraba atraves de sus profundas miradas, sus besos tiernos u sus pasionales noches; porque el amor es mucho más que una buena conexión entre las sabanas. Amor es comprensión, es cuidado, atención, detalles, tiempo, espacio y libertad, si bien la libertad era algo que al pelinegro le costaba brindarle puesto que era bastante celoso, no llegaba al punto de ser asfixiante; siempre estaban el uno para él otro, tenían palabras y acciones de aliento cuando uno se sentía desanimado, se acompañaban en las buenas, en las malas, se encontraban ahí cuando el otro necesitaba un abrazo, cuando necesitaba un consuelo, cuando se sentían felices compartían esa alegría juntos, estaban en la misma sintonía y se entendían con pocas palabras, querían lo mismo y se ayudaban a cumplir sus objetivos, ¿que era más perfecto que éso?, ¿que podría ser más sano?, ¿que amor podría ser más sincero que el incondicional?.

Como todas las personas, los chicos empezaron su relación amorosa sintiendo una atracción física; pero cuando eso acaba, un ser humano necesita algo más para quedarse, todos necesitamos una unión y conexión más fuerte que esa para decidir tremenda decisión de compartir el resto de tu vida junto a alguien; ese alguien debe tener algo que otros no, tienes que sentirte diferente junto a ese ser, debes sentirte querido y sentir que realmente lo quieres, por razones que van mucho más allá de su cara bonita.

Eso era lo que Soobin había encontrado en Huningkai.

El alto, estaba muy seguro de lo que sentía, su corazón latia más fuerte cuando lo veía, sus ojos se dilataban como el primer día, sus mejillas se sonrojaban aún con algún comentario u alago que el menor le hiciera; pues tenía su lado tímido y tierno también, el rubio adoraba ver sus sonrisas sonrojadas que dejaban lucir sus bellos y envidiables oyuelos. Era por esa razón, que estaba seguro de dar ese siguiente paso, el que muy pocas parejas se atrevían, ¿se imaginan de que se puede tratar?, pues si: Casamiento. El pelinegro, guapo y de bonitos oyuelos estaba seguro de que no podría sentír por nadie, pero absolutamente nadie más lo que sentia por kai, estaba totalmente convencido de eso, pero... ¿realmente sería así?.

el infinito y más allá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora