¿Será real?

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Desperté con el aroma de unos cabellos que conocía muy bien, con una sonrisa abrí los ojos y vi la carita mas tierna del mundo sobre mi pecho, esta era la imagen que me recibía en la mañana los últimos días, ya que, no había tenido corazón para negarle al pequeño Alexander el gusto por dormir conmigo, un gusto que yo disfrutaba de buena gana, el pequeño en pocos días se había metido muy profundo dentro de mi pecho, lo cual no me extrañaba, ya que, era un digno hijo de su padre.

Con cariño lo acosté a mi lado y me dediqué a delinear su perfil, no pude dejar de pensar en mi propia vida y preguntarme si mi pequeño hijo hubiera sido parecido a Alexander, al menos hubiera tenido el mismo nombre, ya que, el idiota de mi hermano también me había robado eso, sin querer darle espacio a los dolorosos pensamientos, besé la frente del pequeño cachorro y fui a la cocina a prepararles el desayuno a ambos pequeños, ya que, amaban mis hot cakes y yo los quería mimar, mas aún a Thanya que era un poco más tímida que Alexander y se acercaba menos a mí.

Mientras cocinaba sentí una presencia tras de mí, cuando me di vuelta vi que era Mew, que afirmado en la encimera me miraba, con sus cabellos desordenados y ojos dormilones - ¿Tienes hambre?, dije mostrándole el sartén con la masa a medio cocer.

-No me cansaré de agradecerte lo que has hecho por los niños estos días, te juro que nunca los había visto tan felices, ni siquiera cuando estaba Kai vivo, eso último lo dijo en un susurro tan bajo, que podría haberme imaginado sus palabras -Alexander nunca había sonreído tanto y Thanya de a poco está retomando su vida de niña.

-No he hecho mucho Mew, dije sintiéndome feliz por ver que los niños estaban mejor y que yo hubiera aportado un poco en eso, sin decir mas seguí trabajando, hasta que sentí como los dedos del moreno acariciaban mi espalda, haciéndome saltar por la sorpresa - ¿Qué pasa?

- ¿Es el pie de un bebé?, dijo acariciando mi tatuaje, aquel que me había hecho hace varios años, con un suspiro asentí, había muchas cosas de las cuales podía hablar sin romper a llorar, pero esta no era una de ellas, así que esperé a que el castaño dejara de preguntar, sin embargo, Mew era un curioso por naturaleza y si le dabas el pie para meterse en tu vida, no había forma de que lo pararas - ¿Qué significa?

-Lo que pudo ser y no fue, dije terminando de cocinar y alejándome de él, recuperando mi espacio y empezando a servir los hot cakes en los platos respectivos - ¿Desayunarás con nosotros?

-Siento que eres todo un enigma, dijo tomando la salsa de chocolate y el sirope de arce, para colocarlo en la mesa - ¿Alguna vez me contarás lo que ocultas?

-No es nada importante Mew, dije colocando los platos en la mesa y yendo a los cuartos a buscar a los pequeños, como siempre ocurría el pequeño Alexander se pegó a mi cadera y como un Koala lo llevé a desayunar su comida favorita -No comas tan rápido cachorro, nadie te quitará tu comida.

-Me encanta tu comida tío, dijo Alexander dándome un beso, haciéndome sonreír, desordenar sus cabellos y echarle mas leche con chocolate a su taza -Podría comer esto siempre.

-Entonces engordarías y rodarías en vez de caminar, dijo el castaño con tanta ternura que me hizo sonreír.

-Aun así, te verías hermoso cachorro, dije viendo como tomaba su taza con las dos manos y bebía su leche, feliz por mi halago - ¿Quieres más leche Thanya?

-No tío, estoy bien, dijo comiendo su hot cake con calma, a diferencia del remolino que era Alexander, ella era todo paz y tranquilidad, desde su forma de hablar y moverse, hasta como comía - ¿Pero puedo echarle más salsa de chocolate?

Detrás del dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora