Cachorro al rescate

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-Te dije que no maldita sea, dijo mi castaño paseándose por el living, mientras yo lavaba la loza, estábamos a menos de una semana de la mediación para el divorcio de Mew y Kai y este último nos estaba haciendo la vida imposible, a la primera mediación no llegó y tuvimos que reprogramarla, extendiendo la incertidumbre y caos que esta situación provocaba.

Cuando colgó y lanzó el teléfono al sillón, me acerqué y le di un té con canela, odiaba ver a mi castaño tenso, pero era un hecho recurrente desde que mi hermanito reapareció - ¿Qué quiere ahora?, dije sentándome sobre sus muslos y acariciando sus hombros.

-Llevarse a los niños el viernes, dijo dejando la taza en la mesa y metiendo su cara en mi cuello -Le he dicho mil veces que es el matrimonio de Tul, pero está empecinado en estropearlo todo.

- ¿Los quiere a los dos?, dije viendo como asentía, últimamente estaba empeñado en hacer que a la fuerza, Alexander conviviera con él, lo cual había sido un cambio radical en su modus operandi, no obstante, el pequeño era terco y no daba su brazo a torcer, rechazándolo en todo momento.

-Sólo quiero tener esa maldita mediación y olvidarme de Kai y de su idiotez, dijo besando mi cuello y mordiendo mi hombro -Si no pasa pronto, juro que me convertiré en un asesino.

-No digas bobadas, dije besando sus labios y acariciando su cuello -Tengo fe de que todo saldrá bien.

-Claro bebé, dijo apretando mi trasero y metiendo su lengua en mi boca, haciéndome gemir con fuerza.

-Mami Gulf, ¿puedo ir mañana contigo al colegio?, dijo mi Alexander con su peluche en la mano, interrumpiendo nuestro momento de intimidad -Quiero dibujar con tus alumnos.

-Claro cachorro, dije saliendo de las piernas del castaño y tomando a mi niño hermoso -Podemos comprar una caja de crayones.

-Yupiiii, dijo levantando sus brazos y sonriendo, con cariño desordené sus cabellos y lo senté en el taburete de la cocina, para darle un pocillo con frutas.

-Amor hoy viene el chico de los trajes, dije viendo como Mew seguía desparramado en el sillón con cara de enojo por la llamada recibida -Así que cambia esa cara y anímate.

-Lo sé bebé, dijo suspirando con frustración, la cual no se fue ni siquiera cuando el modista me había hecho pasearme en ropa interior delante de él, para tomar las medidas y ajustar mi traje, mientras colgaba la ropa que usaríamos para la boda de Tul pensé en mil formas de terminar está situación con mi hermano y todas me llevaban inevitablemente a la idea loca de asesinarlo.

-Tío Gulfie, ¿puedo hablar contigo?, dijo Thanya entrando a mi cuarto y sacándome de mis pensamientos homicidas, cuando asentí se sentó en la cama y cruzó sus piernas, haciéndola ver mas pequeña de lo que era -Mami me preguntó si quería ir a vivir con él.

Escucharla me hizo apretar los dientes, se suponía que no les preguntarían ni contarían nada a los niños, para evitar que se involucrarán en una situación de adultos, pero obviamente mi hermano no tenía valor ni moral - ¿Y que piensas de eso cachorra?, dije sentándome a su lado y acariciando sus largos y sedosos cabellos.

-Me encantaría vivir con él, pero también quiero estar con ustedes, dijo mordiendo su labio y con sus ojitos brillantes, me había centrado tanto en Alexander, que había obviado la presión que la pequeña Thanya estaba sintiendo -No sé qué hacer.

-Lo primero que debes hacer, es respirar profundo y soltar hasta que tu cuerpecito se relaje, dije viendo como me hacía caso con rapidez -Luego debes seguir tu corazón bebé, porque esa es la única forma en que podrás dormir tranquila y sentirte bien, si eres honesta con lo que sientes, serás una persona libre y valiente.

Detrás del dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora