Una pesadilla hecha realidad II

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Alexander estaba pegado a mi cuello como un Koala, no había sacado su cara de mi piel en ningún momento, ni cuando Kai había tratado de saludarlo, ni cuando le había tratado de comprar un juguete, sólo logré sacarlo de su escondite, cuando abrí la lonchera que Gulf le había preparado, presintiendo que el pequeño cachorro no querría nada que viniera de su madre.

-Hey cachorro, Gulfie te preparó unos sándwiches y unas cositas ricas para comer, dije viendo como salía lentamente de mi cuello y se sentaba pegado a mi pecho, en ningún momento levantó su mirada y en un silencio absoluto comió su lonchera.

- ¿Tú también le hablas como si fuera un animal?, dijo Kai con Thanya en sus piernas, obviamente su tono era despectivo y beligerante, suspirando abrí la lonchera para que la pequeña también comiera su comida.

-No hablaremos de eso Kai, dije abriendo un juguito para Alexander y otro para Thanya - ¿Qué quieren hacer después de comer?

-Con Thanya iremos a comprar ropa, puedo ver que su ropero esta bastante feo, dijo mirando la tenida que Gulf le había comprado, con rabia apreté los dientes y me mordí la lengua para no explotar, este no era el momento ni el lugar -Luego compraremos golosinas para la noche de películas que tendremos.

-Hablamos de eso Kai, los niños no se quedarán a dormir contigo, dije sintiendo como el pequeño se pegaba mas a mi costado, apretando con sus puños mi ropa -Pero podemos ir de compras y salir de nuevo mañana.

Cuando me iba a replicar lo miré con tanta fuerza y frialdad que cerró la boca y suspiró, nuevamente cargué a Alexander que suspiró en mi pecho, mientras acunaba a su peluche con fuerza -Yo quiero pasar la noche con mami, dijo Thanya mirándome con cara de cachorro recién nacido, sabiendo que decirle que no ocasionaría una pelea suspiré, le había prometido a Gulf que volvería con ambos a casa.

-Gulfie iba a preparar una tarta de chocolate con trufas para la cena, dije viendo como abría sus ojos emocionada - ¿Seguro no quieres ir a cenar a casa y mañana volver a ver a mami?, pueden hacer su jornada de películas en la tarde.

Cuando estaba seguro que me diría que sí, Kai habló estropeándolo todo -Podemos comprar una tarta para la noche, dijo acariciando los cabellos de la pequeña que asintió contenta con esa solución.

Sabiendo que era batalla perdida asentí - ¿Tú quieres ir cachorro?, dije viendo como los ojos color chocolate de Alexander se llenaban de lágrimas mientras negaba con su cabeza -Mañana iré por Thanya a las 15:00, debe arreglar sus cosas para la escuela.

-Puedo ir a dejarla yo, dijo Kai arrugando el entrecejo, molesto por que le colocarán limites.

-Prefiero que no Kai, dije recordándole nuevamente que no lo quería cerca de nuestra casa -Vamos, los iré a dejar.

Todo el camino a casa Alexander se hizo el dormido, lo cual era obvio que hacía para que Kai no insistiera en llevárselo con ellos, recién cuando habíamos dejado a Kai y a Thanya en casa del primero, abrió sus ojos y se relajó, lo cual terminó de hacer cuando se refugió en los brazos de un ansioso Gulf, que nos esperaba en la puerta de casa.

Esa noche nuestro pequeño durmió con nosotros, después de haber vomitado y tener un poco de fiebre, sin lugar a dudas, su cuerpo estaba somatizando el enorme estrés al que estaba siendo sometido.

Desperté con el ruido de las risas de Alexander y Gulf, que en la cocina comían con notoria alegría y satisfacción, el tocino en el plato de mis bebés se veía crujiente y sabroso, pero lo que realmente me dejó satisfecho, fue ver a mi cachorrito relajado, tranquilo y feliz, como siempre debió estar.

Detrás del dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora