Sólo momentos maravillosos

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Llegué a casa, vi a mis padres y al padre de Gulf sentados en living, con una copa de vino y una pequeña tabla de quesos y galletas, mientras que los niños jugaban con Hazard en la alfombra, con una sonrisa saludé a todos y besé a mis hijos que corrieron a mis brazos.

-Mis cachorros, dije imitando la frase que ocupaba Gulf para referirse a ellos - ¿Cómo se han portado?

-Bien papi, tío Gulfie hizo una lasaña para la cena, dijo Thanya con una sonrisa brillante  -Te estábamos esperando, tenemos hambre.

-Pasen a la mesa, comenzaré a servir, dijo Gulf caminando a la cocina, como un niño travieso lo seguí y aproveché de besarlo con intensidad, en el pequeño rincón que quedaba entre el freezer y la pared -Cuidado, nos pueden ver.

-Después de hoy no tendremos que escondernos, dije prometiendo darle el lugar que mi moreno se merecía - ¿Te han dicho algo?

-Hemos hablado de trivialidades y cosas divertidas, dijo el moreno volviendo a juntar nuestros labios y alejándome para comenzar a servir -Estoy nervioso Mew.

-Todo estará bien y si por alguna razón no nos aceptan, pueden tomar sus cosas e irse por dónde vinieron, dije dándole la confianza de que nadie me alejaría de él, no estaba dispuesto a dejar que otros decidieran por nosotros -Esto huele fabuloso.

- ¿Te gusta?, dijo acercándome la fuente al rostro, mostrándome lo exquisita que se veía, con maestría cortó grandes trozos y los fue colocando en platos, los cuales fui llevando a la mesa y colocando frente a cada uno de los comensales -Espero que les guste mi lasaña.

La comida de Gulf estaba tan sabrosa, que todos comíamos en silencio, disfrutando de la explosión de sabores que era este plato -Necesito esta receta Kana, dijo mi madre bebiendo un poco de vino de su copa -Está increíble.

-Claro Lily, dijo mi moreno viendo como los niños habían terminado de comer y miraban el freezer con anhelo - ¿Quieren postre?

-Empezará la maratón de Transformers, dijo mi Alexander haciendo un puchero - ¿Puedo levantarme?

-Vayan al cuarto, les llevaré el postre ahí, dijo Gulf haciendo que ambos rieran y corrieran al cuarto en compañía de Hazard -Les hice una tarta helada de chocolate, así que desde que la guardé en el freezer han estado a la espera de coger un trozo.

Con rapidez sacó la tarta y la sirvió en platos, para llevársela a los niños, que al verlo soltaron un ruido que nos hizo reír -Nunca había visto a los niños tan felices, dijo mi padre mirando al lugar dónde estaban Gulfie y los niños -Desde que llegamos no han parado de reír y estar jugando por ahí.

-Gulfie les ha hecho muy bien, dije mirando las caras de los mayores, viendo y sopesando sus reacciones.

-No sólo a ellos, tú también te ves brillante y feliz, dijo mi madre con curiosidad, como si me hubiera descubierto asaltando el cajón de las galletas.

-Lo estoy madre, dije sirviéndoles más vino, al volver el moreno recogió los platos y sirvió el postre, cuando volvió a nuestro lado, por debajo de la mesa entrelacé nuestros dedos y les di un apretón -Con Gulf los invitamos a comer, porque queríamos hablar con ustedes.

- ¿No hemos hablado suficiente?, dijo mi padre con una sonrisa burlesca, claramente ellos sabían para dónde iba esto y se estaban burlando de mí.

-Con Gulf estamos juntos, dije mirando como el moreno mordía su labio y miraba a su padre, que en silencio siguió comiendo de su tarta.

- ¿Me puedo llevar un trozo de este pastel?, dijo mi suegro lamiendo la cuchara y sonriéndole a Gulf, que lo miraba con ojos grandes y asombrados.

Detrás del dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora