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Las estrellas eran su cosa favorita, brillantes, hermosas e interesantes. Cuando era niño tenía el pensamiento de que estaban hechas de magia, que eran deseos de la gente o almas de personas que ya no estaban en este mundo, pensamientos para darles un sentimiento y significado más profundo y una explicación de su origen a su curiosidad inocente de un niño de solo 6 años.
Después aprendió que esas hermosas luces brillantes llamadas estrellas son motores de energía cósmica que producen calor, luz, rayos ultravioleta, rayos X y otras formas de radiación, y que no estaban hechas de magia sino que estaban compuestas casi en su totalidad de gas y plasma, en un estado de supercalentamiento de la materia compuesta de partículas subatómicas. Esta información le comprobó que efectivamente no podría tocar jamás una, pero al menos podía admirar su belleza.
Ese cumulo de energía y calor era excesivamente hermoso a sus ojos, ese brillo incandescente se veía tan cálido y doloroso al mismo tiempo. De alguna forma las estrellas siempre le recordaron a Mikaela incluso después de saber la verdad sobre estas.
Mikaela era tan hermoso como una estrella, siempre brillando, resaltando ante los demás, era la luz en plena oscuridad, aquella que en medio de tanto mal parece un suspiro de alivio. Mikaela podía ser una divinidad si así lo quisiera, no solo tenía la belleza sino también la personalidad e inteligencia, por más que buscara simplemente no le encontraba ningún defecto y es que simplemente se enamoró hasta de ellos.
Pero decir que Mikaela era magia era una afirmación errónea, después de todo seguía siendo humano, con sentimientos y ambiciones, con subidas y bajones, aunque debe aclarar que Mikaela era lo perfecto en la palabra imperfecto.
Las estrellas son aterradoras por lo que implica estar cerca de ellas, acercarse demasiado supone la muerte y es por eso que es mejor observarlas de lejos. Acercarse a Mikaela no lo matará pero si le da miedo, no en el mal sentido, solo tiene miedo de lastimarlo en algún momento, tiene miedo de que esa hermosa estrella pierda su luz y se convierta en un cascarón vacío.
Mikaela siempre fue importante para Yuichiro, era un niño alegre y positivo, comprendía a los demás y ayudaba por gusto; un verdadero sueño de persona. Mikaela es alguien fuerte pero también es muy frágil, cuando algo de verdad lo lastimaba se podía ver en su mirada, seguramente se rompe cuando nadie esté cerca y eso aterra a Yuichiro. Mikaela desde pequeño era cerrado con algunos temas y sentimientos, prefería mostrarse bien ante los demás o mínimamente estable. Es algo en lo que intentó no pensar incluso cuando eran niños, pero un día simplemente no pudo evitar pensarlo y es que lo vio con sus propios ojos.
12 años antes...
Yuichiro buscaba desesperado a Mikaela por todo el orfanato, esa mañana no estaba de buen humor y le dijo cosas hirientes al rubio, cosas que después de que el enojo bajó y la tensión del momento también; se arrepintió de haber pronunciado, sin embargo Mikaela parecía estar bien, seguía con su sonrisa y hablándole como si nada hubiera pasado, seguía con normalidad como si aquello de verdad no le hubiera afectado así que no vio la necesidad de disculparse en ese momento.
Continuaron con normalidad el día hasta que en algún punto de la tarde el rubio desapareció de la vista de Yuichiro, este preguntó sobre su paradero a cada niño que se encontró en su camino pero ninguno sabía nada sobre él y Yuichiro comenzó a preocuparse. Cómo última opción pregunto a la señorita Luz, la empleada más joven y más cercana a los niños.
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Déjame enamorarte -Yuumika-
FanfictionMikaela y Yuichiro se rencuentran después de haber sido adoptados, Yuichiro desconoce los sentimientos de Mikaela pero intentara enamorarlo y ser su pareja. Este fanfic no sigue la historia del anime o manga. Los personajes pertenecen originalmente...