IV. Cita

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No era alguien que disfrutara de despertarse temprano pero ese día amaneció de un particular humor alegre que ni siquiera Guren con sus reclamos, sin sentido desde su perspectiva, lograrían quitárselo. Tenía planeado llevar a una cita a su pronto novio ese mismo viernes, por lo que tenía 4 días para planear todo y prepararse, de momento se concentraba en detalles pequeños.

Mikaela le contó que a pesar de saber manejar no tenía un auto propio por lo que tomaba el bus para llegar a la universidad, en realidad no le molestaba y estaba ahorrando para comprarse uno, no le gustaba pedirle a su madre ese tipo de cosas. Pero Yuichiro pensó que sería buena idea ofrecerse para llevarlo, después de todo su padre Guren le permite usar uno de los dos autos que tienen para llegar a su universidad, aunque debía volver inmediatamente después de salir, es por eso que anteriormente no pudo llevar a Mikaela a su casa después del trabajo; una vez terminaba la escuela debía volver y si quería salir tendría que tomar algún transporte público. Que Guren haya accedido a prestarle el auto  en la noche la vez anterior había sido un verdadero milagro.

Es así que se levantó más temprano de lo habitual y se alistó para la escuela. Prosiguió a mandarle un mensaje al rubio buscando entre sus contactos a la persona agendada como "Mi estrella ⭐✨" y enviarle primero un mensaje de buenos días y después una invitación ofreciéndose a ser su chofer personal.

Salió de su habitación en dirección a la cocina donde Shinya y Guren se encontraban preparando el desayuno.

-Yuu, cariño, ¿Qué haces despierto tan pronto? -Preguntó Shinya al ver al azabache menor entrar sin su mal humor por ser tan temprano.

-Nada en particular papá -Yuichiro respondió mientras tomaba una manzana del frutero sobre la isla en medio de la cocina.

-Algo trama el mocoso -Guren ya empezaba a crear teorías conspirativas dentro de su cabeza, un repentino cambio en su hijo no significaba nada bueno para él.

-No es de tu incumbencia Guren -Le sacó la lengua y el mayor le devolvió el gesto. Un poco infantil pero divertido para ambos. Shinya solo puso los ojos en blanco y siguió con el desayuno.

-Yuu, ¿Podrías ayudarnos a poner la mesa?

-Claro papá.

Yuichiro ayudó a sus padres colocando los platos y vasos en la isla, en el lado donde estaban tres taburetes con asientos suaves en color gris. Guren fue pasando cada plato a Shinya para colocar algo de comida y volviéndolos a colocar en el lugar original, pronto la mesa estaba servida y podían proseguir a comer. 

-Ya mocoso, ¿Qué demonios te pasa hoy? -Preguntó Guren mirando insistente a su hijo mientras degustaba la asombrosa comida de su esposo.

-Yuu, cariño, puedes contarnos lo que sea, desde hace días estas algo raro y esto ya es preocupante -Shinya dejó su plato a un lado para prestar total atención a su hijo. Yuichiro suspiro ante la insistencia de sus padres, sabía que estaba siendo muy evidente y realmente quería contarles es solo que no sabía como tocar el tema.

-Bueno -Comenzó algo inseguro de lo iba a decir -Digamos que me enamore de alguien y le estoy enamorando... -La vergüenza subió por sus mejillas y llegó hasta sus orejas. El absoluto silencio que vino después no favoreció en nada a su bochornosa situación obligándolo a esconder su rostro entre sus manos.

Déjame enamorarte -Yuumika-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora