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Tener que correr para no ser atrapado por sus amigos no era algo que disfrutara del todo, en pleno centro comercial era un buen lugar para esconderse; la conglomeración de personas, el ruido y la inmensidad del lugar le daban todas las posibilidades de esconderse y que mínimo tardaran 30 o 40 minutos en encontrarlo.
Sus amigos eran unas buenas personas, alegres e inteligentes, pero a veces podían ser muy incómodos para él cuando comenzaban con su melosidad entre sus parejas, no le importaba en realidad pero sentía que estorbaba, así que solía escabullirse y esperar hasta que se percataran de su ausencia y le mandaran un mensaje o lo encontraran.
Miraba con aburrimiento las tiendas, pronto le daría hambre así que pasaría por algún restaurante, sin embargo se detuvo en una tienda de artículos artísticos. Yuichiro no era muy fan del arte, era tan abstracto para él que no era capaz de apreciarlo como los demás; para el resto eran líneas con un trazo marcado y significativo, y para él eran simples líneas hechas por una persona que se sentía artística en pleno efecto alcohólico.
Aunque claro, era capaz de apreciar parte de entre todos los tipos de arte, pero sentía que su opinión no era tan profunda así que tampoco tenía con quien compartirla.
Sin embargo, paró en esa tienda, mirándola por encima. No era capaz de explicarlo pero un impulso en él le pedía entrar en esa tienda, y como no tenía nada más que hacer accedió a ese extraño impulso y se adentró.
Miró cada uno de los artículos, desde lápices normales hasta de colores, pinturas, libretas, pinceles y diversos materiales de diferentes tipos, marcas y texturas. No sabía que podía haber tanto material para el arte, o seguramente se lo enseñaron pero lo olvido; a su mente llegaron vagos recuerdos de su vieja clase de artística en la cual no ponía absolutamente nada de atención.
El lugar era cálido y colorido, algunas plantas adornaban el espacio y se veía pintoresco. La mayoría de los estantes estaban vacíos pero aun podía ver algún que otro articulo que demostraba que había antes en esas repisas.
-Disculpe, ¿Necesita ayuda?, si busca algo en concreto puedo decirle dónde esta.
Una cálida voz se escuchó detrás de él, era algo grave pero armoniosa y suave. Podía jurar que era la voz más hermosa que jamás escuchó. Inmediatamente se giró para negar cortésmente ante la propuesta de ayuda, pero de su garganta no salió nada más que un jadeo al tener en presencia a tal chico.
Ambos se quedaron paralizados observando al chico frente a ellos. Podía pasar el tiempo, las estaciones seguir con su curso y la vida seguir su camino pero ellos se reconocerían donde fuera, como fuera y cuando fuera, porque lo único que necesitaban eran volver a ver esos ojos de los que se enamoraron inocentemente cuando apenas eran unos niños, cuando no sabían lo que sentían, cuando la pureza marcaba su mente y solo sabían que se querían demasiado, cuando lloraron mares por tener que separarse e intentaron sanarlos con besos.
-¿M-Mika?... -Salió casi en un susurro inaudible pero Mikaela lo escuchó perfectamente. Esa voz más gruesa y grave de la que recordaba, pero seguía siendo cálida, seguía sintiéndose tan hermosa y llena de cariño. Seguía siendo de Yuichiro.
-Y-Yuu-chan -Susurró un poco más fuerte que el azabache.
Solo eso basto para que la cercanía de sus cuerpos se hiciera presente en un gran, cálido y fuerte abrazo del que no sabían si podrían ni querían separarse. Inevitablemente las lagrimas salieron de sus ojos, y es que por más que hayan pasado 10 años desde su separación, nunca pudieron dejar de pensar en el otro, después de todo Yuichiro prometió volver por Mikaela y esa promesa se mantenía fresca en la mente de ambos incluso después de 10 primaveras.
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Déjame enamorarte -Yuumika-
Hayran KurguMikaela y Yuichiro se rencuentran después de haber sido adoptados, Yuichiro desconoce los sentimientos de Mikaela pero intentara enamorarlo y ser su pareja. Este fanfic no sigue la historia del anime o manga. Los personajes pertenecen originalmente...