Capítulo 13.

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Días después, Lisa se había despertado más temprano que de costumbre, por lo que tenía algo de tiempo para holgazanear. Después de desayunar, tomó asiento sobre el sofá desgastado en la sala y se entretuvo un buen rato intentando descrifrar el aparato entre sus manos. 

El sonido de la puerta abriéndose y los zapatos resonando sobre el piso de madera le llamó la atención, pero no levantó la vista de dónde la tenía, sabía que era Jisoo, quien se había levantado sumamente temprano por una reunión de improvisto en su trabajo. 

Una voz se escuchó, no obstante, ignoró lo que decía.

—Lisa, yo- ¿estás escuchándome? 

Lisa volteó a verla de reojo, antes de volver su atención al cubo rubick que tenía entre manos, intentando armarlo desde hace ya más de una hora.

—¿De dónde sacaste eso? —le preguntó su hermana, dejando la caja sobre una mesa.

—Es de Nayeon, lo dejó aquí el otro día que estaba estudiando, ¿recuerdas?

—Bien ¿pero podrías dejarlo y prestarme atención? Necesito hablar contigo de algo urgente y-

—Ahora, ya casi lo termino, sólo tengo que- ¡Oye!

—En primer lugar, estás armándolo mal. Todo el mundo sabe que debes armar primero la cara blanca.

Dándole un vistazo rápido, Jisoo movió sus dedos de forma veloz sobre el cubo y en menos de diez segundos lo tuvo entre sus manos completamente armado.

Lisa bufó y rodó los ojos, para nada divertida con el hecho de que su hermana acababa de arruinar su entretenimiento.

Para captar su atención, la mayor posó el cubo sobre la desgastada mesita de madera con un estrepitoso sonido, haciéndola saltar en su asiento.

—Ahora que tengo tu atención —se jactó con una ligera y diminuta sonrisa—, necesitamos hablar.

—¿De qué o qué? Por cierto, ¿por qué estás en casa tan temprano? ¿Te dieron el día libre y lo aceptaste? —se burló divertida.

Sin embargo, la diversión o molestia no aparecieron en los rasgos de la mayor, sino más bien algo parecido a la... verguenza y timidez. Dos cosas que jamás se veía en Manoban Jisoo.

—¿Jisoo? —inquirió esta vez más suave.

La de ojos color miel suspiró en voz alta y se dejó caer de espalda sobre el sofá, cubriendo su rostro con las manos.

—Toma asiento, Lisa.

Levantando una ceja inquisitiva, la menor tomó asiento a un lado de su hermana suavemente y susurró, intentando obtener una respuesta.

—¿Qué pasó esta vez? ¿Volviste a discutir con algún cliente imbécil?

—Ojalá fuera sólo eso —volviendo a suspirar, la mayor finalmente dejó de posar sus manos sobre su rostro—. No hay manera de decir esto suavemente, Lisa. Lo único que te pido es que escuches lo que tengo que decir y después opines, ¿de acuerdo?

—Está... bien —murmuró confundida.

Asintiendo, Jisoo empezó a hablar.

—Lo diré de una vez... La cafetería cerrará. Nos dieron la noticia esta mañana, la señora Kwon me pagó por adelantado dos meses e hizo una buena carta de recomendación, pero es todo lo que podía hacer por mí. Por eso estoy aquí temprano —Lisa entreabrió sus labios, pero su hermana no le permitió hablar—. Pero no tienes que preocuparte por eso, ya estoy buscando trabajo. Quizá me contraten en esa nueva cafetería, teniendo en cuenta que sus clientes van a aumentar necesitarán más empleados. Como te dije, hago buenos capuchinos. Además, tengo mucha experiencia. Llevo años trabajando en cafeterías, seguramente con mi currículum pueda-

Soulmates┊ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora