DOUMA ESTABA SENTADO, ABURRIDO HASTA LA MÉDULA.....
Quería algo que hacer, cualquier cosa sería suficiente en este momento.
Quería ir a una misión, o al menos ser tu guardia personal al menos una vez. Aunque a menudo holgazaneaba, deseaba que Muzan le diera algo para curar su aburrimiento.
¿Por qué Muzan le asignó a Enmu ser su guardia personal? ¿Por qué no me eligió a mi?
Douma tenía un rango superior al de Enmu, así que no entendía por qué lo habían elegido a él.
Enmu era una mala influencia para ti, ya que era un bastardo para Muzan. Diablos, Enmu probablemente se excitaría al morir a manos de Muzan.
Así que, en la mente de Douma pensaba que él era una opción mucho mejor que Enmu, pero Muzan le prohibió verte.
Por supuesto, aunque eso significara que probablemente moriría, seguiría visitándole en secreto, siempre que no le pillaran Enmu o Akaza, claro.
Sonriendo para sí mismo, como si estuviera orgulloso de su gran idea, tarareó felizmente para sí mismo, con sus orbes de arco iris brillando de emoción.
En su excitación, pasó de caminar a saltar, balanceando la cabeza de lado a lado de forma infantil.
-¿Qué te tiene de tan buen humor Douma?-una voz conocida dijo, y para sorpresa de Douma fue Kokushibo quien preguntó.
-¿Por qué quieres saberlo? No sueles preocuparte por mi estado de ánimo Shibo~
-Te dije que no me llamaras así. Y simplemente pregunté porque pareces más feliz de lo normal.
Douma sonrió con los ojos cerrados, colocando sus dos manos debajo de su barbilla mientras inclinaba su cabeza de una manera linda.
-No estoy seguro de lo que estás hablando. Siempre estoy así~
-Estás tramando algo, ¿no?
-¿Y qué pasa si lo estoy? ¿Vas a delatarme ante Muzan?-Douma hizo un puchero, poniendo los mejores ojos de cachorro que pudo.
-No. Haz lo que quieras, no me importa mucho lo que hagas en tu tiempo libre.
-¡Aw~ tan mezquino Shibo! ¿Por qué tú y Aka tenéis que tratarme así?
-Porque, eres molesto. Y nos llamas a mí y a Akaza con nombres extraños.-okushibo frunció un poco el ceño ante la expresión dramáticamente dolida de Douma, y simplemente se alejó.
-Siempre le gusta aguarme la fiesta~ qué gran amigo~.-Douma se rió para sí mismo mientras continuaba saltando mientras se dirigía a la habitación de Muzan donde estaban cautivos, balanceando sus brazos hacia adelante y hacia atrás con cada salto que daba.
Se detuvo de repente al ver a Enmu, y se puso detrás de una esquina mientras observaba cada movimiento de Enmu.
Al principio, Enmu bostezó por el cansancio, haciendo que Douma se enfadara por no estar haciendo bien su trabajo, pero se sorprendió cuando la expresión de Enmu se iluminó de repente mientras charlaba contigo.
Douma casi nunca había visto a Enmu tan feliz a menos que fuera elogiado por Muzan, por lo que Douma tuvo que preguntarse de qué demonios estaban hablando los dos para que Enmu sonriera.
-¿De verdad? ¿De verdad te has lanzado delante de una espada para proteger a un demonio?- exclamó Enmu en voz alta, muy divertido por esto.
-¡Sí! ¡Tenía que protegerlo! Era mi amigo.
Tu voz suave y apagada sorprendió a Douma, y pudo darse cuenta de que estabas siendo sincera con lo de amigo. Eso era... diferente de lo que a menudo había oído decir a los humanos sobre los demonios.
-En serio T/n, ¡nunca dejas de entretenerme o sorprenderme!-exclamó Enmu con los ojos brillantes, mientras un ligero rubor se formaba en su pálido rostro.
-¿Eh?-pensó Douma, sus cejas se fruncieron al notar la mirada enamorada en los ojos celestes de Enmu.
Douma se encontró apretando los puños inconscientemente, mientras su mirada antes juguetona se convertía en una mirada fría.
