-Al final no pudimos celebrar navidad bien...- se quejó mientras se llevaba un chocolate a la boca.
-No, por tu culpa- respondió desinteresado viendo como el otro fruncía el ceño y volteaba a mirarlo.
-¿Mi culpa?- preguntó indignado de que le estuvi...
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22 de diciembre, 3 días para navidad.
Willy miró su teléfono y luego el parque, había recibido un mensaje de Fargan pero no lo veía.
-Ah!- gritó sintiendo como algo frío se deslizaba por su espalda, volteó rápidamente mientras intentaba sacarse esa cosa fría de la ropa, Fargan empezó a reír a carcajadas -S-sempai!- se quejó Willy, Fargan lo ayudó a sacarse la nieve de la ropa.
-L-lo siento- dijo sin poder dejar de reír, Willy lo miró con reproche mientras hacía un puchero, Fargan se limpió unas pequeñas lágrimas que se le habían escapado.
-Que malo- se quejó, Fargan le dio una palmada en el hombro.
-Ya, lo siento- se disculpó de verdad esta vez, ya sin reír -¿Vamos?- preguntó empezando a caminar, Willy asintió y fue a su lado.
-Ten- Willy sacó una bolsita transparente amarrada con algo dentro, Fargan la recibió -Hice galletas en casa, te traje unas pocas, cuando quieras más puedes pasarte por casa- comentó con una pequeña sonrisa en los labios, Fargan miró la bolsa en su mano.
Tranquilizate- pensó rápidamente Solo es un regalo, siempre te regala cosas- insistió, Fargan inhaló hondo.
-Gracias- respondió abriendo la bolsa y empezando a comer galletas sin mirar a Willy, habían pinos, muñecos de nieve, santas, renos y buhitos -Te quedaron bonitas- comentó.
-Gracias- respondió Willy con una sonrisa, feliz de que Fargan le hayan gustado sus galletas, miró el parque, estaba lleno de nieve, niños jugando y personas sentadas en las bancas o caminando como ellos.
-¿Hacemos un muñeco de nieve?- preguntó guardando la bolsa con galletas en el bolsillo de su chaqueta, Willy lo miró y sonrió.
-Venga, a que hago un muñeco de nieve más bonito que el tuyo- retó mirándolo, Fargan frunció el ceño.
-Claro que no, el mío será más bonito que el tuyo- dijo dándole un pequeño empujón con su brazo, Willy rió.
-¿Qué te apuestas?- dijo divertido.
-El que pierda se gana una bola de nieve en la espalda- Willy asintió con la cabeza.
-Trato- le extendió la mano a Fargan y justo antes de que este la agarrara la quitó, los dos rieron por la tontería.
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