Capítulo 23

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(ADVERTENCIA: Este capitulo puede contener algunas imágenes mentales perturbadoras, que pueden o no alterar a los lectores que sufran de algún problema o trauma relacionado a los insectos. Puede haber violencia innecesaria y temas oscuros... literalmente. Se recomienda discreción).

Aprovechando el momento, Ragnaros levanto a Sulfuras y rugió. No entendí que dijo, pues solo estaba enfocado en seguir adelante, al igual que todos los demás, pero el fuego que lanzo al aire y las explosiones posteriores solo sirvieron para aumentar la emoción del momento.

No tardamos mucho en encontrar un grupo de "Aqir". Grandes insectos horripilantes. Eran una horrible mezcla entre hormigas, abejas, cucarachas, ciempiés y mantis. Todo en un revoltijo desagradable y que helaría la sangre de cualquier humano común. Posiblemente ocasionaría un paro cardiaco a los que tienen un trauma o fobia más profunda.

Sus múltiples extremidades quitinosas, el zumbido constante de sus alas y las hoces afiladas de sus patas. Sumando sus grandes ojos compuestos y totalmente negros, donde ni siquiera la luz se refleja. Unas mandíbulas repugnantes y tenazas bucales que supuraban veneno y hacían un ruido estremecedor. Todo este paquete de oscura belleza venia en diferentes tamaños y combinaciones corporales.

Los "Aqir" mas grandes eran numerosos y contaban por miles, mientras los mas pequeños por cientos de miles. Eran tantos que formaban una gran nube de cuerpos zumbantes y zigzagueantes.

Al mando de este grupo de "Aqir" estaban los "N'raqi" reconocidos también como "Los sin rostro" o "Los olvidados". Eran grandes y con algunas diferencias en sus formas, pero todos poseían tentáculos por extremidades y rostros. No poseían alguna clase de boca visible y sus ojos estaban tan escondidos en sus tentáculos faciales que no se notaban. Aun así, emitían sonido, aunque su lenguaje fuera inentendible.

Con nuestro acercamiento obviamente hostil, inicio una batalla.

Lo primero a lo que me enfrente fue a un mar de pequeños cuerpos insectiles. Sentí como cientos de pequeñas patas se movían y arrastraban por todo mi cuerpo. Cientos de picaduras que intentaban inyectarme su venenosa toxina y supongo que comerme vivo.

Una lástima para ellos que todo mi ser estuviera hecho de un mineral tan duro que ni siquiera podían rascar su superficie, aun así, no impedía que lo intentaran. Que suerte tengo de tener una memoria increíble, recordare este momento en vivido detalle... También agradezco no tener ningún trauma con los insectos en mi otra vida o sinceramente en este momento podría pasar a otro plano existencial...

Con el mar de insectos que impedían nuestro rápido paso, se acercaban cada vez mas a nosotros los insectos mas grandes y repugnantes. Su ansia por devorarnos era tal, que de sus mandíbulas y tenazas brotaba una sustancia que, al hacer contacto con la tierra causaba que esta se disolviera. El ácido que poseían era potente.

Sin más ánimos de jugar y agradeciendo no ser fanático de los insectos o entomólogo en mi vida anterior, simplemente hice lo primero que se me ocurrió. Como si de un insecticida se tratase abrí mi boca y antes de que cualquiera de esas sucias alimañas intentara adentrarse, una gran cantidad de fuego salió disparada de mi boca. Para mi sorpresa, los mas alejados pudieron resistir el calor, pero aquellos que hacían contacto directo simplemente se chamuscaban.

En ese momento entendí que estas pequeñas pestes serian un problema con el que lidiar si no se le enfocaba suficiente poder. Por suerte estaba preparado para usar mi cuerpo al estilo de la antorcha humana y cubrirme en fuego. Este tipo de defensa ni siquiera me suponía un problema con la cantidad de energía que estaba haciendo circular en mí, pues el gasto era mínimo. Todo gracias a mi sinergia elemental, mi cuerpo armonizando y actuando como una gran batería con retroalimentación. No me quedare sin combustible en mucho tiempo.

World Of Warcraft: Fanfic La Estrella CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora