Capítulo 7.5

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–Hermano Mayor!– Un pequeño niño de aproximadamente 3 años se abalanzó sobre otro niño de 5 años –Hermano mayor, aquí estás! Te estuve buscando. Tus estudios terminaron? Tienes tiempo de jugar conmigo?, juega conmigo, Por favor~–

El niño de 5 se quedó paralizado por la repentina invasión a su espacio personal, por lo que no sabía cómo reaccionar.

– Joven maestro!– Una criada de la mansión se acercó agitada a ambos niños, con varias gotas de sudor por su frente, se veía como si hubiera corrido por un bueno rato – Le e dicho que no se vaya de mi campo de visión! Que haría si de repente se pierde? definitivamente no volvería a ver la luz!–

El pequeño hizo un pequeño puchero por el reproche, pero no dijo nada, solo volteo su cabeza hacia su hermano, jalando levemente su ropa para llamar nuevamente su atención.

Al ver que había alguien más en el lugar, la chica dirige su vista hacia el pequeño de 5 –Ah! Primer joven maestro, lamento la interrupción del segundo joven maestro en sus estudios–

Ciel solo asiente, para dirigir nuevamente su vista hacia el menor.

Habían pasado ya 3 años desde el nacimiento del hijo de los Herithol, los cuales celebraron en gran manera semanas después.

Deian Herithol

Fue el nombre que al final sus padres le habían puesto.

Su cabello era de un color rojizo, al igual que su padre, sus ojos eran de un color ámbar y tenía una piel oscura que hacía resaltar mucho más sus facciones, al igual que su madre. Deian había nacido con unas extrañas marcas en su cara, al parecer era algo hereditario de la familia Herithol, solo que Eimel Herithol se saltó está herencia. Él era un niño de muy buen parecer para solo tener 3.

Deian resultó siendo amado por todos en la mansión, siendo mimado y consentido por la mayoría, solo que había un problema cuando se hablaba del pequeño...

Era demasiado intranquilo y problemático.

Todos los bebés son intranquilos en alguna etapa de su vida, pero el pequeño joven maestro solo quería jugar y, no solo jugar, si no también ensuciarse. Fue algo que tomo tanto a la servidumbre como a los Marqués desprevenidos, ya que pensaban tener experiencia cuidando bebés por Ciel, el problema era que Ciel había sido un niño tranquilo desde siempre, y al enfrentarse al pequeño juguetón, vieron el cómo se comportan los bebés mayormente, solo que el pequeño de ojos oscuros era un caso especial.

Por otro lado, el nacimiento de Deian no afectó mucho el como los Marqués veían a su hijo mayor, si es verdad que el afecto que antes recibía Ciel disminuyó un poco, pero al menos la Marquesa ya no lo sobreprotege tanto como antes, ese era un punto bueno. Ambos Marqués se encargaron de no hacer sentir excluidos a ninguno de sus hijos, e hicieron un buen trabajo, pero había un problema...

A Ciel no le gustan los bebés, o al menos lo que siempre están manchados de lodos o tierra, y justamente su hermano menor era uno de esos. Trataba de no darle importancia, ya que quería enseñarles a sus padres que un nuevo integrante en la familia no le afectaría, pero su obsesión por la limpieza se lo impedía, haciendo que en repetidas ocasiones haya ignorado al pequeño.

–Hermano~– Deian, al no tener respuesta por parte del mayor, trató de llamarlo nuevamente.

Ciel despertó de su transe, para luego dar un suave manotazo a la mano que agarraba su ropa.

–Aun tengo clases de esgrima, tal vez para la próxima– respondió secamente.

Deian hizo un pequeño puchero, para luego resoplar molesto y dirigirse hacia la criada, la cual, en cuanto lo tuvo a su lado, lo cargó en sus brazos, dio una leve reverencia a Ciel, en forma de despedida, y se marchó.

En la Oscuridad existe la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora