Un secreto, tan celosamente guardado, incluso llega a ser olvidado.El sonido de sus pasos era lo único que acompañaba su avance, aquel lugar siempre se había sentido mucho mejor con la presencia del pelinegro llenando cada rincón.
Altas columnas con diseños que emulaban el arte en la tierra, si no estaba equivocado, era la corriente antigua de los griegos. Siempre le gustó que el punto de partida de su inspiración fueran los dioses, la veneración y el respeto por el poder que estaba más allá de su compresión y regía la existencia misma. Su pequeña y efímera existencia en el mundo material. Qué lo equilibraba, qué batallas se libraban más allá de su conocimiento, pero en sí era tan sencillo como que el ser humano siempre había necesitado creer en un poder superior, algo que les concediera algún suporte y en lo que pudieran encomendar sus vidas en los momentos de angustia. Algunos incluso se atrevían a cuestionar, no solo eran agradecidos.
Y aunque no tenían forma de comprobar sus creencias, era intrigante la manera en cómo llegaron a la concepción de su ideología. No estaban tan desatinados aún si les daban nombres diferentes o creaban historias, con ellos como protagonistas, para justificar ciertas cosas, eso lo llevó a pensar que tal vez, existía una pequeña parte más consciente y que los humanos ignoraban, sobre el verdadero origen de las cosas, de cómo funcionaba todo. Porque, por qué, entonces, coincidirían tanto unos con otros cuando no existieron en el mismo tiempo y sus culturas jamás llegaron a saber la una de la otra.
Los humanos no eran su objeto de estudio, aunque sí le generaban cierta curiosidad, así como se la generaban a YiXing y en algún momento, muchos años atrás, se la inspiraron a JaeBeom.
De ahí que esa mansión tuviera esas piezas de arquitectura sobre las que se sostenía toda la construcción.
Y no solo estaba eso, también los vitrales donde podías adivinar que se contaba una historia si te detenías a mirar un poco.
Múltiples leyendas, de origen, de creación, batallas, guerras. Parecía que a JaeBeom le gustaba tener presente la historia para no cometer los mismos errores. Saber de dónde venía.
Tal vez ahora quisiera cambiar ciertas cosas bajo las influencias de su vida humana.
Saber que estaba tan cerca le producía una especie de emoción extraña y difícil de comprender, como un anhelo y aprehensión.
Por aparte, existía la preocupación latente de esos huecos en el pasado, qué había sucedido, por qué, en qué momento. De qué debía guardar su espalda y la de JaeBeom.
En esos momentos la corona sobre su cabeza pesaba más que nunca y la capa sobre sus hombros se sentía tirante.
JaeBeom dormía en aquella habitación, ajeno, aún. Y él solo deseaba poder protegerlo, que no lo volvieran a apartar de su lado.
Era un deseo fiero e irracional que nacía de sus emociones más instintivas, no quería perder a JaeBeom.
Los días que se avecinaban prometían ser complicados, como la preparación física y mental para un mal inminente. Tendría que ser fuerte por ambos, y por el equilibrio de la existencia.
Aunque no estaba lejos, en ese preciso momento, no caminaba al salón del trono. Sino a uno secundario, donde se daban a lugar reuniones de carácter más importante. Una mesa larga de madera oscura y tallada, que aún después de los años, todavía conservaba el aroma característico de aquel árbol.
Las cortinas permitían el paso de la luz pero anulaban cualquier sonido externo junto a los cristales, era así, el lugar estaba sellado, incluídas las puertas, nada de lo que se hablara allí, debía ser escuchado.
ESTÁS LEYENDO
Diábulus • JackBeom
FanfictionEl reloj desgrana los segundos con un movimiento impasible. «Para que me recuerdes» Resuena una voz agazapada, arrastrándose en los rincones de aquella mente dormida. Un ceño se frunce casi imperceptible ante esa diminuta resonancia que considera m...