Te he estado esperando.
Aquellas palabras seguían retumbando en sus oídos. Había una mezcla de anhelo y determinación en ellas. Jackson con cuidado se deslizó de su agarre.
- Primero déjame revisar la herida.
Habló de manera suave pero firme y eso pareció disuadir al pelinegro al menos por los próximos minutos, entendió que no habría conversación hasta que no realizara las curaciones pertinentes. Agradecía que JaeBeom cediera, tener tanta colaboración de su parte de buenas a primeras indicaba que aún era más contenedor que la esencia del mismo.
El JaeBeom que recordaba...
Detuvo sus pensamientos en seco, sacudiendo un poco la cabeza como si con ello pudiera despejar su mente y concentrarse en lo que sus manos estaban haciendo.
Dobló la sábana hasta que estuvo en las caderas del contrario y se situó a un lado, ofreciéndole una de sus manos para que la tomase y con la otra, lo ayudó soportando su espalda mientras él se incorporaba a medias con una que otra mueca de incomodidad o tal vez dolor.
A excepción de los vendajes, tenía el torso desnudo, habían algunos hematomas tiñendo el blanco de su piel lisa y su musculatura suavemente marcada.
Con diligencia, comenzó a retirar los vendajes, descubriendo las zonas donde habían estado las heridas, una en el abdomen y otra en el costado, cada una cubierta respectivamente. Trabajó con profesionalismo aunque ese no fuese su campo habitual, retiró los rastros de ungüentos y reveló heridas que comenzaban a sanar del todo, dejándolo sorprendido con su capacidad de regeneración.
En efecto, era justo lo que había dicho YiXing, él tuvo que salir para protegerse a sí mismo, de otro modo el proceso de sanación no estaría siendo tan rápido, aún si se estaba ralentizando al volver a su condición humana.
Pero Jackson estaba inquieto, aún se podía percibir un débil rastro, como un vestigio de un perfume.
Esperaba que fuera lo suficientemente débil para no atraer la atención antes de tiempo.
Dándole la espalda, preparó un nuevo ungüento al pie de la letra y con sumo cuidado lo aplicó sobre lo que comenzaban a ser cicatrices. La del abdomen estaba tardando considerablemente más.
Repuso los vendajes con unos nuevos y limpios, ajustándolos con suavidad. Todo cuanto había empleado lo reunió un uno de aquellos recipientes y pasó a preparar algo más, de aspecto diferente. Era capaz de sentir la mirada del humano sobre él y juraría que lo podía atravesar.
Pensar en una mirada afilada parecida a aquella le obligó a reprimir un pequeño estremecimiento. Solo había conocido a un ser capaz de mirar con tal intensidad y cautivar con la profundidad de sus ojos oscuros, con el caos y la oscuridad contenido en ellos. Y sí, de hacerte arder en el proceso. Porque también podían adquirir un naranja abrasador.
Con qué frecuencia se distraída. Parecía que el simple hecho de tenerlo en la misma habitación entorpecía sus acciones y enredaba sus pensamientos. Mezcló los componentes y pulverizó algunos más para añadirlos, una pizca de uno y un toque de otro. No aseguraba el sabor, pero sí la efectividad del brebaje.
Al final, tenía en un pequeño cuenco de té, lo que parecía ser una sencilla bebida aromática.
No había terminado de darse la vuelta con aquello entre sus manos cuando ya tenía unos ojos desconfiados escrutándolo.
Bufó. Habían cosas que no iban a cambiar ni en mil vidas.
- Bébelo. Te ayudará.
Una ceja arqueada y una mueca, así como un leve olisqueo y una nariz arrugándose. Jackson comenzaba a perder la paciencia.
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Diábulus • JackBeom
FanfictionEl reloj desgrana los segundos con un movimiento impasible. «Para que me recuerdes» Resuena una voz agazapada, arrastrándose en los rincones de aquella mente dormida. Un ceño se frunce casi imperceptible ante esa diminuta resonancia que considera m...