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Dan-i's POV:
¿Alguna vez han leído una de esas novelas clichés en las que la protagonista se despierta con los rayos del sol saliendo de su ventana, los pájaros cantando; un maquillaje y peinado perfecto, lista para empezar su día lleno de magníficas posibilidades?
Pues, déjenme decirles que eso es pura ficción.
Los ronquidos de un dormido Sunoo a lado mío, mi peinado pareciendo un nido de ratas debido a lo enredado que está, y además mi maquillaje corrido porque anoche no me lavé la cara. Todo esto adornando unas lindas y enormes ojeras debajo de mis ojos. Nada puede ser mejor.
Sentada en la orilla mi cama viendo un zapato tirado en el piso, esperando estar en mis cinco sentidos, para así levantarme e ir al baño.
En el baño observo el desastre que es mi cara, por desastre quiero decir una belleza. Las ojeras no me quedan nada mal.
Abro el agua caliente y fría de la regadera, mientras espero a que el agua se ponga de mi agrado, empiezo a desvestirme.
Si tan sólo me hubiera bañado anoche... Pero la vida no es para el 'hubiera'.
Con todas las fuerzas dentro de mí me meto a bañar.
Ayuda odio bañarme, es una pérdida de tiempo y energía.
—¡SUNOOOOOOOO! —Grito desde dentro de la regadera.
—¿QUÉ? —grita mi primo.
—¡SE ME OLVIDÓ EL CELULAR Y QUIERO PONER MÚSICA!
—¿Y A MI QUÉ?
—¡TRÁEMELO!
Poco tiempo después escucho alguien tocando la puerta.
—Pasa.
Supongo que el que entró es Sunoo, escucho cómo deja algo en el estante del baño y se va.
Asomo mi cabeza por la cortina del baño y veo mi celular. Lo tomo con cuidado de no mojarlo y pongo mi playlist en aleatorio.
Ahora si, con música cambia la cosa.
Bañarse: lo que antes parecía detestable, es ahora la actividad más divertida.
Empiezo a cantar y a bailar al ritmo de las canciones, mientras el agua cae por mi cuerpo.
Después de terminar el cierre del concierto privado que le dí a los envase de shampoo y acondicionador, me envuelvo en la toalla, apago la música, tomo mi celular y salgo del baño.
Al llegar a mi cuarto me visto con la ropa que ya había escogido y cepillo y seco mi cabello.
Wow, que día tan productivo.
Me acuesto en mi cama y reviso mi celular.
Entro a tiktok y consumo una hora de mi día ahí. Y hubiera sido más de una hora si un mensaje no me hubiera interrumpido.
