8.5 - 𝐢 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 g̶a̶m̶e̶

3.3K 360 279
                                    

𝗝𝘂𝗻𝗴𝘄𝗼𝗻'𝘀 𝗣𝗢𝗩:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝗝𝘂𝗻𝗴𝘄𝗼𝗻'𝘀 𝗣𝗢𝗩:

Mientras estábamos en la cabina de la rueda de la fortuna, pude ver mejor a Dan-i. Las luces de la feria la iluminaban, ella veía por la ventanilla.

Dan-i es ese tipo de chica que crea una impresión en quien sea, es linda, su cabello negro y corto la hacen lucir dulce y tierna, su piel es pálida y por el frío sus mejillas se adornan de color carmín. Su nariz es pequeña y refinada y tiene labios medianos, ni muy gruesos ni muy finos. Sus pestañas son largas y sus ojos se esconden bajo sus párpados dobles. Su figura es linda y pequeña, parece una muñeca de porcelana.

—¿Qué? — preguntó desentendida a lo que dije.

—Tengo hambre. —hablé. —Juguemos un juego para ver quién paga la comida.

—A-ah. -dijo ella bajando la cabeza. —¿Cuál juego?

Yo sonreí y la miré. —Ya te lo dije, ¿acaso no prestaste atención?

Ella negó, su cabello revoloteo debido a su acción, pareciera cómo si estuviera nerviosa.

—El juego del 'te amo'. —volví a hablar. Ella pareció recordar lo que dije y volvió a asentir. — Okey, yo empiezo.

Me acerqué más a ella, la tomé de los hombros y la miré fijamente a los ojos. — Dan-i, te amo.

Ella sonrió, pero no fue de nervios por lo que dije, fue más bien una sonrisa burlesca.

—Jungwon-ah. —dijo en un tono tierno — te amo.

Me quería reír, nunca la había visto actuar de esa manera. Con todas mis fuerzas me aguanté la risa.

—Dan-i, —dije, pero ahora la tomé de la mano. — te amo.

Ella se puso roja pero aún así no cedió. Se acercó más a mí, me tomó por la camiseta y acercó su rostro al mío. Estábamos tan cerca que nuestros alientos chocaban, miré su rostro y observé sus labios. Ella se acercó aún más y susurró. — Jungwon, te amo.

Intenté poner la cara más neutra posible ante esta situación.

—Me cansé de jugar. —dije alejándome de ella. — tú ganas. Voltea para allá. —dije señalando su ventana, mientras yo intentaba evadir su mirada, no quería que viera lo roja que estaba mi cara ahora.

—¿Por qué te sonrojaste? —dijo burlona. —Déjame ver.

Empezó a manotear para que la dejara ver mi rostro, pero yo me oponía.

—Tomatewon, déjame verte. —seguía diciendo, cada palabra y acción que hacía me ponía nervioso.

—Ya basta, Dan-i. —dije tomándo sus muñecas para que dejara de luchar contra mi. Me puse de pie y acorradandola, con mis manos aún sujetándola. Poco a poco me acercaba más a ella, nuestros rostros estaban cerca de nuevo. Miré sus labios, pintados de un lindo rosa gracias a su labial.

Podía sentir mi corazón y el de ella latir fuertemente, iba a hacerlo lo juro. Iba a besarla, pero no sabía si ella estaría de acuerdo.

Me alejé de su cara y volví a sentarme a su lado. —¿Quién está roja ahora? —dije sonriendo. Sus mejillas y orejas estaban ardiendo y su cara estaba en shock. Le tomó unos segundos volver a la normalidad.

—Cobarde. — dijo, la miré confundido.

—¿Qué?

—¿Por qué no seguiste? ¿Te da miedo besar mis labios?

—Miedo es lo único que no tengo, cuándo hablamos de tus labios. —respondí. —No soy un cobarde. Soy un caballero.

—¿No me besaste porque no tenías mi permiso? — preguntó, yo asentí. — Entonces házlo. Puedes besarme, Jungwon.

¿Recuerdan cuando dije que no tenía miedo de besarla? Mentí.

Nerviosamente me acerqué más a ella, nuestras caras estaban cerca de la otra, por tercera vez en la noche. Extendí mi mano hacia ella y la puse detrás de su cabeza. Giré un poco mi cara, para evitar el choque de nuestras narices y juntamos nuestros labios.

Fue un beso torpe y lento, un piquito, ella no se movía, y yo tampoco. Cuándo el shock pasó empecé a besarla, ella hizo lo mismo.

Fue cómo si todo el ruido de la feria se hubiera silenciado, no escuchaba música, ni personas. Éramos sólo Dan-i y yo en el mundo. La falta de aire nos hizo separarnos.

La miré sonriente, ella se puso derecha en su asiento y habló. —No puedo creer que mi primer beso haya sido con un vagabundo. — yo me acomodé en mi lugar y reí.

—Eres una mal agradecida, hay muchas personas que quieren que yo sea su primer beso, ¿sabes? — A este punto ambos evitábamos ver al otro. — Pero yo no puedo creer que mi primer beso haya sido una loca que encontré en el parque. — ella rió. Tenía su vista al frente, no veía nada en específico, y lo único que yo veía era a ella. Pronto pasé de mirar su rostro, a mirar su mano. Entrelacé mi mano con la de ella y la metí en el bolsillo de mi chaqueta.

—Tienes las manos frías. —dijo volteando a verme.

—Es porque mi corazón es cálido. -dije. — Y arde por ti, cómo una fiebre. —Dios que tontería dije. —¿Qué quieres comer?

Bien, Jungwon. Cambia el tema.

—Primero hay que salir de la rueda de la fortuna.

—Cierto, lo olvidé.

—Mis besos son tan mágicos que te transportan a otros lugares y te dejan desorientado. — decía Dan-i con una sonrisa en su bella cara. Yo rodé los ojos y asentí.

El paseo en la rueda de la fortuna acabó, y salimos, aún con nuestras manos entrelazadas, empezamos a caminar a la salida. Son casi las diez y media de la noche.

—¿Quieres ir a comer a McDonald's? — pregunté, ella asintió. Nos sentamos en las bancas de la parada del autobús, mientras lo esperábamos. —Olvidé preguntarte, ¿puede Ni-ki pasar la navidad con nosotros? Su vuelo a Japón se canceló y no quiero que esté solo.

—Sí, está bien. A Sunoo le encantará, y no creo que a los demás les moleste.

El autobús llegó, nos sentamos en los asientos del final.

—Jungwon, — habló Dan-i. —me divertí el día de hoy.

—También yo. Me gusta estar contigo. — Dan-i recostó si cabeza en mi hombro y no volvió a hablar. — Descansa si quieres, la noche aún es joven.





























________________

Que cosas no.

Ya hubo beso.

No sé qué más decir.

Bye, Bye

Lxs tqm
























Aᴅᴏᴘᴛ A Bᴏʏғʀɪᴇɴᴅ Fᴏʀ 𝘾ʀɪ𝙨ᴛᴍᴀ𝙨 ||  ʏᴀɴɢ Jᴜɴɢᴡᴏɴ.   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora