Amor y cárcel

12

Johnny repartió las barajas de cartas, apostar es lo único divertido en prisión—apuesto mi postre—Dice extendiendo las cartas sobre la mesa

El de piel oscura sonrió viendo sus cartas—Yo apuesto el mío también

Andreano miro sus cartas—¿Seguros? Recuerden que yo siempre gano—Alzó una ceja cuándo Kaito que estaba sentado a su lado, se levantó para sentarse en sus piernas y enredar sus brazos en su nuca, apoyó su barbilla en su hombro, dándole la espalda a el restó—Apuesto mi postre—Andreano prosiguió indiferente a el Japonés encima de el, rodio su cintura con sus brazos y miro las cartas—y una barra de Jabón

Johnny y Endrio no se Hicieron los sorprendidos

Kaito cerro sus ojos y se acomodó como un felino muy cómodo en los brazos de su amante

Un guardia se acercó—Recluso 013 y 123, el alcaide tiene que hablar con ustedes

Andreano bufo con fastidio y dejó las cartas sobre la mesa. Kaito se levantó y acomodó su cabello a un lado irritado

—¿Que quiere?—Andreano se levanto y metió las manos en sus bolsillos

—Solo síganme
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Esposaron sus muñecas por "seguridad" antes de entrar a la oficina del alcaide

El alcaide acomodó sus lentes, colocó sus manos sobre su escritorio—Adelanté

Kaito y Andreano toman asiento en al frente del enorme escritorio

—Seré directo—Dijo el Alcaide—¿Ustedes que clases de relación tienen? Lo que quiero decir es, si son amantes o no

—Eso es muy personal ¿No? No deberían importarle—Dijo Kaito

—Lo somos ¿y?—Dijo el italiano

El alcaide apretó su mandíbula—ustedes son dos de los reclusos mas peligroso de este lugar, y según sus expedientes no han traído mas que problemas al bienestar de la cárcel, según sus expedientes el primer día que se encontraron trataron de matarse

—Eso fue muy romántico—Dijo Andreano

Kaito inclinó su cabeza hacía atrás fastidiado—¿Que piensa hacer?

El alcaide entre lazo sus dedos—cambiarlos de celda, y no me provoquen a tomar medidas más estrictas

Andreano Apretó sus dientes

El alcaide lo vio desafiante—¿Tu crees que eres el rey de este Lugar?—Rio—El único que manda aquí soy Yo

Kaito miró al italiano dándole señal de que no se dejara sacar los pocos estribos que le quedaban

—Bien—Dijo el italiano—Pero créame si Kaito y yo no estamos en la misma celda será mas Molestó para usted

—¿Me estas amenazando?—Dijo el alcaide

—Es una advertencia si desea mantener el orden de este lugar

El alcaide frunció el ceño, no  planea ceder—eso veremos, estarán en celdas diferentes hoy mismo
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—Tres mudas de ropa naranja, Jabón cepillo de dientes, pasta dental—Tomó las sábanas de la pequeña cama—no es como si tuviera mucho—Se encogió de hombros el Kaito—Estaré en la celda de al frente solo unos metros

Andreano tenía el ceño fruncido—Voy a hacer qué estemos Juntos de nuevo solo dame tiempo

—No hagas tonterías que te conozco

—No serán tonterías

—Déjame adivinar ¿Secuestrar a un familiar cercano del alcaide y chantajearlo? O ¿Meter 50 kilos de heroina y dársela a los adictos para que haya una crisis de salud sanitaria por sobredosis? Todo para hacerle la vida imposible a un hombre inocente solo por el caprichito de tener a tu amante en la misma habitación—Se cruzó de brazos

Sonríe acababa de leerle la mente, no se puede esperar menos de Kaito es como fuera una extensión de el—Bien nada de eso—Agarró la cintura de Kaito, lo empujó contra la pared de la celda—Adivinaste todo—Tomó su mentón

—Prométeme no hacer estupideces—Curvo sus labios hacia un lado

—Bien—Bufó—no voy a hacer estupideces, Pero solo porque me lo dices

Kaito le respondió dándole un pequeño beso—Sera el ultimo hasta mañana

—Demasiado tiempo sin besarte—Deslizó sus manos por la curvatura de la espalda del Japonés hasta llegar a el inicio de su Japonés—Demasiado tiempo sin tocarte—Estrujo su trasero

—Una noche sin sexo no te matará

—Una noche sin abrazarte, si—Deslizó su mano adentró de los pantalones del azabache, colocó su dedo indicé adentró de sus nalgas

—No seas Exagerado—Hace una mueca de dolor y un pequeño sonidito ahogado—Para tengo Que irme—Muerde sus labios—el guardia vendrá—Gimió cuando sintió ese lascivo dedo introducir adentro de su culo y presionando su próstata—¿Como sabes?~Joder

—¿Donde esta tu punto de placer? conozco tu cuerpo demasiado bien

Kaito bajo sus cejas no es el momento para esto, hay un guardia esperando afuera—No—Aparta las manos del Rubio de sus pantalones, ni si quiera sabe de donde saca semejante fuerza de voluntad—Estaremos bien—Besó sus labios de forma escasa—nos vemos mañana

Andreano metió sus dedos en el cabello del Japonés—No quiero

Una toz imprudente y forzada Los Interrumpió, era el guardia, Junto con el nuevo compañero de celda de Andreano un anciano que debe tener mas unos 69 Años de edad

—¿Ya estas listo?—Pregunta el guardia

Kaito terminó de tomar sus cosas—Si, lo estoy—Miro a Andreano—Nos vemos