[Capítulo 4]

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Mi alarma para la pastilla de las 6:00 pm me trajo a la realidad. La pastilla era para los nervios me la tomaba todos los domingos a las 6:00 pm. Bajé por un vaso con agua para que el medicamento fluyera de forma más cómoda por mi garganta. La cocina estaba muy ordenada y la mesa estaba puesta ¿tan temprano? Había velas y un mantel debajo de todos los cubiertos y platos, de color blanco, los bordes estaban tejidos. En la parte superior de la mesa no sólo había velas, sino copas, las copas que mamá siempre sacaba para navidad. ¿Quién se cree ella que es para organizar la mesa con las copas de mi madre? Rodeo la mesa para luego llegar a la nevera y tomar la Jarra y servirme agua.
Luego de tomar mi medicamento, coloqué la jarra donde la había tomado y salí de la cocina para dirigirme nuevamente a mi habitación cuando un chico de test morena se pasea por mi lado.

—Tú debes ser Sabrina, ¿cierto?

—¿Tú quién eres?

—Soy el hijo de Alicia —me dio una sonrisa amable—un placer.

Le miré la mano entendida con una de mis cejas en alto, parecía amigable y es apuesto. Tiene los ojos como su madre, la piel morena probablemente se pasa horas expuesto al sol para tener ese color tan parejo. Lleva puesto una polera blanca con un estampado en medio de los Beatles, vaqueros y tenis sencillos. Elevé mi mirada a sus rizos oscuros. Al parecer sólo había sacado los ojos y la amabilidad de su madre.

—Un gusto— dije por obligación.

—Soan —una sonrisa invadió mi rostro.

—¿Soan?

—Si, mi madre quiso hacer una liga con los nombres de mi tía Solina y mi tío Johan. Ella y sus cosas raras de andar uniendo nombres —rodeo sus ojos

—¡Vaya! Que creativa Alicia.

—¿Vas a algún lado?, me gustaría conocerte mejor.

—La verdad es que iba a mi habitación para hacer algunos deberes acumulados.

—Si me permites te ayudo y de paso me pones al día, pronto estaré en el instituto.

—Vale, ven conmigo.

Los dos subimos a mi habitación, por primera vez alguien no me inspiraba desconfianza a la primera. Soan es atractivo al igual que los chicos del insti, pero técnicamente es mi hermanastro así que por más que mis hormonas lo deseen no puedo tocar ni un músculo de él.
Literalmente el chico me adelanto todos mis deberes, es muy inteligente, yo me quedé en la cama con la mirada fija al techo mientras él me hablaba de cuanto le ha gustado la decoloración de la casa y que cuando termine el insti le gustaría estudiar estética. Luego de terminar con todos mis deberes se echó a mi lado en la cama y su mirada al igual que la mía se encontraron. Sentí algo retorcerse en mi estómago, su mirada era tan cálida y tan confortable que no me atrevía apartar mis ojos de los suyos. Alicia llamó a mi puerta y rápidamente nos sentamos en la cama, cedí el paso a que abriera y nos avisó, que la cena estaba lista, luego se retiró con una sonrisa y cerró la puerta.
¡Baje junto a Soan hasta la cocina y el olor, Vaya! No me podía quejar, hacía tanto tiempo que sentía ese olor tan dulce en mi nariz, la última cena que mamá preparó antes de comenzar su reposo y sus quimios fue con este platillo, al parecer Alicia tenía una buena mano para la cocina, papá estaba sentado ya en la mesa y la comida estaba tapada, Alicia se encontraba a su lado, mientras que Soan y yo nos sentamos al otro lado de la mesa, yo en frente de Alicia y el chico en frente de mi padre, quien portaba una semblante totalmente serio. La novia de mi padre comenzó a servirnos en nuestros platos y luego hizo un rezo antes de llevarse el primer bocado. Mientras masticaba me sonreía y por instinto le sonreí, luego papá habló:

—Tenemos una noticia—hizo una pausa.

Por alguna razón no me gustaba su tono, más que serio parecía extraño, tenía un toque de ¿alegría? mi padre miró a su novia y le sonrió por unos segundos. Algo no anda bien.

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