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El resto de la semana fue bastante tranquila para el resto de los mortales, salvo por Noah, quien intentaba causar una buena impresión entre los estudiantes del Instituto, para la sorpresa gratificante de Finn, el castaño no había logrado su cometido.
Aunque se encontraba bastante alegre por su primo, ya que al entrar en la reserva del equipo de Lacrosse, pasarían menos tiempo juntos.
──¿Finn?
Sin embargo, los fines de semana, al parecer Noah no tenía nada mejor que hacer y el rizado era quien debía acompañarlo a cada lugar al que quería ir, ya que su padre se empeñaba en que ambos pasaran tiempo juntos, en plan de reestablecer aquella relación de primos.. como si algo bueno hubiese sucedido en el pasado.
──¿Qué sucede, Noah?──le preguntó en cierto tono molesto mientras levantaba la vista de su cuaderno de cálculo y dejaba la calculadora científica a un lado.
──¿Estoy interrumpiendo tu cita con las matemáticas un sábado por la tarde?──se burló con una sonrisa ladeada.
──No es mi problema que no te interese tu futuro.
──Oh, si me interesa mi futuro. Pero de lunes a viernes──exclamó en un tono obvio.
──Bueno.. puedes ir a interesarte por cualquier otra cosa, en cualquier otro lado──lo echó el rizado concentrándose nuevamente en su cuaderno.
──¿No quieres acompañarme a la playa?
──Puedes ir tu sólo──le contestó confundido.
──Pues, así no sería nada divertido. Además, no me gusta conducir en autos con los volantes a la izquierda, son raros.
──¿Has pensado en que tal vez los raros son los ingleses al poner el volante a la derecha?──le cuestiono acomodandose en su asiento──En fin, ¿Por qué debería acompañarte?
──Porque soy tu primo favorito.. Además te hará bien sacarte esa ropa a la que llamas pijama──añadió el castaño señalandolo de arriba a abajo.
El rizado fruncio el ceño y tras pensárselo varios segundos cerró su cuaderno de cálculo y se lamentó internamente.
──¿Vas a acompañarme entonces?──indago emocionado mientras que Finn pensaba en sí tuviese otra opción viable, sin embargo, se limitó a asentir.
El rizado tomó las llaves de su casa y del auto para luego adentrarse en el mismo junto a su primo, quien iba de copiloto. Al encender el auto se le hizo imposible no mirar hacia la casa de Sadie. Las ventanas se encontraban abiertas, por lo que indicaba que ella se encontraba en la casa. Eso, o quería que le entrasen a robar, una de dos.
