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El día había llegado. Noah llegaba a California en la tarde y el rizado era quien debía ir a recogerlo del aeropuerto, por lo cual se montó en su auto y condujo hacia allí.
Durante todo el camino Finn había repasado en su mente el plan que habían ideado con Sadie para que Noah la conociera de una "forma casual". En cuanto ambos hubiesen llegado y Noah ya hubiese terminado de instalarse, Finn le enviaría discretamente un mensaje a Sadie para que se apareciese en su casa. Como si justo en aquel momento ella hubiese estado pensando en visitar a su novio. Tras las debidas presentaciones, los tres estarían hablando, luego Sadie se marcharía y dejaría que Noah con la boca abierta.
O al menos eso era lo que esperaba..
El rizado apagó el motor de su auto en cuanto se estacionó y se dispuso a buscar a su primo en el aeropuerto. Durante aquel momento cayó en la cuenta de que pasaría seis meses con Noah.
──¡Finn!──le gritaron desde su lado derecho. Su voz ya no era chillona como la última vez, se había agudizado.
Un castaño de cabello perfectamente perfilado con un cuerpo totalmente en forma se acercaba trotando con sus bolsos y una valija. El rizado había tardado bastante tiempo en reconocerlo, pues parecía ser que Noah se había metido al gimnasio en el último tiempo. En cuanto estuvieron frente a frente, el castaño soltó sus bolsos y lo abrazó.
──Schnapp!──lo saludó en cuanto se separaron, intentando que su sonrisa no se viera forzada──Has estado haciendo ejercicio.
──Si claro, ya sabes. El Lacrosse exige bastante y debo estar al día con las comidas──explicó con una sonrisa vanidosa──Además.. a las chicas les gusta──le guiñó un ojo.
──Seguro──murmuró poniendo sus ojos en blanco.
Al minuto apareció un hombre de traje cargando otros dos bolsos, los cuales dejó en el suelo.
──En fin, vamos al auto──habló el ojiverde──¿Me ayudarías con los bolsos? No es que no pueda, pero no tengo otros dos brazos──rió él.
El rizado levantó ambos bolsos que se encontraban en el suelo y luego escuchó una advertencia de su primo, el cual iba delante de él.
──¡Me olvide de decirte! Estas llevando mis discos y mis pesas, ten cuidado.
Finn no se lo podía estar creyendo, había tenido que cargar dos bolsos completamente pesados hasta su auto. Una vez que se encontraron dentro del mismo, Noah hizo el comentario que el rizado había estado esperando.
