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Ayuda...੭ु

Moonbin sentía las miradas sobre él.

Las ignoraba completamente, sabía porqué lo veían de tal manera y no era sorprendente. Después de todo, estaba hecho un desastre.

No solo su mal humor se había disparado los últimos días, sino que físicamente también parecía destruido. Sus ojeras oscuras bajo los ojos, su cabello a medio peinar, sus ropas arrugadas, sin planchar, y sin mencionar que su rendimiento académico había disminuido considerablemente.

Nadie sabía que le sucedía, incluso un profesor había tratado de acercarse al pelinegro, preguntando si estaba bien.

Pero Bin solo respondió "¿Usted estaría feliz si hubiera perdido lo más valioso en su vida?" Para luego alejarse, dejando al hombre sin saber que decir.

A Binnie no podía importarle menos, pues su foco seguía en lo horrible que era su vida en ese momento y en cuanto extrañaba a su pequeño.

La casa se sentía sola, vacía. Tan fría, silenciosa y aburrida...

Extrañaba demasiado oír la dulce risa de su lindo pelinegro, o el ruido desastroso en la cocina cada vez que el pequeño quería cocinar y las ollas y platos eran demasiado pesados para él.

El pelinegro estaba tan perdido en sus pensamientos que no notó al chico parado a su lado mirándolo extrañado.

- Hey, Moon ¿Estás bien?- Preguntó el chico más bajo llamado Minhyuk, buen compañero de clases, con quien hablaba bastante seguido.

- ¿Eh?- Moonbin lo miró desorientado, tomando unos segundos para responder.- Ah, si, no te preocupes...- Dijo en tono despreocupado, pero su rostro seguía con un pequeño ceño fruncido.

- Yo creo que no... - Al ver que el más alto comenzó a caminar tratando de evitarlo, Min se apresuró a alcanzarlo para seguir hablando. - Vamos Bin, no somos amigos pero puedes confiar en mí... ¿Quieres decirme que sucede?

Moonbin dejó de caminar para dirigir su mirada al chico a su lado, mirándolo fijamente. El pelinegro no era alguien que se abriera frente a desconocidos, bueno, en realidad ni siquiera se abría a su familia. Con el único que había llegado a ese punto era el pequeño Eunwoo.

Pero necesitaba descargarse, necesitaba decirle a alguien que era lo que sucedía aunque le dijeran que estaba loco.

- Está bien, te diré... pero vayamos a otro lado, por favor.- El tono de Bin disminuyó, hablando más tranquilo.

- ¿Que te parece ir a una cafetería de la cual soy cliente? Mis amigos trabajan allí y queda a unas pocas calles.- Minhyuk parecía feliz con la respuesta de Bin.

El más alto sólo asintió, comenzando a caminar en silencio junto a Min. Ninguno decía nada, solo querían llegar a la dichosa cafetería para poder hablar tranquilamente y sin interrupciones o molestas miradas sobre ellos.

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La dulce hada castaña mantenía una mueca de preocupación en su rostro.

Hacía solo unos días una de las hadas más conocidas en su pueblito había vuelto de una misión, pero la pobre estaba destruida. Nadie sabía que había sucedido, pero muchos se habían comenzado a preocupar unos pocos días después al notar el estado de esta, pues no mejoraba.

- Sanhie, necesito que nos ayudes un minuto...- Llamó un hada mayor desde la puerta de la pequeña habitación donde estaba.

El castaño sólo asintió y volvió a mirar la pequeña ventana frente a él, el día estaba nublado y parecía que comenzaría a llover pronto. Algo peligroso para ellos, por lo que deberían guardar todo lo que se pudiera salvar de las pesadas gotas de agua.

Soltó un suspiro y siguió al hada mayor.

Estaban en la enfermería correspondiente a su zona. Varias de las Hadas responsables de la salud de cada uno de ellos estaban reunidas discutiendo que podían hacer para ayudar al lindo pelinegro que parecía bastante enfermo.

Sanha quería ayudar, pero él no sabía absolutamente nada de medicina, no podría aportar nada que sea de ayuda, pero le dolía ver al pelinegro de tal manera.

- No podemos dejar que siga de esa manera, él empeora en cada segundo...- Comentó la mujer que había llamado al castaño, dirigiéndose a las demás hadas reunidas.

Sanha se había alejado un poco, fingiendo ordenar sus cosas para irse, pero haciendo tiempo para escuchar lo que decían las enfermeras.

- Lo sabemos, pero no tenemos idea de que es lo que provoca esto, su magia disminuye cada momento y si no sabemos que es lo que sucede no podremos hacer nada.- Una de las hadas más jóvenes hablaba preocupada.

- Esto no pasa seguido, solo ocurre cuando eventos traumáticos o demasiado dolorosos para nosotros se presentan, pero el chico fue a hacer una misión bastante sencilla y para nada peligrosa, no sé que habrá ocurrido...- Volvió a hablar la mayor, pues era la más experimentada en el ámbito de la medicina.

- No se que pudo haber pasado, pero no podemos dejar pasar más tiempo... No sobrevivirá si sigue de esa manera, nuestra magia es vital.- Comentó otra enfermera.

La mayor suspiró y miró a cada una de las hadas presentes, sabia que querían ayudar al chiquillo, pero no había demasiado que hacer si no sabían el origen de todo. Y el pequeño no quería hablar, no le decía nada a nadie.

- Y-yo...- Sanha comenzó a hablar, llamando la atención de las demás presentes. - Podría intentar hablar con él, si me lo permiten, claro... Me gustaría ayudar. - El castaño estaba realmente preocupado, aunque apenas había tenido contacto con el chico.

La mujer sonrió ante el gesto de Sanhie, era un chico muy dulce.

- Puedes intentarlo, tal vez a ti te diga algo...- Ella aún tenía esperanza, quería salvar al pobre niño.

Sanha sonrió al oír las palabras de la señora, por fin podría ayudar en algo.

La dulce hada tomó sus pertenencias y se apresuró a salir volando lo más rápido posible para llegar a la casa del pelinegro.

Haría todo lo que estuviera a su alcance para ayudar al pequeño que conocía desde hace tiempo. Porque a pesar de no ser cercano a él, siempre tuvo admiración por la fortaleza de este. Era difícil ver que esa tierna hada que siempre sonreía y reía de su torpeza ahora estaba tan mal y sin su brillo característico.

Si, Sanha estaba decidido. Eunwoo estaría bien cueste lo que cueste.


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Ahora si las dejo sufrir tranquilas...

Tengan en cuenta a Minhyuk y a Sanha...

𝐂𝐮𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐝𝐚𝐬 || 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora