01 𔘓 noticia.

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El día en el que SooBin recibió la noticia en la cual supo que sería padre fue “normal” en pocas palabras: preparó el desayuno junto a Kai, llevó a su omega al trabajo y después fue él al propio, almorzó en la oficina por un problema que hubo ahí ...

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El día en el que SooBin recibió la noticia en la cual supo que sería padre fue “normal” en pocas palabras: preparó el desayuno junto a Kai, llevó a su omega al trabajo y después fue él al propio, almorzó en la oficina por un problema que hubo ahí y ahora llegaba a casa esperando una cena o simplemente ir a descansar junto a su pareja.

Sin embargo, cuando llegó, el ambiente se encontraba un poco tenso —de ahí la molestia que tuvo todo el día en su pecho por el lazo—, mas su omega fue y lo recibió con un abrazo, impregnando el dulce aroma a mandarina en él y oh, ahí había algo nuevo... ¿era eso leche materna? Frunce un poco el ceño y olfatea, pero al final se rinde, imaginando que el aroma era debido a los pequeños niños que habían donde su esposo trabajaba. Sí, claro, eso.

Kai entrelaza sus brazos en el suyo y lo dirige al comedor, donde una simple cena está servida sobre la mesa. ¿Habría olvidado algo especial o qué estaba pasando?

El omega lo observa comer un buen rato, sin proferir ninguna palabra y bebiendo de la sopa con tanta parsimonia que SooBin se pone un poco nervioso. Hay un sentimiento diferente que le llega por el lazo, no sabe si son nervios, miedo o tristeza; la preocupación lo embarga y al terminar la cena, cuando los cubiertos y platos son recogidos, decide indagar un poco, ya que el chico no le había dicho nada desde su llegada.

—Ning, ¿sucede algo?

SooBin se encuentra ahora reposando su mejilla sobre sus brazos recargados en la isla de la cocina, mientras que Kai acomoda algunos platos. Él ya lo ayudó lavando y ahora se encuentra observándolo en espera de una respuesta.

Decide levantarse, porque nota el temblor leve que recorre el cuerpo de Kai cuando la pregunta es dicha y le da miedo que algo malo esté sucediendo. Termina rodeando a su omega por detrás y apoyando su cabeza con cuidado en el hombro de este, dejando unas caricias en las caderas del chico en un intento de transmitirle tranquilidad.

—Ning, dime lo que está sucediendo.

El omega tan solo suspira, moviéndose con lentitud de entre los brazos del alfa para mirarlo a los ojos; SooBin nota ese característico brillo, conoce a Kai, sabe que está ocultando algo cuando ese destello está ahí en sus castaños orbes: a veces es miedo, otras veces es tristeza, pero siempre lo encuentra cuando hay algo que no quiere decirle. Sí, Choi está orgulloso de sí mismo porque conoce a su omega muy bien.

Su mano izquierda sube a la mejilla de Kai, donde este se recarga unos minutos, antes de abrir sus labios y pasar saliva sobre ellos.

—Desde la cena estaba ideando una manera de decírtelo —comienza, moviendo nerviosamente sus manos y apretando su ropa un poco—, pero no sabía cómo y conociéndote te atragantarías con la comida si te lo dijera, así que, estaba buscando un poco de tiempo y... Estoy divagando.

Kai se separa de él con cuidado, haciéndole una seña para que lo siguiera a la habitación que ambos compartían. Comienza a rebuscar de entre las gavetas algo que él desconoce, tarda un poco de tiempo, mas cuando lo consigue se acerca a él, entregándoselo de una vez con nervios.

—Siéntate y léelo.

SooBin acata lo dicho y comienza a leer cada palabra con detenimiento. Está completamente sorprendido cuando levanta la cabeza, observando a el omega quien mantiene su mirada en el suelo, jugando con sus dedos. Choi no puede creerlo.

—¿Esto es cierto? —cuestiona con dificultad, debido al hilo que se ha vuelto su voz. Kai levanta un poco la mirada, asintiendo de una manera lenta.

SooBin deja caer el papel, acercándose al omega para rodearlo con sus brazos en un abrazo lleno de alegría. Se apresura a cubrirlo de besos por todas partes, provocando suaves risas que alejan toda preocupación del castaño a su frente; él siempre logra tranquilizar a Kai sin ninguna palabra.

—¡E-Estoy muy feliz! —asegura en una exclamación, marcando al omega con su aroma antes de llenar de besos su marca, como lo había hecho anteriormente con el rostro de Kai.

Entonces, bajo los brazos de su alfa, Kai se permite soltar delgadas lágrimas que son acompañadas de un sollozo, porque aún no cree que lo que estuvieron buscando por tanto tiempo se estuviera volviendo realidad.

Está embarazado.

Van a tener cachorros.

Sus lobos están emocionados, demasiado en realidad, BinBin no para de aullar a la nada mientras que NingNing —el lobo de Kai— mueve la cola como un cachorrito feliz: la situación es tan alegre que nadie ahí puede creerlo.

SooBin llena de besos el rostro de Kai, quitando con sus dedos las lágrimas que caían por las mejillas de su omega. La habitación tiene una dulce combinación de ambos aromas: vainilla por el alfa y mandarina por el omega, que logran llenar de paz el ambiente.

—No sabes lo mucho que te amo —suelta el alfa cuando ambos están recostados en la cama. Las luces apagadas y Kai recostado sobre el pecho de SooBin.

—Yo también te amo mucho y el bebé también te ama.

SooBin sonríe.

Ama mucho su vida en este momento.

Ama mucho su vida en este momento

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