𔘓 Epílogo

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Lo primero que Kai puede ver de entre la oscuridad son unos grandes ojos marrones mirándolo a centímetros de su rostro. No puede evitar asustarse, aunque cuando se da cuenta, puede ver a TaeHyun un poco apenado al lado de la cama.

—¡Lo siento, papi! No quería asustarte —responde el niño, abultado sus lindos belfos mientras juega con sus manitos.

Kai se estira con cuidado, sentándose en la cama y mirando el reloj de la mesa de noche: son las cuatro de la madrugada. Le sorprende de cierta manera como el infante ha podido levantarse tan temprano, ya que él no solía madrugar nunca.

—Bebé, ¿qué haces despierto tan temprano, eh?

—¡Escuela! ¡Hoy es el primer día, papi! —responde dulcemente, con una voz emocionada pero bajita a la vez, ya que sabe que su papá alfa aún sigue durmiendo.

—Oh, claro que lo es, pero es un poco temprano, aun faltan unas horitas, cielo.

TaeHyun mueve sus piernas de una manera inquieta, subiendo sus brazos un poquito.

—¡Pero vamos a ir a la escuela! ¡Y debemos ir temprano!

Kai no puede evitar reír un poco, acariciando la mejilla de su hijo con cariño.

—¿Sakura también se despertó o eres solo tú?

Antes de que el niño pudiese responder, la pequeña niña de seis años entra a la habitación corriendo. Termina sobre la cama de sus papás dando varios saltos y logrando así que SooBin gritara del susto.

—¡¿Qué?! ¡Kai! —el alfa abre los ojos de golpe y entonces ve a la niña reír con ganas al ver su rostro asustado—. Oh, eres tu pequeña traviesa.

SooBin la agarra de las piernas, atrapándola entre sus brazos mientras ella no puede dejar de reír.

—Los niños quieren llegar temprano hoy —dice Kai cuando el contrario se queja de la hora—. Hey, hola, Sean.

El pequeño perrito se sube a la cama comenzando a llenar a su dueño de lamidas. El perrito casi ladra emocionado cuando Kai comienza a acariciarlo con cariño.

Sean había llegado a la familia un año después del nacimiento de los mellizos como regalo de aniversario por parte de SooBin. Era una mascota muy cariñosa y graciosa, que no dejaba de correr por ahí y jugar con los niños todo el tiempo.

Todos amaban a Sean.

—Bueno —el omega se estira, dándole un abrazo a sus dos hijos, quienes lo miran expectantes—, vayan colocándose el uniforme, ¿sí? Nosotros iremos a ayudarlos en unos minutos.

Los niños asienten con euforia y corren directo a la habitación compartida que tienen. Detrás de ellos, Sean los sigue haciendo lindos sonidos con sus patitas.

Kai se levanta, cerrando sus ojos un poco porque se siente un poco cansado aún. De pronto, las manos de su alfa lo rodean por detrás, descansando en sus caderas. Él deja besos en su cuello y mejilla, disfrutando del reconfortante aroma del omega.

—Buenos días, cariño.

—Buenos días, Bin —él se voltea, sonriendo cuando el alfa se acerca a dejar un beso en sus labios—. Cochino.

SooBin ríe, dirigiéndose al baño cuando el castaño lo hace. Cuando ya están listos ambos se dirigen a la habitación de los mellizos, donde estos luchan con sus nuevos uniformes.

—Ey, bebé, ten cuidado que puedes estirar el cuello de la camisa. A ver —SooBin toma la camisa de TaeHyun, quien frunce un poco el ceño hacia su papi cuando este se la coloca sin sus brazos—... Ahora sí puedes insertar tus brazos, mira. Derecho... e izquierdo, muy bien.

Club de alfas ᥀ SooKai. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora