Hidden Obsession (Harry Styles)

Capítulo 14

Me despierto a medianoche debido a un mal sueño, me froto los ojos con las manos y miro el reloj de mi mesillla de noche. Las 2:30. De pronto oigo un ruido proviniente de la cocina, ya no me sorprende quién pueda ser, lo sé.

Bajo hasta la cocina con paso normal sabiendo que allí estará Harry esperándome. Llego a la cocina y allí está, sentado en una silla mirando hacia a mí. Me acerco a él, cojo otra de las sillas y la pongo delante de él para sentarme. Se hace un silencio incómodo durante unos minutos, pero no me importa, y por lo que veo, a él tampoco.

Me levanto, y me dirijo al fregaplatos, apoyo mis manos sobre el mármol frío y duro buscando qué palabras decir, hasta que por fín, encuentro las adecuadas.

-Mira Harry, no sé por qué te seguí el beso en el bosque, no sé en qué demonios estaba pensando. No sé qué diantres haces en mi casa a las 2:30 de la mañana, ni cómo has conseguido entrar. No sé que diablos se te pasa por la cabeza para venir a mi casa a amenzarme, no sé por qué mierda me mandas notas advertentes, ni tampoco que intenciones tienes conmigo, pero.- me callé y reflexioné sobre lo que iba a decir, si estaba segura de hacerlo, y sí, lo estaba.- No pienso permitirlo más, estoy harta de tí. Intento ser amable contigo en el instituto, intento controlarme por no echarme a llorar por el hecho de que tengo miedo, intento fingir que esto que me estás haciendo es normal, pero si sigues así Harry, me da igual lo que me hagas, prefiero morir antes que seguir con este tormento que me estás provocando.- dije finalmente.

No tenía ni idea de cómo acaba de decir todo eso sin desmayarme del miedo, pero él se quedo callado, mudo, sin palabras, no supo que responderme. El tiempo se me estaba haciendo eterno, estaba cansada y quería descansar. Me dirigí hacia el pasillo, cuando empecé a oir unos pasos provinientes detrás de mí, me giré, y allí en la oscuridad de la casa visualicé a Harry apoyado en el marco de la puerta de la cocina. Se acerco a mí lentamente, ya sabía que se proponía, así que me quedé inmóvil de brazos cruzados esperando. Se iba acercando más y mi pulso se aceleraba por segundos al escuchar sus pasos más cercanos a mí. Cuando estuvimos frente a frente y pude sentir su respiración chocando con la mía, giró su cara hacia mi mejilla y plantó un beso en ella.

-Buenas noches Lourdes- dijo y se fue a paso normal hasta la puerta de la entrada.

¿Qué diantres acaba de pasar? No me ha hecho nada. No ha intentado besarme, ni tocarme. ¿Qué demonios acababa de ocurrir aquí? ¿Por qué me siento tan extraña? ¿Qué le ha ocurrido para que simplemente viniese a darme las buenas noches? Estaba atónita, cansada, cabreada, irritada y ofuscada, necesitaba descansar. Subí a mí habitación y allí se encontraba otra de sus cartas:

"Tú y yo tenemos un asunto que aclarar. Ven conmigo mañana por la tarde a las 18:30 al bosque de anoche. Allí te esperaré junto al río, y no pienses en escaparte o pedir ayuda, te será imposible"

Harry

¡Genial! Ahora tenía que quedar con este tío a solas. Decidí acostarme y no pensar más en el asunto, mañana sería otro día.