¿Que era la vida? ¿Que era el tiempo? Miles de teorías, y cuentos, científicos que aún continuaban estudiando los orígenes del mundo o buscaban líneas alternas, creyentes que creían versiones que fueron traspasadas entre siglos y siglos. Lo único con lo que contaban actualmente era la pura realidad. Con la creencia de confiar de lo que se sabía, siguiendo buscando explicaciones a lo que se estaba viviendo.
Ni Hinata, ni Kageyama eran científicos. Eran dos adolescentes tontos que se vieron envueltos en una casualidad de la vida.
Ni siquiera ellos mismos, los protagonistas de esa línea de tiempo, de aquel bucle sabían que estaban metidos. En un bucle infinito, que ni siquiera se sabía el verdadero origen, solo nosotros los espectadores podríamos concluir que tal vez era por el amor de ambos, por salvarse entre ellos, sin ningun fin, sin saber cual era el propósito de todo ello, solo sabíamos que eran por y para ellos.
Y así, en ese bucle, que se repitió miles de veces, hubo miles de versiones, en los que pasaban diferentes momentos juntos, algunos menos dolorosos que otros, otros más cariñosos, otros más catastróficos, pero todos, con el mismo final. Y tal vez había una manera de terminar aquel interminable fenómeno, y solo dependía de un 1% de probabilidad de que en una de todas las variables en las que repetían, alguno de los dos tome una decisión diferente.
Pero después de todo de un 99% a un 1% era obvio quien ganaba.
Y en este preciso momento se encontraban en una repetición de Shoyo, menos dolorosa que la otra, o tal vez recién había comenzado y todavía no perdió las esperanzas por completo. Pero algo así, ya estaba completamente cansado de aquella situación.
—¿sabes si algo le ocurre a Kageyama? Lo he visto raro últimamente.—Se atrevió a preguntar a Sugawara que siempre prestaba atención a todos sus compañeros.
_. ¿No discutieron? Pense que les habia pasado algo.─Habló confundido, mientras Hinata negaba rápidamente_. Ambos se ven raros. Pensé que habían discutido, ya que parecía compartir la misma molestia, ambos parecieran ciertamente triste en algunos momentos... como si estuvieran tristes por la misma razón.─ Eso era ridículo_. Pero en si se ven bastante bien. Ustedes dos tienen eso que ni importa que terminan haciendose sonreir─Concluyó_. No me hagas caso. Ustedes son raros de por si.─
¿Podía ser posible que todo fuera culpa suya? ¿Sería posible que estuviese mal por el?
—Y-yo... creo que esta todo bien.—Trató de sonreír, pero el cansancio le delataba. Ya no tenía idea de que hacer, sentía que era todo inútil, que el era inútil.
—Se que te cuesta expresarte y al igual a el, pero ¿porque no intentas preguntarle que le sucede?—Era algo que había pensado pero temía tocar más el tema y adelantar su suicidio.
—no quiero hacerle tocar el tema si esta mal por algo... capaz el esta buscando manera de despejarse aquí.—aun quería respetar su espacio, temía por una mala reacción.
—Eres muy buena persona Shoyo.—Sonrió con ternura y vio al pelinegro aparecer por detrás.
—¿De que hablan?—El pelinaranja se paro rapidamente.
—De nada, ¿vamos?—Kageyama asintió, despidiéndose de Sugawara. Comenzando rumbo hacia la puerta de la puerta de la escuela. Donde planeaban despedirse el dúo, ya que Hinata esta vez viajaba en colectivo y no en su oxidada bicicleta.
Ambos se miraron en silencio, con ganas de decir muchas cosas, las cuales callaban por miedo a la respuesta_. Nos vemos mañana.─Dijo mintiendose a si mismo, no había un mañana, no existia entre ellos dos.
La mirada de ambos transmitia amor, transmitia cariño y tristeza en el fondo. Como era de costumbre Tobio deposito un pequeño beso en sus labios.
Shoyo maldijo en su cabeza.
_. Nos vemos─se despidió con dificultad, sabía que era lo que pasaría. Sabía que al llegar a casa recibiría ese odioso mensaje, sabía que apartir de mañana la vida del pelinegro no existiría más. No quería que se volviera a repetir, no era capaz de aguantarlo una vez más.
No quería perderlo una vez más. Ya no quería.
Y una vez en su vida pensó algo razonable. Antes de que el colectivo frenarse frente suyo para llevarlo a casa, se dio la vuelta y comenzó a correr. Aún no era tan tarde. No quería que se volviese a repetir, todas las veces que lo había intentando tenía la respuesta más tonta frente a sus ojos.
Si no se detenía por las buenas, lo haría a la fuerza.
Ya no tenía que perder si lo intentaba.
Observó rápidamente la azotea desde abajo, no había nadie, con el corazón a mil y el cansancio en sus piernas subió las cientos de escaleras que tenia la maldita escuela. Abriendo de un portazo la última puerta del lugar, dejando ver al pelinegro sentado en el barandal.
Ambos ojos llenos de lagrimas se cruzaron. Hinata cayó de rodillas al suelo no pudiendo aguantar el llanto_. P-por favor─Fue lo primero que salió de su boca mientras trataba de recuperar el aire_. No llegue hasta aquí para que te vuelvas a ir.─ el pelinegro salio de la zona de riesgo, corriendo a agarrar a Hinata que parecia haber perdido cualquier fuerza de su cuerpo para levantarse en esos momentos_. No intente de todo para que vuelvas a matarte, ¡hice de todo para ser suficiente para ti y tu continuas marchandote!─
Lo único que se podía escuchar era el fuerte llanto de Hinata, Kageyama aún no soltaba ninguna palabra de su boca_. No quiero... que todo se vuelva a repetir otra vez... por favor ─rogó.
—¿Tu...?¿tu también estas repitiendo?—ambos se miraron, sus expresiones se relajaron, ambos solo pudieron sonreír y entender con tan solo mirarse.
Sus risas quedaron grabadas en el frío viento de la noche.
—y-yo, no quiero repetir más, no quiero, no quiero.—Lloro en su pecho a más no poder, ninguno era capaz de volver a repetir un día más, ninguno era capaz de continuar sufriendo. Nada tenía asegurado de que no volvería a suceder, solo eran dos adolescentes queriendo sentirse bien, queriendo sentirse amados.
Dejaron que su amor se los llevara el viento, dejaron que su amor lo continuará el universo.
—Te amo mucho Shoyo.—beso sus labios con delicadeza, dando unos pequeños pasos para atrás, sin dejar de abrazar el tembloroso cuerpo del pelinaranja. Sólo eran dos tontos que querían dejar de sufrir, dos tontos que amaban jugar al voley juntos, dos tontos que llegarían a hacer cualquier cosa por amor.
Dejo caer sus cuerpo a tal altura, viendo pasar toda su vida junto a el. Ambos impactaron en el suelo.
Y la historia no se volvió a repetir.
Tu eres la razon
Capitulo editado:23/06/2023
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the reason of your why [Kagehina]
Fanfiction¿Crees en las segundas oportunidades? Historia anteriormente titulada: Yellow •Kagehina •Historia rápida. Concluida. •No se permiten adaptaciones sin mi consetimiento.