008

69 9 3
                                    

Lunes.

De nuevo a retomar las clases aburridas y largas de la universidad, con algo de frustración por no haber hecho las tareas pendientes para hoy, todo por andar durmiendo como un oso durante el resto del sábado y el domingo.

Pero no podía culparse, la visita a la mansión de sus padres le había afectado mucho y la energía descargada en el intento de almuerzo familiar, lo habían dejado desgastado completamente.

Pero se levantó varias veces sólo para hablar con Jackson y responder sus mensajes, aunque fueron muy pocas las veces porque la conversación no llegó a mucho, para su mala suerte, haciendo que pensara que sí se merecía el odio del menor, porque él no fue lindo con su destinado en ningún momento, cualquiera en ésa posición lo odiaría.

Acariciaba a Nora, la cual comía pacíficamente de su plato de comida, él no era muy brusco para no molestarla, claro.

Aún así, tuvo que irse después, con algo de apuro, directo a la universidad a torturarse como cada alumno que estudiaba ahí. Le jodía la paciencia tanto tráfico, pero pudo llegar a una hora decente al colegio, al menos.

El primero en ser saludado por el pelinegro fue su mejor amigo, Jinyoung, este estaba curiosamente alegre.

¡JaeJae~! –canturreó un chico larguirucho con mucho entusiasmo.

YuGyeom hizo algo o quieres algo, escoge tu opción.

Maldito, ¿cómo me conoces tan bien? –se quejó el menor.

Ni yo lo sé. –rió, sacándose al omega de encima que lo miraba como si quisiera saber algo– ¡Ah! Gracias por el número de Jackson...

¿Hablaron bastante? –sus cejas se movían de arriba a abajo de una forma pícara.

Ojalá hubiera sido así... Lastimosamente no.– ahora tenía una mueca en su cara.

El bufido que soltó JinYoung le hicieron latir el corazón rápidamente.

Bueno, no me esperaba más, siendo tú tan imbécil... –de nuevo su cara seria con superioridad, le irritaba.

Jin. –regañó YuGyeom, eso había sido cruel.

Vale... Ojalá les vaya mejor, éso es todo.

Nope, no sabía disculparse. El timbre sonó avisando que ya debían entrar a sus respectivas clases, ya no tenía muchos ánimos como para ver algo, aparte era temprano y aún tenía sueño, pero qué podía hacer por su pobre alma universitaria en pena, tenía que graduarse de nuevo.

Buenísimo, estaba recordando que a ésa primera hora tenía matemáticas, se iba a terminar lanzando del quinto piso, ya lo veía venir.

Odiaba existir en ésos momentos, realmente lo hacía.

───────────❲🌌❳────────────

Sus pasos eran apresurados, casi iría corriendo, sólo si no lo regañaran en los pasillos por correr, ya que eran algo estrictos con éso.

Apenas empezaba la tarde, él ni siquiera pensó en almorzar, sólo deseaba llegar a tiempo al bar-café donde trabajaba su menor.

Rezaba a todos los santos que no estuviera ocupado, y que estuviera en el trabajo porque había hecho un recorrido algo largo para llegar ahí y estaba cansado. Entró al lugar y rápidamente localizó al castaño, y apenas sus manos se apoyaron en el mostrador, con un suspiro cansado para tomar aire, soltó:

⿴݃*₊ Alfas ⸙* ʲᵃᶜᵏᵇᵘᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora