Un Caballero de Favonius -Kaeya Alberch

6

Kaeya
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Continuación del flashback

Recuerdame, soy Kaeya Alberch

Después de eso levante a la chica, y la cargue con cuidado de no moverla mucho para que no se despertara.

No podia dejarla en un callejon, intentarian robarla o peor aún abusarian de ella, pensaba aquel peliazul. Por lo que habia visto no sabia defenderse tampoco tenia un arma algo que era esencial en el pueblo.

Al final decidio por llevarla a su casa, hay la cuidaria pues no era mala idea, pues hay podria manipularla un poco mejor para que le sirviera a él.

Pero habia algo en el que no queria lastimar a la chica, después de que lo abrazara, que ella empezara a temblar, la manera en la que le agradecio.

El sintio distinto.

Nadie lo trataba de buena manera pues él mataba personas a cambio de dinero.

Ella era la unica que lo habia abrazado de esa manera.

"Pues al final ella no sabe quien soy y todo los crimenes que he cometido, penso él."

Ya llegado a su casa, entro y con cuidado coloco a la joven chica en un sillón en el que Kaeya solia dormir diariamente, él se sento en otro sillón más pequeño que tenia a un lado.

El aprovecho para mirar a detalle a la chica con aquel peculiar vestido, hay se percato de algunos graves raspones y moretones que tenia alrededor de su cuerpo. Se maldijo a él mismo por no haber notado esos detalles antes. Asi que decidio desinfectar y curar las heridas de la joven.

Pues la chica muy probablemente pensaría que el joven peliazul le habia hecho esos rasguño mientras ella permanecía inconsciente.

Después de curarla, acomodo a la chica de vestido a lado de la pequeña chimenea pues la temperatura habia disminuido lo suficiente para tener que salir con un abrigo.

Recordar todo lo que habia pasado le hacia sentir algo extraño para cierto peliazul.

No lo entendia pero queria proteger de ella a toda costa.

Su papel de manipular a la chica se estaba poniendo inestable, pues ya no sabia que tanto le podía favorecer.

Por que aunque lo negara, si seguía cerca de ella terminaría acostumbrándose a su presencia.

"Eso significaba una cosa... una debilidad".

Pude ver que se empezo a levantar, asi que fui a traerle un poco de agua.

Cuando volvi de la cocina con el vaso en la mano, la vi sentada viendo como la leña de la chimenea se calcinaba. Deje el vaso en una pequeña mesa que habia a lado del sofa, y espere a que ella empezara a preguntar cosas.

Pues la mirada de la chica estaba confundida y al mismo tiempo curiosa.

¿Donde estoy?- pregunto

En mi casa- repondi

¿Por que me trajiste aqui?- pregunto

Si te dejaba en la calle te intentarian robar o hasta algo incluso peor- respondi

¿Eres de confiar?- pregunto

Eso es decición tuya- respondi

¿Quien eres?- pregunto

No repondi nada, si le dijiera quien soy no tardaria en saber todo sobre mi debido a los rumores de la gente.

Por alguna extraña razón no queria que se enterara de todos los crimenes que he cometido.

No quería que desconfiara de mi.

Al menos no por ahora.

Apenas la acababa de conocer y no queria que pensara que era una mala persona, no despues de como ella me abrazo, algo tenia ese abrazo que hacia que se sintiera calido.

Una calidez que habia olvidado que podia existir en un pueblo como este.

Veo que no puedes responder eso- dijo aquella chica mirandome fijamente.

Es mejor que no sepas quien soy, eso seria mejor para los dos- dije serio mirándola fijamente.

Ella no respondio, simplemente permanecio callada, mirando de nuevo esa chimenea la cual ahora habia bajado la intensidad debido a que ya se habia quemado una parte de la leña.

Puedes quedarte un tiempo si es lo que buscas, he visto que la gente te golpea y maltrata asi que puedes quedarte en esta casa. Lo unico que te pediria seria que hicieras las tareas del hogar, suelo estar la mayor parte del tiempo fuera de casa y no me queda tiempo para limpiarla- dije proponiendole que se quedara y ella solo asintio.

Lo pensare- dijo esa chica.

¿Tienes nombre?- pregunte y ella asintio.

Rosy- dijo mirandome curiosa. ¿Y tu no me diras tu nombre?- pregunto ella hacia mi. No sabia que decir.

Kae, llamame Kae- dije después de unos segundo, algo que a Rose no le agrado.

Kae no es un nombre- dijo ella. ¿Enserio no me diras tu nombre?- dijo Rosy, creo que ella sabia que no le daria mi nombre, pero aún asi lo intento.

No, prefiero que me llames asi, suena varonil- dije divertido, Rosy solto una pequeña risa algo que no paso desapercivido por mi.

Te enseñare donde dormiras hoy- dije ella me siguio por detras, me dirigi al dormitorio principal de la casa, abri la puerta y la deje pasar a su nueva habitación.

Habia una cama con una mesa de noche, tambien habia un armario para guardar sus pertenencias y la habitacion tenia una ventana en la cual tenia un pequeño balcón.

A Rosy parece que le encanto ya que no dejaba de sonreir disimuladamente.

Bueno te dejo descanzar-dije para salir de la nueva habitación de la chica pero antes de que saliera ella dijo algo.

Gracias Kae- dijo Rosy y yo solo asenti.

Unos dias después de conocernos ella solia desearme suerte con mi trabajo. Imagino que por educación, aunque no le prestaba tanta atención.

Aunque se volvió un hábito escucharla todas las mañanas pues Rosy termino aceptando quedarse en la casa a cambio de limpiar el lugar.

Por alguna razón queria conocerla más.

Algo que lograría, pues cualquier cosa que me proponía la terminaba logrando.

Y poco a poco, terminamos confiando el uno al otro. Ella y yo nos hicimos buenos amigos en unos cuantos meses.

Le enseñe a defenderse y a como usar un arco, mientras que Rosy me enseñó a preparar brochetas de carne, pues ella decía que me salían a la perfección.

"Pero no todo acaba de la mejor manera."