"¿Podemos regresar el tiempo? ¿Donde tú y yo nos amábamos sin control?"
Yang Jungwon era un chico que fue obligado a casarse a una temprana edad con Lee Heeseung, iniciando así una unión que estaba destinada a ser más complicada de lo que él podría...
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Arde, duele, me quemó... No voy a poder salir.
—¿Está todo listo? Quiero que esas flores estén junto a la ventana —Grito Jungwon mientras caminaba por todo el local.
El lugar era hermoso, sin duda el castaño se había esforzado demasiado en la decoración, la combinación de colores era muy tranquila.
—Joven Jungwon, la lista consta de cincuenta y dos invitados, solo los que están en la lista podrán entrar —Dijo el mayordomo que ayudaría con la comida y seguridad.
—Como quedamos por teléfono, solo la gente de la lista ingresará.
—Como diga, iré a ver la comida para servirla a las ocho en punto —Un hombre de aparentemente cincuenta años se alejaba con una carta en la mano.
El castaño se sentó en una esquina y se apoyó en un barandal tratando de mantener su equilibrio.
—¿Estás bien?— Sonrío una pelirroja algo asustada.
—Solo estoy mareado —Este cerro los ojos con fuerza y suspiro —Hoy me iré del país Ning Ning...
—Bueno... Yo no puedo decir sobre esa decisión, solo tú tienes el poder de cambiar esa decisión —Ella se sentó junto a él y coloco su mano detrás de su espalda.
—Esto es lo que yo deseo y ya no hay otra salida —Jungwon suspiro —Iré a buscar a Heeseung, solo faltan diez minutos para que empiecen a llegar sus invitados.
—No le diré nada Jay, tranquilo —Dijo la pelirroja con ojos llenos de pena y dolor.
—Gracias, sé que cantarás muy lindo a la hora de la cena —El castaño se despido y salió del gran salón con las manos en los bolsillos.
En el lugar solo había cuatro habitaciones en el primer piso, el salón principal, la cocina, un salón de descanso y los baños.
—¿Ya puedo salir? —Dijo una voz dentro de la habitación dé descanso—Quiero ver cómo me asombras este año.
—Cuando lleguen tús invitados podrás salir Heeseung —Dijo Jungwon apoyando su cabeza en la puerta cerrada.
—¿Tus maletas están listas? El vuelo sale mañana en la mañana —El castaño miro una esquina del pasillo en la cual se encontraba.
—Sí...—y lentamente se acercó a la caja celeste que Jay le había regalado, la caja que aún no había abierto.
—Creo que ya es hora de que esperes en la puerta, ¿No vas a despedirte de él? —Dijo Heeseung algo bajo.
—No lo creo... Ya veré si es necesario —este frotó sus ojos con sus manos y sonrió.
—Me dices para que salga —Dijo Heeseung en una risita.