"¿Podemos regresar el tiempo? ¿Donde tú y yo nos amábamos sin control?"
Yang Jungwon era un chico que fue obligado a casarse a una temprana edad con Lee Heeseung, iniciando así una unión que estaba destinada a ser más complicada de lo que él podría...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las gotas de lluvia caían sobre mis hombros; aún dolía recordar cada mentira que él me decía. ¿El chico de mis sueños se esfumó con el viento?
Soy Yang Jungwon, tengo actualmente veinticinco años y llevo casado siete años con Lee Heeseung...
La vida ha sido triste desde que dejé de sentir su amor y vi cómo otra persona tenía su calidez.
Mis padres tenían una empresa algo grande en Corea y querían aliarse con otras bien ubicadas.
Y así fue como consiguieron casarme con el hijo de un empresario muy importante en Corea.
Su nombre era Lee Heeseung...
Al principio lo odiaba porque no soportaba la idea de compartir mi vida con un extraño.
Recuerdo cuando nos obligaron a vivir juntos; siempre lo botaba de la habitación porque no quería tenerlo a mi lado.
—¿En verdad no te gusto? —dijo él en forma de broma.
—¡Largo! ¡No quiero verte! —me escondí debajo de unas sábanas evitando ver su rostro.
—Pues tendrás que acostumbrarte porque ahora soy tu esposo y eso es lo que debemos hacer —sonrió algo frustrado.
—No quiero esto, no te conozco—traté de no sollozar.
—Qué pena, tendrás que sobrellevar las cosas y adaptarte. —me gritó.
—Yo no quería casarme a los dieciocho, tengo mucho que hacer como para estar aquí atado a tí—protesté molesto.
— ¿Y tú crees que "yo" quería casarme contigo? —resaltó la palabra y giró la mirada. —Madura niño.
Me gustaría retroceder el tiempo y poder disfrutar todo lo que se esfumó como un recuerdo. Algunas frases tristes se me venían a la mente, me sentía enfermo y desgastado.
El trato era el siguiente: al pasar los cinco años de casados, podríamos separarnos sin ningún problema, la alianza de bienes para ese entonces ya debería estar repartida entre ambas partes.
Todo justo, menos para mí.
Fue lindo mientras yo era al único que le pertenecían tus "te amo", y fue difícil dejar de amarte Jay... Pensaba constantemente en aquellos recuerdos de mi pasado.
—¿Sabes que te amo, Woonie? —me envolvió entre sus brazos mientras jugaba con mi cabello.
Ese rubio que hacía que mi corazón palpitara con velocidad y que mis manos sudaran al recordar su cálido toque. Sentía electricidad.
—Deja de decir eso —me escondí en su pecho tratando de ocultar mi sonrojo.
