"¿Podemos regresar el tiempo? ¿Donde tú y yo nos amábamos sin control?"
Yang Jungwon era un chico que fue obligado a casarse a una temprana edad con Lee Heeseung, iniciando así una unión que estaba destinada a ser más complicada de lo que él podría...
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La noche fue totalmente aterradora, hacia frío y los truenos de la tormenta no me dejaban dormir, simplemente rondaba en los recuerdos que aún me quedaban.
Hoy era el día del almuerzo con esos estúpidos empresarios y gente ignorante que lo único que hace es hablar de dinero y casas.
—¿Qué abra dentro de la caja? —Me senté en mi cama y comencé a observar sin antes suspirar al escuchar personas hablando fuera de mi ventana.
—Escuchaste sobre el jovencito que vive en la casa del señor Lee, creo que ese chico debería buscar algo mejor, no me gusta la forma de ser de ese tal Jungwon comparado con el gentil Heeseung —Dijo una señora, una vecina de la cuadra.
—Cállese vieja horrorosa, deje de estar hablando de mí —Grite furioso desde la ventana tirando una bolita de papel.
Estas al verme se fueron tratando de ocultar su vergüenza, si tenían que decirme algo que lo hagan en mi cara, viejas chismosas.
Me senté en la ventana colgando mis piernas en ella, mirando la distancia del suelo hasta donde yo estaba, luego mire el cielo y sonreí al sol en su mejor punto.
Me iría con Jay, me iría con él para siempre, Heeseung ya no seria alguien importante para mí, ya estaba cansado de su maltrato y odio, firmaría esos papeles y sería libre. Me coloqué una casaca sobre mi pijama y salí corriendo de la habitación muy emocionado, iría a buscar a Jay y decirle que me quedaría con él.
Baje las escaleras algo emocionado solo para encontrar a Heeseung sentado revisando algunos documentos en la mesa, ¿Y Lia? ¿Se habrá ido temprano? Que me importa.
—¿Adónde vas Jungwon? —Heeseung arqueo una ceja al verme ponerme mis zapatillas.
—Iré a buscar algo, vuelvo para el almuerzo en la empresa —Antes de salir sentí como él tomaba mi brazo y me detenía.
—Cuídate y no regreses tarde Jungwon —Sonrió ligeramente y me soltó.
—Está bien —Dije rápido antes de salir corriendo por los nervios.
¿Desde cuándo él es tan bueno conmigo?
Él nunca es bueno conmigo a menos de que quiera algo...
Deje de lado mis malos pensamientos y corrí a la tienda de música que estaba a solo media hora de mi casa, tenías ganas de ver a Jay, quería abrazarlo, quería decirle que ya había tomado una decisión.
Solo quería estar con él y curar las heridas que ocasiono Hee en mi corazón.
Al llegar solo pude escuchar unos maullidos, era mi preciosa Kitty que estaba mirándome desde la ventana de la habitación. Toque la puerta, pero no recibí respuesta, tal vez estaba haciendo otro de sus trabajos como músico independiente.
