Bailando donde las estrellas son azules.

84 2 0
                                    

Quería despejar mi mente por un rato, por un instante me sentí con ganas de vivir un poco antes de desvanecer por completo, de empezar a ser nadie.
Lindo pueblo vacío, pueblo calmo, hacia que mi alma destrozada pudiera sentirse calma, se sentía como uno mismo, no tan parecido a la manera en la que me hacías sentir tu, pero de alguna manera, la brisa era agradable.
Siempre he sido fría, ya lo dije antes, me gusta el frío, la lluvia me hace sentir que existo, siento las gotas en mi piel, en mi tan sensible piel, ya no dejaba que nada ni nadie la tocara, después de ti, lo único que podía hacerme sentir cómoda con mi piel, era la lluvia; celos de la lluvia, me encanta porque siempre le he tenido celos, tan transparente, tan ligera como mi cuerpo, celos de la lluvia, porque cuando aún seguías aquí conmigo, era la única que podía atravesar tu ropa, la única que podía tocar tu piel a profundidad; la lluvia limpia mi dolor de alguna manera, dejo que la lluvia sea la única que me toque, así como dejaba que fuera la única a excepción mía que podía tocarte a profundidad.
Ese parque, es el único parque al que solía ir, y ahora vuelvo una vez mas a este en busca de respuestas, en busca de perseverancia, la cual ya había perdido por completo, suelo recostarme en ese frondoso árbol desde que tengo memoria, desde que mis recuerdos aun eran felices.
Mi padre solía traerme aquí antes de irse como tu lo hiciste; señor bondadoso, con el corazón más enorme que un ser humano podía tener, tal vez por eso se fue antes de tiempo, el corazón le pesaba mucho, sabio, de increíbles historias interminables, lecciones de vida, amor verdadero hacia su verdadero amor, yo, su pequeña, su princesa; no necesito dar explicaciones sobre el, el es el hombre de mi vida, y es mío, ese recuerdo es solo mío, y no puedo compartirlo con nadie mas.
Cada vez que me sentía sola, triste, destrozada, como solía pasarme a diario, venia a este lugar, solía recostarme en este árbol tan perfecto, y una vez mas, volví a el, volví en busca de ayuda, pero no ayuda común, ayuda no de una persona, ni de un animal, ni de un árbol majestuoso, necesitaba ayuda de algo incompresible, algo que solo yo lograba entender, necesito ayuda de las estrellas.
Ellas escuchan, ellas entienden a profundidad, por eso están por todas partes, por eso nos siguen; tan perfectas, tan distantes, como tu, pero a su manera. Nunca me dejaran sola, cosa que tu hiciste, confío en ellas, confío en las estrellas.
Solía bailar con ellas, solía venir aquí para hablarles, contarles de ti, de mis problemas, de mis felicidades, de todo, bailaba con las estrellas azules, llena de gozo, compartía mis experiencias y se que ellas me escuchaban, podían responderme; me aleje, perdí la fe en mis amigas las estrellas, deje de bailar con ellas, deje de contarles todo lo que me pasaba, deje de visitarlas, las deje ir, así como tu me dejaste ir, ahora entiendo que fue el error mas grande que he podido cometer; además de amarte, claro.
Una vez mas vuelvo a ellas, suplicando perdón, pidiendo que bailen una pieza mas conmigo antes de irme, dulces estrellas, perdí la fe hace tiempo, pero se que ustedes me escuchan, se que de alguna manera me comprenden, dulces estrellas azules, no volveré a descuidarme de ustedes así como tu descuidaste de mi.
Ustedes cuidaban de mi, ahora yo cuidare de ustedes.

Notas del primer cigarro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora