Notas del primer cigarro.

Querida.

Me gustaba sentirme así, amada por mi amado, claro que todo siempre fue una ilusión, una mentira, un sueño.
Cada que recuerdo algo sobre ti, mi vida se torna a un gris, casi negro; el negro es mi color favorito, para mi es un color feliz, un color sublime, real.
Leo página tras página de nuestro libro, nuestro cuento, nuestra historia. La más corta que he leído; en su tiempo para mi fue larga. Pero amo releerla, recordarla, sentirla, amarla.
Hoja tras hoja, tinta negra; como mi color, palabras extrañas, mala ortografía, típica de un adolescente como solemos serlo. Ideas absurdas sobre el amor.
Pero que ironía ¿no crees? Hablamos de amor cuando ni siquiera sabemos por completo que es, no tenemos clara su definición con exactitud. Hablamos y hablamos de amor cuando nunca lo hemos sentido de verdad, nadie de nosotros lo ha experimentado por completo.
Solo somos jóvenes con ideas ridículas en la cabeza, todo lo que creemos conocer no esta ni cerca de ser cierto o real. Todo es un sueño, todo para nosotros es realidad, cuando toda nuestra vida ha sido mentira.
Me gusta nuestro libro, aunque nos hayan quedado páginas blancas las cuales aún no me atrevo a llenar con tu ausencia. Hojas rotas, pedazos de mi corazón que pego en cada hoja que me falta llenar; ahora tengo que acabarlo sola, con recuerdos y memorias, fotografías viejas, notas, canciones que solíamos dedicarnos, colillas de cigarros terminados por completo.
Cada quien decide cerrar su libro a su manera; para eso están los libros, para terminarse, pero claro, podemos subrayar nuestra parte favorita, para que cuando nos sintamos solos y destrozados, podamos abrir ese pequeño libro y leer esa parte una vez mas.