Notas del primer cigarro.

Nos mátan antes de que debamos morir.

Todos terminan lastimando alguna vez.
Es tiempo de cantar sola una vez mas, es tiempo de leer esas viejas cartas que nunca te mande por miedo, por miedo a fracasar.
Es por eso mismo que todos terminan alejándose sin explicaciones de ti, es por eso mismo que todos terminan lastimándote de la manera en que lo hacen, es justo por eso que estas así, vacío, solo.
Llegamos y nos vamos de este mundo de la misma manera; solos, pero no vacíos.
Te doy un consejo, no te ilusiones demasiado, no quieras demasiado, no ames demasiado, por que todo eso, al final terminará por dolerte mas de lo que alguna vez creíste que iba a dolerte algo.
Todo lo que empieza, también termina, no a todos los marca de la misa manera, no a todos les importa, no a todos los daña, y eso es lo que mas duele.
Eres persona, tienes que entender, que nadie jamás te va a amar de la misma manera en la que tu los amas, por que ellos no ven con tus ojos, no sienten con tu corazón.
Hay personas que superan más rápido, incluso personas que no sienten coraje, que no sienten dolor por haber terminado semejante sentir.
Hay gente que no le interesa pisotearte una vez que caes, escupirte una vez que te tropiezas con sus recuerdos, empujarte al vacío cuando tu ya no querías lanzarte.
Todos terminamos, todos nos vamos, unos de diferente manera que otros, algunos dejan marca, otros dejan enseñanzas, otros, solo se van, sin previo aviso, sin despedida, solo dejando dudas, solo dejando palabras al aire, solo dejando dolor.
De ese dolor que no se quita con medicina, de ese dolor que no se quita con terapias, de ese dolor que no se quita con palabras, es ese dolor que solo se quita con presencia, con respuestas; pero ya no pueden responderlas, por que uno no vuelve a la vida una vez que ya se ha marchado, uno nunca regresa de la misma manera.
Terminamos todos por caer al vacío, sin palabras de aliento para poder salir, sin brazos con los cuales podamos sostenernos, sin miradas las cuales nos dan fuerzas para seguir trepando los muros que nosotros mismos nos hemos construido.
Los únicos que nos matamos, somos nosotros mismos.
Qué curioso que la muerte no lleve nuestro nombre en su tarjeta de presentación personal, que curioso que el mayor dolor nos lo causemos nosotros por extrañar.
No somos débiles, somos amantes, somos apasionados al dolor de amar, amar de la manera más honesta posible; somos pocos, la minoría, nos contamos con los dedos de una sola mano; son todos tan indiferentes, tan casuales.
Es justo por eso que a nosotros terminan lastimándonos primero; no están acostumbrados a la honestidad pura de amar, de hablar con pura verdad, la gente no esta acostumbrada a lo puro, a lo sincero.
Es por eso que terminan matándonos antes que tengamos que irnos por completo, por que temen a lo desconocido, temen al amor puro, al amor honesto.
No deberían, nadie debería, pero así es, así es como todos creen que debe ser, mientras menos de nosotros haya, mas dolor sin sentido surgirá; nosotros morimos por amar, es nuestro propósito, lastimarnos con verdad, gritarla al mundo.
Sigue rezando por el olvido, por el olvido de amar.