Miraba nerviosa a los extraños hombres de trajes negros con lentes oscuros que estaban entrando a la Academia tras bajar de autos con banderines gubernamentales, estos ya habían atraído la vista de quienes se desplazaban en los alrededores y por suerte ella se encontraba en la cafetería de la calle de en frente por lo que invadida por los nervios se levantó de su mesa para salir del establecimiento intentando disimular. Lo cual no funcionó mucho porque uno de los agentes la encontró sospechosa por la descripción que tenían y comenzó a seguirla en silencio hasta llegar al edificio de su departamento, luego de que ella entrara al suyo tocó la puerta como parte del procedimiento pero al no recibir respuesta decidió forzarla con el kit que traía y al entrar recibió un fuerte golpe en la cabeza de la aterrada pelirroja que sostenía una sartén entre sus manos mientras que en su hombro izquierdo una bolita celeste observaba con curiosidad.
—Mierda, estoy en problemas muy muy muy serios.. –Chilló en tono bajo la de gabardina cerrando la puerta rápidamente para que nadie viese al de uniforme tirado en el suelo de su sala, corrió por cinta y lo ató alejado de sus armas como había visto en las películas– Si me ponen cargos por prácticamente secuestrar a un federal en mi casa, será mi fin..
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Rato después el hombre de tez morena con algunas cicatrices en su rostro comenzó a removerse despertando luego del golpe, mirando que estaba en el suelo apoyado en un sofá y al sentir otra presencia cercana notó que se trataba de la pelirroja que siguió que tenía al Ball de la Paz entre sus manos, sentada al otro lado de la habitación con un cuchillo cerca de su mano libre.
—¡ONU Ball! –Gritó el castaño apenas pudo, intentando levantarse mientras hacía fuerza para romper la cinta plástica que había alrededor de sus muñecas y tobillos—.
—¿ONU Ball?.. –La de blusa blanca repitió confundida a lo que la bolita con alas dio alguna saltitos respondiendo a su nombre– Oiga, ¿Porqué me siguió y entró a mi casa?
Aún nerviosa levantó el cuchillo en dirección al más alto que se tensó más de que pudiese dañar al Ball, el cual saltó de la mano femenina para ir hacia él a "Protegerlo".
—¿Lo conoces, Boli? –Preguntó la menor siento respondida con un saltito– ¿Es tu dueño? No.., ¿Tu creador? No.., ¿Un conocido tuyo entonces?
Bajo la vista confundida de la agencia gubernamental con camuflaje humano, la Ball dio más saltitos hasta que la de piel pálida cercanamente atinó bajando el cuchillo.
—Señorita, le ordeno en el nombre del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica que se aleje del arma blanca y me desate. –Su voz ronca de mando resonó seria en el departamento provocándole un escalofrío notorio a la contraria que asintió rápidamente—.
—Espero que realmente lo conozcas, pequeño Boli.. –Dijo en tono bajo acercándose dudosa al hombre de uniforme táctico con una tijera roma que le facilitaría cortar todas las vueltas de cinta que le había dado, cuando al fin lo soltó, retrocedió alejándose casi de un salto por instinto– ¿Ya me dirá quién es usted?
—Mi nombre es FBI, vengo por la Ball que usted tiene en su poder, también me veo obligado a pedirle que me acompañe para que declare sobre cómo lo obtuvo y que justifique su agresión a un oficial del Estado. –El de ojos hielo dejó ver su tonalidad real casi arrebatándole el aire a la mujer aún más asustada en lo que la bolita de emblema blanco daba más saltitos reconociéndolo mejor—.
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—FBI acaba de enviarme un mensaje, dice que ya encontraron a tu Ball y vienen en camino. –El de franjas rojas bostezó cansado tras todo el problema de la reunión, estaba comenzando a oscurecer y debía dormir temprano para trabajar desde primera hora como era su rutina—.
—Entendido, terminaré con esta evaluación e iré a su oficina, adelántate USA –El rubio se limitó a responder mientras continuaba firmando los papeles bajo sus manos, a lo que el otro obedeció abandonando el lugar—.
Quince minutos después terminó sus últimos deberes del día, por lo que salió de su oficina tras dejar todo como debía y se encaminó al nivel donde se encontraban las oficinas de las Agencias Gubernamentales y Federales Internacionales. Extrañamente al acercarse notó que UE y CIA se encontraban en la puerta observando hacia en interior mientras murmuraban algo que no podía oír bien hasta que al acercarse se callaron.
—¿FBI está dentro? –Habló con los dos pares de ojos sobre él, evitó arquear las cejas cuando estos se miraron durante unos breves segundos antes de responder—.
—Nicht nur er.. –Murmuró el europeo señalando con sutileza al interior de la oficina algo oscura a causa de las persianas cerradas—.
(No sólo él..)
El de piel celeste se extrañó de la respuesta pues no veía raro que se refirieran así de su Ball, pero cuando abrió la puerta supo a qué se referían, una cabellera de fuego fue lo primero que captó su vista bajo la casi tenue luz que brindaba la lámpara del agente sobre el rostro de la humana visiblemente nerviosa. Antes de poder hablar un golpecito contra su pierna llamó su atención y se inclinó para sostener al susodicho rescatado que se veía inquieto aún con su presencia, a lo que tuvo que alzar la vista cuando los otros dos dentro repararon en su entrada.
—ONU, ella es Ilse Garten, tenía en su posesión la Ball. –Señaló el de lentes oscuros a quien estaba sentada frente a él jugando con sus manos para mantenerse calmada—.
—Si lo dices así parece que lo hubiese robado.. –Balbuceó por lo bajo la de ojos grises, se sentía muy cohibida entre los Humans que la miraban tan seriamente luego de sacarla de su casa por poco esposada—.
—..Buenas tardes, señorita Garten, ¿Podría decirme cómo mi Ball llegó hasta usted?.. –La voz del más alto salió con calma en lo que caminaba para quedar al lado de pelirroja, sentía un extraño incremento de actividad cardiaca en si mismo por lo que estaba algo confundido—.
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Through our eyes [ONU x Reader]
FanfictionTN no tenía idea de que aquella bolita celeste de ojos curiosos la haría vivir mil y un cosas junto a criaturas asombrosas e importantes hasta incluso encontrar el amor sorteándose entre los peligros humanos y los estigmas de la sociedad.